Indignación por derribo de ermita de Virgen de Guadalupe en Nueva Jersey
El alcalde de Passaic ordenó retirar la imagen sagrada porque ocupaba ilegalmente un espacio público
Incrédulos, tristes y con un profundo dolor. Así se sintieron las decenas de personas que el pasado miércoles presenciaron en silencio cómo una excavadora derribaba la ermita de la Virgen de Guadalupe en Passaic, Nueva Jersey.
Según medios locales, el nuevo alcalde de la ciudad, Héctor Lora, ordenó retirar la imagen sagrada, situada en la esquina que une las avenidas Hope y Madison, tras ocupar durante 14 años y de forma ilegal un espacio no religioso perteneciente al Departamento de Transporte de Nueva Jersey.
Lora, quien además de ser el máximo mandatario público de Passaic también es pastor de la Iglesia Metodista, aseguró que no podía seguir permitiendo que la figura de una virgen estuviera en un lugar público porque “dicha contradicción viola el principio de separación entre Iglesia y Estado“.
“Durante más de seis meses el Ayuntamiento ofreció varias soluciones para trasladar la imagen sagrada a otros lugares, pero todas las propuestas fueron rechazadas”, afirmó Lora, quien también explicó que la figura, una placa de madera encerrada en una urna de cristal, se encuentra ahora en un lugar seguro.
La ermita se había convertido en un lugar de adoración muy importante para la enorme comunidad de fieles mexicanos que residen en Passaic, quienes todavía no pueden creer que su preciada imagen haya desaparecido.
“Estar aquí parado viendo cómo destruyen la ermita es algo que me hace sentir extremadamente impotente e inútil. Ha estado aquí con nosotros durante 14 años… ¿Por qué tienen que llevársela ahora?”, exclamó Delfino Rocha, un vecino que presenció el derribo de la imagen, a NorthJersey.com.
“La Virgen nos da esperanzas para vivir y para seguir luchando contra las dificultades, y eso no va a cambiar. Al Alcalde no le va a gustar nada la reacción que su decisión va a tener en la comunidad”, aseguró Esteban Domínguez, otro testigo de la demolición.
Mientras que las estatuas, las velas y los adornos florales que había en el pequeño santuario fueron entregados a Mayordomia Guadalupe, el grupo encargado del mantenimiento de la virgen, el futuro de la imagen continúa siendo un misterio, aunque existe la posibilidad de que sea trasladada a una propiedad privada o a una iglesia.