Secretos para un matrimonio interracial exitoso

Expertas exponen los puntos clave a tener en cuenta cuando se tienen un cónyuge de otra etnia, cultura, religión o visión política

Si la relación de pareja resulta a veces difícil entre personas de una misma raza, lo es aún más cuando existen diferencias culturales, políticas y religiosas bastantes marcadas entre los cónyuges.

“El matrimonio interracial enriquece en todos los aspectos, especialmente cuando se tienen hijos, ya que estos crecen siendo bilingües y biculturales. Pero, a nivel de pareja, es cierto que el ajuste puede resulta un poquito difícil cuando los integrantes difieren política o culturalmente y, sobre todo, profesan una religión diferente, como en el caso que uno sea católico y el otro musulmán”, dice la Dra. Vanessa Ochoa, especializada en estudios étnicos y decana de asuntos académicos del East Los Angeles College.

“Se necesita tener una mente muy abierta para el respeto, la aceptación y el entendimiento entre ambos. Y estos se logran a través de una excelente dinámica de comunicación y negociación”, agrega.

La coach de vida Elena Burnett, especializada en relaciones de pareja, está de acuerdo con lo dicho por la Dra. Ochoa y asegura que “las diferencias culturales y religiosas pueden generar asperezas en la interacción afectiva en el hogar bicultural, cuando no se le presta la correcta atención a ciertos puntos clave para que perdure la relación”.

Para una relación sana

Burnett señala que éstas son algunos de los secretos clave para tener éxito en las relaciones interraciales e interculturales.

1. Entender los rituales de la pareja

Para entender los rituales del cónyuge, “primero hay que saber observar con cautela y luego absorber lo aprendido. Y una vez que se hayan cubierto estos dos puntos se debe valorar si uno puede formar parte de ese mundo que la pareja propone”.

“Habría que preguntarse cómo nuestras costumbres culturas pueden practicarse con las de nuestra pareja y si estaríamos dispuestos a vivir con ciertos hábitos culturales que él o ella no está dispuesta a cambiar o negociar. También hay que preguntarse hasta qué punto límite podríamos ser tolerantes con una postura firme, viable y saludable para que la relación no salga afectada”, detalla la experta.

2. Ceder y aportar cada quien en la relación para lograr un entendimiento común

Para llegar a un entendimiento común ambas partes deben estar dispuestas a dar, por lo menos, el porcentaje mínimo del 50% en cada faceta de la relación de pareja.

“No se vale que solo uno de los dos esté poniendo el  60, 70 u 80% de su parte mientras que la otra persona no aporte nada”, dice Burnett. “Se debe recordar que toda relación está compuesta de tres elementos básicos: yo, tú y la relación de pareja. Y en la constitución de esta última a veces tendremos que sacrificar algo [cambiando, cediendo o aceptando] para crecer como pareja si es que queremos envejecer juntos dentro de una relación saludable”.

Y es que como resalta la experta, “los estudios han demostrado que las parejas que consiguen llegar a un punto medio en sus ‘negociaciones’ afectivas, suelen añadirle años a su vida también, un dato un tanto interesante a tener en cuenta”.

3. No perder la esencia personal y aprender a negociar

“Cuando hablamos de respetar costumbres y no perder nuestros límites, nos referimos a la parte de la integridad de cada quien. A veces, nos encontramos con individuos que son muy persuasivos en sus argumentos y cuando entran en una relación son capaces de acaparar a su pareja y aniquilarla, por su indiscutible capacidad de dominio y persuasión”, explica Burnett.

Es así que, para no llegar a perder la esencia personal dentro de la constitución de la pareja, la experta dice que se debe establecer de una manera respetuosa y sana los límites, expresando con franqueza las inquietudes de lo que se quiere o no y, a partir de allí, encontrar entre ambos una solución viable, que no debería causar fricción.

4. Dialogar sin imposición de criterios

El diálogo asertivo de saber escuchar y exponer lo que se quiere transmitir sin imposición es fundamental en cualquier relación, ya sea sentimental, familiar o laboral.

“El buen diálogo es básico en la pareja para que cada quien sea entendido y se puedan encontrar soluciones en la que ambas partes salgan favorecidas. Pero si se está dentro de una relación donde la pareja siempre se cierra en banda y piensa que solo su criterio es el que vale, entonces tendríamos que plantearnos si podemos o no aceptar esta parte impositiva de él o de ella”, resalta Burnett.

Este punto es muy importante, sobre todo, cuando las imposiciones de la pareja aniquilan hasta el punto de poner en peligro la salud mental y física de su compañero o compañera.

“De darse este caso, tendríamos que replantear nuestra situación dentro de la relación”, concluye la experta.

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