Farinata, el polémico suplemento para pobres y niños en Sao Paulo

"Comida para perros" o "ración humana" son las criticas en las redes sociales

SAO PAULO – “Comida para perros” o “ración humana” son algunos de los adjetivos que ha cosechado la llamada “farinata“, un suplemento compuesto por alimentos próximos a perecer que la Alcaldía de Sao Paulo pretende repartir entre niños y pobres para erradicar la supuesta hambruna en la mayor ciudad de Brasil.

Desde su presentación, esta harina presentada en polvo y granulada y elaborada por la Plataforma Sinergia, una asociación sin ánimo de lucro, ha generado una polémica que no para de crecer y ha sacado a las calles a familias y organizaciones sociales y levantado el interés de la Fiscalía.

“Este es un producto bendecido”, decía el alcalde de Sao Paulo, el empresario y posible candidato a la Presidencia, Joao Doria, sin esperarse todo el revuelo que iba a generar días después.

¿Y qué es la “farinata”? Se trata de alimentos no vendidos por los supermercados por estar próximos a su fecha de caducidad o fuera del patrón de comercialización y que posteriormente son transformados en un compuesto a través de un proceso de deshidratación en un laboratorio.

“Nuestro objetivo es desperdicio cero y hambre cero”, defiende en una entrevista con Efe Renata Perrotti, fundadora de la Plataforma Sinergia, que trabaja en este producto desde hace diez años.

Su evaluación es que la ‘farinata’ tiene el mismo valor nutricional que un alimento fresco, como así lo demuestran, dice, los exámenes que han hecho; puede conservarse durante años y ayudaría a las empresas de alimentación a “reducir costos”.

Por su parte, la Alcaldía de Sao Paulo aprobó este año una ley para la “erradicación del hambre y la promoción de la función social de los alimentos”.

El gobierno local decidió entonces incluir en su plan la “farinata” y de paso prometió exenciones fiscales a los supermercados -un sector notablemente concentrado en la capital paulista- que colaboraran con la iniciativa.

Pero lo que primero empezó como un producto para la población que estuviera en situación de hambruna, después cambió el discurso y el propio Doria anunció esta semana que el producto también sería distribuido entre los alumnos de las escuelas municipales. Ahí explotó la polémica.

Las críticas no se hicieron esperar, especialmente desde las asociaciones de nutricionistas y las organizaciones de Derechos Humanos. La Iglesia católica, por el contrario, apoya la medida a capa y espada.

“No fue presentado hasta ahora ninguna tabla de composición de ingredientes (…) No tiene etiqueta y por ley es obligatoria. Y además tiene que ser autorizado por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa)”, afirma en entrevista con Efe Denise Hernández, vicepresidenta del Consejo Regional de Nutricionistas en Sao Paulo y Mato Grosso do Sul.

Perrotti alegó que la tabla de composición “solo podrá ser divulgada cuando el producto sea entregado” y garantizó que todas las dosis saldrán con su debido “registro”.

Lo cierto es que la “farinata”, que Doria quiere exportar para todo Brasil, va en contra de la estrategia del Ministerio de Salud recogida en la “Guía Alimenticia para la Población Brasileña”, que prioriza el consumo de alimentos frescos y recomienda reducir el de los industrializados.

Además, frente a las pretensiones nacionales del alcalde, Brasil salió en 2014 del mapa del hambre de la ONU y su tasa de desnutrición es inferior al 5 %.

Para aplicarlo en Sao Paulo “necesita tener estudios epidemiológicos” para saber qué porcentaje “está en esa situación de vulnerabilidad”, reclama Hernández.

“Lo que consta no solo en Brasil, sino en toda América Latina, es un aumento de la obesidad y si no hay estudios recientes, no tiene proyecto y no tiene valor nutricional, uno no tiene cómo avalarlo”, subraya.

Después de las protestas de decenas de familias y de que la Fiscalía solicitara un laudo pericial sobre la “farinata”, el gabinete de Doria publicó una nota a las prisas en la que suspendía la distribución del producto en las escuelas.

“Se dará prioridad a la atención de las familias en situación de vulnerabilidad social”, esclarecía el comunicado, aunque eso no impidió nuevas manifestaciones al día siguiente frente al Ayuntamiento.

No obstante, Perrotti insiste en que la ‘farinata’ puede servir para los colegios que tengan “alguna carencia nutricional”, aunque “la Alcaldía debe identificar qué escuelas” son esas, apuntó.

Ajena a la polémica, ella confía en “llevar esta solución para otros países y para todo el mundo”, mientras en Sao Paulo se pregunta cuál será el destino final del controvertido suplemento.

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Brasil sao paulo

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