El principal problema del FBI sobre la masacre en Texas
La investigación no puede avanzar como queire el Buró
Las investigaciones sobre los verdaderos motivos de la masacre en Texas no pueden avanzar tanto como las autoridades quisieran, debido a que el FBI no logra descifrar el acceso al teléfono del tirador, el exmilitar Devin P. Kelley.
Aunque los detalles del ataque que dejó a 26 personas muertas y 20 heridos, 10 de ellos de gravedad, podrían reavivar el debate sobre el equilibrio entre los derechos de privacidad digital y la seguridad nacional, no es probable que provoque cambios en el corto plazo, reportó Associated Press.
Christopher Combs, el agente especial a cargo de la división de San Antonio del FBI, dijo que los oficiales a su cargos no habían podido entrar en el teléfono celular de Kelley, que masacró a gran parte de la congregación en el medio de un servicio dominical.
“Destaca un problema del que todos han oído hablar antes. Con el avance de la tecnología y los teléfonos y el cifrado, las fuerzas del orden público no pueden ingresar a estos teléfonos”, dijo Combs a periodistas. “Estamos trabajando muy duro para entrar en ese teléfono, y eso continuará hasta que encontremos una respuesta”.
El agente especial señaló que el dispositivo fue enviado a un laboratorio del FBI para su análisis.
El Congreso no ha mostrado un fuerte apetito por la legislación que obligue a las compañías de tecnología a ayudar al gobierno a entrar en los teléfonos cifrados y a las computadoras.
“El ardiente debate público sobre la lucha legal del FBI con Apple Inc. se ha desvanecido en gran medida desde que las autoridades federales anunciaron que podían acceder a un teléfono bloqueado en un caso de terrorismo sin la ayuda del gigante de la tecnología”, señala la agencia. “Como candidato, Donald Trump llamó a los estadounidenses a boicotear a Apple a menos que ayudara al FBI a piratear el teléfono, pero no ha sido tan elocuente como el presidente”.