Departamento de Educación donó pollo contaminado a desamparados
El alimento había sido retirado de los comedores escolares en marzo por contener piezas metálicas
Donar comida a los desamparados es una conducta bastante común entre las empresas y los gobiernos de distintos lugares, aunque no todo puede ni debe ser compartido con los sin techo.
Los alimentos en mal estado, por ejemplo, jamás deberían incluirse en los envíos destinados a las personas necesitadas; sin embargo, el Departamento de Educación de la Ciudad (DOE) hizo caso omiso de esta regla básica y decidió donar miles de libras de pollo posiblemente contaminado a los desamparados de Nueva York.
Según medios locales, cientos de colegios habían dejado de servir ese alimento a sus estudiantes en marzo después de que varios alumnos aseguraran haber encontrado pequeñas piezas alargadas de metal en los muslos de pollo frito suministrados por la cadena de Dallas Somma Foods.
Como consecuencia de las denuncias, cerca de 2,000 cajas de estos filetes, valoradas en $150,000, fueron guardadas en los almacenes de la compañía hasta que el Departamento de Educación decidió darles salida y enviarlas tanto al Banco de Alimentos como a la asociación City Harvest, que no sabían que la comida podía estar contaminada.
De hecho, la información que recibieron las dos organizaciones sin ánimo de lucro fue que el pollo procedía de un comerciante que había dejado de hacer negocios con las autoridades de la ciudad y que, por tanto, no tenía ningún destino concreto.
Los muslos de pollo frito fueron finalmente servidos sin ningún incidente en varios refugios y comedores sociales de Nueva York, aunque este hecho no resta culpa al DOE, que el pasado viernes pidió a los distribuidores que tiraran a la basura el resto de las reservas de pollo.
David Giffen, director ejecutivo de la Coalición para los Desamparados, mostró su indignación ante lo sucedido y le indicó al Daily News: “El Departamento de Educación retiró la comida afectada de los comedores pero no tuvo problema en servirla en los refugios que, paradójicamente, acogen a decenas de miles de estudiantes. Esto es inaceptable y esperamos que algo así no vuelva a suceder nunca”.
Carmen Fariña, canciller de Educación, asumió la responsabilidad de lo sucedido el pasado lunes e incidió en la importancia de ofrecer comida ‘segura’ y nutritiva a los niños y adolescentes que acuden a la escuela.