Elección en Virginia medirá impacto de “factor Trump” en 2018

El próximo gobernador será una voz clave en la demarcación de nuevos distritos electorales en 2021

ARLINGTON (Virginia) – La contienda por gobernador en Virginia figuró este martes como la más crítica de las campañas locales y estatales en EEUU, porque medirá la unidad del Partido Demócrata y el impacto del “factor Trump” ahora y en los comicios legislativos de 2018.

En declaraciones a este diario, el presidente del Comité Nacional Demócrata, Tom Pérez, rechazó críticas de que su partido esté fracturado, y afirmó que Virginia “es un ejemplo perfecto de la unión de los demócratas”.

“Lo que sucedió en las primarias demócratas en Virginia fue que dos excelentes candidatos llevaron a cabo una campaña enérgica, hablaron sobre los temas y vimos una participación récord. Cuando Tom Periello no tuvo éxito, inmediatamente se unió a Northam y esa unidad ha sido evidente desde entonces”, explicó.

“En el lado republicano, Ed Gillespie ganó por un punto porcentual y su oponente dijo que no creía en la unidad”, dijo Pérez, al referirse al reñido proceso de primarias republicanas.

El candidato demócrata, el vicegobernador Ralph Northam, comenzó con buen pie pero ha reducido su ventaja en las últimas semanas frente a Gillespie, en una contienda que dio protagonismo a asuntos como la economía y el combate contra las pandillas y la inmigración ilegal.

La campaña de Gillespie, un excabildero y expresidente del Comité Nacional Republicano (RNC), inició con firmes mensajes sobre la economía y los impuestos, pero pronto giró la atención hacia asuntos más divisivos que suelen ganar puntos con la base conservadora, como el combate contra los inmigrantes indocumentados.

Así, su campaña recurrió a tácticas del miedo y lanzó anuncios publicitarios negativos en los que acusó a Northam de ser “blando” contra el crimen y la “MS-13”, y favorable a “ciudades santuario” que protegen a “inmigrantes ilegales que cometen crímenes”.

Pero la campaña de Gillespie jamás explicó que Northam emitió un polémico voto en la asamblea estatal en febrero pasado para romper el empate en torno a un proyecto de ley que prohibía el asentamiento de “ciudades santuario”.   Northam votó en contra de la iniciativa, que fue aprobada en una segunda votación y vetada después por el gobernador demócrata, Terry McAuliffe.

Esta mañana, el presidente Donald Trump, que jamás participó en eventos electorales junto con Gillespie, se hizo eco de los mensajes contra Northam, a quien describió como “débil” en la lucha contra el crimen y en la defensa de los veteranos, opositor de la Segunda Enmienda, y “horrible” para la economía de Virginia.

La contienda evolucionó como un referéndum sobre  Trump, quien afronta un bajón en las encuestas, reflejando el tenor de otras campañas en el país.

Un grupo allegados a Northam, “Latino Victory Fund”, tuvo que retirar un polémico anuncio contra Gillespie que, a su vez, también movilizó a conservadores a salir a votar por Gillespie.

Desde un centro de votación en el Centro Comunitario Walter Reed, un bastión demócrata en Arlington (Virginia), el hondureño José Alberto explicó que votó por Northam porque cree que éste mantuvo un mensaje positivo y mejores ideas para la educación y la economía del estado.

“Seguí de cerca la contienda y vi los anuncios de Gillespie, me parecieron bien negativos y la verdad es que no me gusta el ataque contra los inmigrantes. Me parece que Northam es un mejor candidato”, dijo Alberto, en un paréntesis de su trabajo.

Alberto es uno de centenares de votantes demócratas que, enfundados con impermeables o protegidos bajo un paraguas, desafiaron la fría llovizna en el área capitalina para ir a las urnas.

Julie Evans, encargada del precinto electoral y miembro del Comité Demócrata del Condado de Arlington, señaló que, pese a la lluvia, “la participación en el condado ha sido mayor de lo previsto y es señal del entusiasmo en esta contienda”.

Julie Evans, encargada de un precinto electoral en Arlington (Virginia), dijo que la lluvia no afectó el entusiasmo de los demócratas en las urnas. Foto: María Peña/Impremedia

“Hay mucha energía positiva, hemos tenidos muchos voluntarios, y muchos votantes me dijeron que votaron por Northam porque no les gusta el mensaje republicano“, dijo Evans, acompañada de dos estudiantes de secundaria que la ayudaban a repartir papeletas a la entrada del centro de votación.

La contienda no sólo decidirá quién reemplazará a McAuliffe en el cargo -quien ha atacado los falsos anuncios de Gillespie- sino también la reconfiguración de los 100 escaños de los delegados en la asamblea estatal, en la que los republicanos mantienen una ventaja de 66-34.

Además,  el próximo gobernador será una voz clave en la demarcación de nuevos distritos electorales en 2021, un asunto clave para futuras elecciones.

Lizet Ocampo, directora de la campaña “Latinos Vote!” del grupo progresista “People For The American Way” (PFAW), dijo que los anuncios publicitarios de Gillespie han atizado “una nueva ola de odio que tiene un impacto real” en las familias inmigrantes, y debería sentir “vergüenza” de seguir un guión anti-inmigrante con fines electoreros.

Por ello consideró que el voto hispano será clave en esta contienda para “dar el primer golpe importante al agenda intolerante de Trump”, y grupos como el suyo trabajan hasta el último minuto para “que cada miembro de nuestras comunidades salga a votar”.

Otros grupos pro-inmigrantes, como “America´s Voice”, CASA in Action, y Prospero Latino, también invirtieron fuertes sumas para movilizar a voluntarios y a los votantes latinos en Virginia, donde conforman el 4,6% del electorado pero podrían ser clave en distritos con estrecho margen.

En un año sin candidatos presidenciales, las autoridades han registrado un número récord de votos emitidos por correo, con más de 147,000 recibidos hasta el viernes pasado. Las urnas cierran a las siete de la noche hora local.

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