Los clubes son el motor de la comunidad de corredores en Nueva York

de corredor de la élite de las mujeres pasando por Bedford Ave y North 7th en Brooklyn.

de corredor de la élite de las mujeres pasando por Bedford Ave y North 7th en Brooklyn.  Crédito: Isvett Verde | NYCity News Service

Nueva York-. A las 9 de la mañana ya la multitud se estaba empezando a congregar en las aceras de Bedford Avenue en el barrio de Williamsburg, Brooklyn. El cielo estaba gris, pero las lluvias anunciadas aún se mantenían a raya. En la esquina de North 7th Street y Bedford Avenue, las emociones corrian por alto a medida que los primeros corredores pasaban.

Mientras el oficial Hirsh, del Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York hacia todo lo posible para mantener las calles libres de peatones, se le escuchaba animando a los atletas: “¡Vamos, sí se puede!”.

El oficial Hirsh anima a los corredores en el barrio de Williamsburg en Brooklyn. (Isvette Verde/ NYCity News Service)

“Este es mi día preferido del año. ¡Me encanta estar aquí!”, confiesa Hirsh, quien ha corrido dos maratones.

En Nueva York, los clubes de corredores forman una parte integral de la comunidad de corredores en la ciudad, y han jugado un papel importante en el desarrollo y la planificación del maratón de la ciudad de Nueva York. En 1958, Ted Corbitt, conocido como el padre de la carrera de larga distancia, fundó el club, New York Road Runners Club, asegurándose de incluir corredores de todas las razas, géneros y velocidades de carrera.

La primera maratón, fue organizada el 13 de septiembre de 1970, por Fred Lebow y Vince Chiappetta. Corbitt ayudó a planificar la ruta. Se llevó a cabo en Central Park y eran varias vueltas a un circuito. De los 127 participantes, solo 55 hombres terminaron, la única mujer se retiró. La cuota de inscripción fue de un dólar.

Hoy, la ruta del maratón abarca 5 barrios y cuesta $ 295.00 para residentes de estadounidense y $ 358.00 para no residentes. Muchos clubes patrocinan a sus miembros u obtienen una cierta cantidad de plazas que les ofrecen a los mejores corredores en sus grupos o aquellos interesados en participar.

Noah Devereaux, un fotógrafo de 32 años que vive en Flatbush, empezó a correr por su cuenta en marzo del 2016, pensando que sería bueno desarrollar mejores hábitos. Descubrió que existía un grupo de corredores llamado Prospect Park Track Club, o PPTC, y decidió unirse a ellos.

“Recuerdo que alguien me preguntó si estaba entrenando para una carrera” dijo Devereaux. Esta conversación le sembró la idea, y dos días después se inscribió para correr un medio maratón. Le fue fatal. Como entrenó incorrectamente —corriendo demasiado rápido, demasiado pronto—, se lastimó la banda iliotibial en su pierna izquierda, lo cual lo dejó desalentado y cojeando por seis semanas. Luego, se dio cuenta de que todos los corredores se preguntan la misma cosa cuando  se conocen.

Con el tiempo se sanó, y retomó su entrenamiento. Poco a poco 1.5 millas se convirtieron en 2 millas, 2 en 3, 3 en 5, hasta que llegó a correr más de 20 millas. Lleva catorce semanas entrenando para el primer maratón en que participa. Alto, con la piel color oliva y el pelo y los ojos marrones, Devereaux tiene el físico esbelto de un corredor. Nunca se has sentido más preparado para una tarea en su vida. “Cuando empecé a correr, la idea de poder llegar a este hito era totalmente insondable”, dijo Devereaux. “Incluso más loco fue la idea de que en realidad podría ser algo divertido, que lo disfrutaría tanto.”

No pudo ganar uno de los cupos de la lotería para correr, pero a PPTC le asignaron 3 plazas para los interesados en participar. El club organizó el transporte el día de la carrera y aseguraron un espacio en una escuela cerca de Central Park donde los miembros se reunirían después de haber terminado para comer algo y recoger sus cosas.

“Este es el día más importante del año para el club de correra el cual pertenezco”, dijo Devereaux. “Entrenamos juntos y trabajamos juntos”. Según él, “es un esfuerzo colectivo hacia este objetivo”.

Sean Laude, del club de corredores North Brooklyn Runner’s Club, animando a los corredores con un megáfono. Isvett Verde/NYCity New Service

Aquellos que no participaron salieron para animar a sus compañeros corredores. Sean Laude, miembro del North Brooklyn Runner’s Club que vive en Bushwick, estaba de pie sobre una pila de cajas llenas de agua de Poland Spring. Tenía puesto un poncho verde y con un megáfono gritaba: “¡Todos se ven increíbles!”

“Estoy aquí porque es una buena forma de retribuir a la comunidad de corredores”, dijo Laude, quien ha corrido seis maratones, incluyendo las dos veces que participó en la maratón de Nueva York. “Si no estás corriendo, animar a otros corredores es la segunda cosa más divertida que puedes hacer“.

Noah Devereaux en la milla 21 del maratón de Nueva York.
(Maite H. Mateo/ NYCity News Service)

Devereaux esperaba terminar la carrera en tres horas. El dijo que, “hay una cierta mística en ese número. Es un número entero. Es difícil pero no imposible”.

El domingo, cruzó la línea de meta a las 12:56 de la tarde: 3 horas, 2 minutos, y 18 segundos después de que había comenzado. ¿Cómo se sentía tras haber alcanzado este hito? “En este momento, siento todo y nada”, dijo Devereaux. “Ya veremos si puedo caminar mañana”.

Vanessa Colon Almenas, Claudia Irizarry Aponte, Sofia Cerda Campero, Itzel Castro, Hernan Goicochea, Maite H. Mateo, Estephani Cano Martinez, Caroline Mercado, Sindy Nanclares, Píter Ortega, Eliana Pérez, Juan García Silva, y Vanessa Swales contribuyeron con el reporteo.

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