Día del Trabajo: Un momento para saborear el salto salarial

Para los trabajadores que menos cobran el aumento del salario mínimo ha aliviado problemas pero también se han sufrido ajustes

Norman Echeverri recibio un aumento de salario de $6.90 a $11.00 trabajando como maletero en el aeropuerto de La Guardia.

Norman Echeverri recibio un aumento de salario de $6.90 a $11.00 trabajando como maletero en el aeropuerto de La Guardia. Crédito: Mariela Lombard | El Diario NY

“¡Oh, Dios mio!”, resume con un suspiro de alivio Norman Echevarri al hablar de las subidas de salario mínimo en Nueva York. En el caso de Arisleyda Tapia, dominicana y trabajadora en un McDonald´s en Manhattan, dice que literalmente ha recuperado la sonrisa.

Han sido años de lucha que permiten que los trabajadores que menos cobran empiecen a recuperar un poder adquisitivo que se ha ido erosionando desde los años setenta. La última subida a nivel federal fue en julio de 2009 pero el estado de Nueva York, como otros y algunas ciudades en el país, se han fijado subidas graduales que culminarán con $15 la hora.

Esta es una de las victorias que se han anotado los trabajadores que hoy celebran el Día del Trabajo. Una victoria que se ha encontrado baches.

Echevarri, colombiano que trabaja asistiendo con las sillas de ruedas en el aeropuerto de La Guardia, explica que antes de las paulatinas subidas en el estado, su sueldo no le daba más que para irse a la cama “con café y pan”. “Hace cuatro años ganaba $189 a la semana. No tenía para pagar los $550 de renta”, explica.

En los 11 años que ha trabajado en La Guardia ha hecho de todo. Ha trabajado con las maletas y limpiado avionres entre otras cosas, y siempre que podía hacer un servicio de silla de ruedas lo hacía porque solían llegar propinas. Su esposa falleció de cáncer en 2006 y era ella la que más dinero ingresaba en el hogar.

Ahora gana $320 y con ello no solo asegura el techo bajo el que vive sino también ayuda con los costos de hogar donde está su madre en Colombia y a un hijo que reside en este país.

Tapia, madre soltera de tres niños, dice que antes tenía que trabajar cuatro semanas para pagar la renta del mes “y ahora con tres semanas ya tengo. Ya no me atraso con los pagos. Ahora estoy menos cansada, menos estresada y puedo ahorrar”.

Arileyda Tapia.
Arisleyda Tapia, trabaja en McDonald´s y dice que ahora, además de ganar más, está menos estresada e incluso ahorra./Mariela Lombard

Esta mujer de 47 años confiesa que tenía mal los dientes y que evitaba reírse para mostrarlos. “Ahora, con lo que he ahorrado me estoy arreglando la boca y ahora cuando río lo hago con la boca grandota”, explica.

La dominicana admite que su salario no es muy elevado pero “me da para ahorrar porque me he acostumbrado al estilo de vida pobre y no gasto mucho”.

El dinero es bienvenido pero otras mejoras en la legislación como conocer los horarios con anticipación, tener días por enfermedad y poderse permitir días de vacación, es algo que dice que le ha proporcionado un alivio con el que no ha vivido durante muchos años.

Eso si, el camino de las subidas está teniendo algunos baches. Aunque las subidas siempre han sido graduales y aún no se ha llegado a la cifra objetivo de los $15 ni su vinculación con el alza de precios, se han perdido algunos puestos de trabajo en algunas empresas y se han rebajado las horas de otros.

Estas consecuencias se han ido superando porque según la Oficina de Estadisticas Laborales Nueva York sigue creando empleo y en la ciudad, los puestos que normalmente han tenido como referencia el salario mínimo siguen creciendo.

En el caso de las rebajas de las horas de trabajo para seguir pagando lo mismo a los empleados, en muchos casos ha sido un ajuste temporal.

Es el caso de Tapia. En enero, con la subida que entró en vigor este año “nos bajaron de cuatro a tres días de trabajo pero con el tiempo se dieron cuenta que las cosas no salían adelante y volvieron a darnos cuatro días, yo hay días que trabajo cinco”.

