El peligro silencioso que conlleva ser astronauta

La microgravedad incrementa el riesgo de complicaciones en la estructura craneal

Algo sucede en el cerebro de los astronautas.

Algo sucede en el cerebro de los astronautas. Crédito: Pexels

Convertirse en astronauta pude ser el sueño de muchos, pero ese deseo podría cambiar. Un estudio arrojó que el cerebro de estos navegantes espaciales puede sufrir alteraciones que a la postre se pueden convertir en daños permanentes. 

Las conclusiones de esta investigación fueron dadas a conocer por la neuroradióloga Donna Roberts, del Medical University of South Carolina (MUSC), quien logró comprobar que los efectos de los vuelos espaciales, primordialmente por largos periodos de tiempo y la microgravedad, incrementan el riesgo de complicaciones gracias al aumento de presión intracraneal.

“La exposición al entorno espacial tiene efectos permanentes en los seres humanos que simplemente no entendemos. Lo que los astronautas experimentan en el espacio debe ser mitigado para producir un viaje espacial más seguro”, detalla Roberts en su investigación.

Este artículo, que fue nombrado ‘Efectos en la estructura del cerebro del astronauta por los vuelos espaciales indicados en la resonancia magnética’, fue publicado a través del ‘New England Journal of Medicine’.

Se reportó que astronautas de la NASA han presentado visión alterada, y registrado un aumento de presión cerebral durante una misión a bordo de la Estación Espacial Internacional. Bajo estas condiciones, el hecho de que cualquier integrante de una tripulación espacial presente estos síntomas, representan un grave problema para las intenciones que se tienen de realizar una exploración tripulada a Marte.

Por su parte, la NASA logró comprobar que aproximadamente un 23% de astronautas que han colaborado en misiones con duración de dos semanas, presentaron problemas de visión. Sin embargo, el dato que ha encendido las alarmas es el registro de los integrantes que participan en investigaciones espaciales mayores a las cuatro semanas, ya que los síntomas se han elevado a un 49%.

La agencia espacial estadounidense refirió a cualquier sintomatología de este tipo como ‘síndrome de presión intracraneal por discapacidad visual’, o ‘síndrome de VIIP’ el cual suponen las investigaciones, es causado por la redistribución del líquido corporal hacia la cabeza durante la exposición a microgravedad a largo plazo, aunque a ciencia cierta se desconocen las causas que lo genera.

Roberts quien es profesora del Departamento de Radiología y Ciencias Radiológicas en MUSC, trabajó en la sede de la NASA en Washington, dentro de la División de Ciencias de la Vida Espacial a principios de la década de 1990. Mostró su preocupación por los retos fisiológicos que tienen que librar los astronautas cuando realizan viajes espaciales de larga duración, por la falta de investigaciones en relación al VIIP, por lo que propuso la utilización de resonancias magnéticas para estudiar la anatomía cerebral tras un vuelo espacial.

Para un mejor entendimiento de estas investigaciones, Roberts y su equipo buscarán una comparación de imágenes posteriores a un traslado espacial en diferentes astronautas, y así lograr establecer si las alteraciones son permanentes o regresan a un estado de normalidad tras un tiempo en la Tierra.

La NASA tiene planeada la misión de expedición a Marte para el año 2033, es por eso que existe la urgencia de que las investigaciones como las que ha realizado Roberts, logren recopilar más datos para comprender y en su caso evitar cualquier daño fisiológico para los astronautas que realicen esta hazaña.

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