“Nos dejaron con 30 horas a la semana todo un año pero volvieron a subirlas”, explica Echevarri al hablar de su empresa en el aeropuerto. “Supongo que cuando vuelva a subir el mínimo nos volverán a bajar las horas porque ellos hacen un plan con lo que van a ganar. También redujeron el número de empleados. Ellos [por la empresa] buscan cómo no salirse del presupuesto y nos descuadran a nosotros pero ahora estamos más estables pero el periodo de ajuste es muy largo”.

Competencia regional

Robert Albert, fundador y presidente de Impressive Imprints, con sede en Buffalo dice que para empresas con mercados regionales como la suya, la subida del salario ha supuesto un revés. “Hemos recortado personal y de 45 hemos pasado a 23 empleados porque tenemos que competir con estados como Ohio y Pensilvania”.

Albert, que creó la empresa en 1990, cuando tenía 19 años, explica que para negocios muy locales puede ser más asumible la subida del salario pero no para quienes tienen que competir con otros estados con menos costos o con productos que vienen de otros países más baratos. Este empresario admite que los salarios no han subido mucho pero tiene muchos factores que medir a la hora de plantearse el futuro de su empresa. “Tengo que medir mis costos para pedir un préstamo a cinco años o hacer depreciaciones”.

Para Albert, el problema es además que con la subida del mínimo dice que ya no puede permitirse contratar a personas que estén comenzando y suban poco a poco de categoría de sueldo, entre ellos muchos jóvenes que tienen su primer empleo. “Estamos forzados a quedarnos con los más experimentados”.

Un reciente informe de los economistas Grace Lordan y David Neumark, refleja que cuando los trabajos manuales pueden ser automatizados la subida de los salarios mínimos ha aumentado la robotización y por tanto el desempleo de personal de bajos ingresos.

Tendencias

Hector Figueroa, presidente del sindicato 32BJ SEIU, tiene otro punto de vista de más largo plazo. El líder de este sindicato que  explica que las reducciones de horas y turnos “es una tendencia de años que ocurre incluso cuando los salarios son bajos”.

Una de las muchas manifestaciones de demanda del aumento del salario mínimo en NYC apoyada y animada por los sindicatos, entre ellos el 32BJ SEIU./Archivo

Este sindicalista dice que normalmente hay más personas beneficiadas que perjudicadas con la subida aunque admite que hay empresas que están reduciendo personal y hay ajustes para absorber  el mandato legal. “Pero la experiencia en el fast food es que la mayoría se han beneficiado aunque no todo el mundo tenga horas suficientes. A partir de noviembre, en caso de que sea necesario trabajar más horas la ley obligará a darlas a quienes ya estén trabajando antes de contratar a otra persona”, recuerda .

Figueroa cree que en cuestiones de horas de trabajo cuando se llegue a los $15 habrá que seguir dando la lucha por esto.

En cualquier caso y pese a los inevitables ajustes, Figueroa plantea que también hay más dinero en manos de los trabajadores. “Es verdad que no todos los negocios se van a poder adaptar pero los trabajadores tienen más dinero, están gastando más y se está creando riqueza. Hay que mirar el efecto neto, se ha elevado la demanda”.

Tapia y Echevarri pueden dar testimonio de eso.

“Cuando lleguemos a los $15 podré mudarme a una casa mejor, ahora tengo poco espacio pero en el futuro tendré con que pagarlo”, explica esta madre dominicana.

Los sueños de Echevarri van por el mismo camino. “Uno quiere vivir como la gente regular. Yo vivo en Jackson Heights con site personas más”. Y dice que está motivado. “Ya me acuesto con algo más que con pan y café”.

Más protecciones, más derechos

Los trabajadores de NYC tienen derecho desde el 1 de abril de 2014 a días por enfermedad que dependen del tamaño de la empresa y horas trabajadas.

En mayo de 2017 entró en vigor una ley para proteger a los trabajadores independientes, Freelancers Isn´t Free Act, que provee protecciones como contrato por escrito, calendario de pagos y protección frente a represalias.

El 26 de noviembre de este año entrará en vigor un paquete legislativo para proteger a los empleados del comercio al por menor y del sector de la comida rápida para evitar calendarios de trabajos abusivos y presentados sin anticipación. El paquete legislativo incluye elevar el número de horas a empleados ya en plantilla antes de contratar a nadie más, entre otros derechos.

En enero de 2018 el estado de Nueva York se empezará a introducir la ley de licencia familiar pagada para que los padres puedan estar con sus hijos recién nacidos, adoptados o cuidar de un familiar cercano con una enfermedad seria.

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