Por qué aumentó la venta de armas en el mundo
Las 100 principales compañías de armamento del mundo comercializaron poco más de $1,000 millones diarios el año pasado. Por primera vez en cinco años sus ventas se incrementaron
Por primera vez en cinco años, las ventas de las 100 principales compañías de armas del mundo se incrementaron.
Totalizaron US$374.800 millones en 2016, poco más de US$1.000 millones al día, lo que representa un aumento de 1,9% con respecto al año anterior.
El Instituto Internacional de Investigación de la Paz de Estocolmo (SIPRI, por su sigla en inglés) publicó el lunes su evaluación anual de la venta mundial de armas.
Los principales fabricantes venden ahora 38% más que en 2002, cuando la organización comenzó a divulgar estos datos.
Ello en medio del quinto año más mortífero desde el fin de la Guerra Fría, de acuerdo al Instituto de Investigación de la Paz de Oslo (PRIO, por su sigla en inglés).
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“El crecimiento en la venta de armas se esperaba y viene impulsado por la implementación de nuevos programas nacionales de armas importantes, operaciones militares en curso en varios países y tensiones regionales persistentes que están llevando a una mayor demanda”, señala el informe.
“El gasto militar se correlaciona muy de cerca con los conflictos y las preocupaciones de los países”, le dice a BBC Mundo Aude Fleaurant, directora del Programa de Armas y Gastos Militares del SIPRI.
“Y algunos de los países tienen una flota de equipos muy antigua, necesitan una más moderna, actualizarla”, añade. “Este dinero generalmente va a las compañías internas, si tienen”.
Dominio de occidente
Las ventas de las empresas estadounidenses, que ocupan siete de los diez primeros lugares de la lista, crecieron un 4% el año pasado impulsadas por “las operaciones militares fuera del país así como las adquisiciones de grandes sistemas armamentísticos por parte de otros países”, señala el informe.
Las compañías de Estados Unidos representaron el 57,9% de las ventas y las occidentales en general, el 82,4%.
Las de Europa occidental se mantuvieron estables (incremento del 0,2% con respecto a 2015), pero hubo diferencias entre los principales productores: solo las británicas y alemanas crecieron, mientras que francesas, italianas y las transeuropeas vendieron menos.
Las compañías rusas incrementaron sus ventas en 3,8%, un porcentaje menor que en años anteriores, para alcanzar el 7,1% global.
“Las graves dificultades económicas por las que atravesó Rusia en 2016 contribuyeron a la moderación de la tasa de crecimiento en la venta de armas de las empresas rusas”, explica Siemon Weseman, investigador del SIPRI.
El efecto norcoreano
Las empresas de Corea del Sur vendieron un 20,6% más. “La continuidad y el incremento de la percepción de amenaza” en el país derivado de la situación en Corea del Norte forzó el aumentó, señala Fleaurant.
La directora del Programa de Armas y Gastos Militares del SIPRI también hace hincapié en el desarrollo que ha tenido el país que desde los 70 optó por impulsar la industria armamentística local para reducir la dependencia del exterior a la vez que se posiciona como un fuerte exportador de armas.
El aumento surcoreano disparó a 12,3% el incremento de ventas en los “productores emergentes”, que incluyen a firmas con sede en Brasil, Corea del Sur, India y Turquía.
Brasil es el único país de América Latina con una empresa entre las 100 principales por ventas de armas.
La compañía aeronáutica Embraer registró el 15% de sus ventas en su rama dedicada al sector militar.
Totalizaron US$930 millones el año pasado, superando los US$839 de 2015, llevando a la firma del puesto 91 al 81 de la lista.
El estudio no incluye datos de China, explica Fleaurant, “por la falta de información consistente que pueda compararse con la de otros países”.
“Diplomacia menos costosa”
Hubo un descenso en las bajas de batalla en 2016: un 14% menos de personas murieron el año pasado con respecto a 2015 como resultado directo de un conflicto y un 22% menos que en 2014, de acuerdo al PRIO.
El número de conflictos armados en el mundo disminuyó de 52 en 2015 a 49 el año pasado.
“Los conflictos en curso son una fuente importante de ventas de armas”, apunta Fleaurant, quien señala que “las negociaciones diplomáticas y las conversaciones probablemente son menos costosas que comprar más armas”.
Pero ¿puede tener un efecto disuasorio un incremento del arsenal militar y, por ende, terminar contribuyendo a la paz?
“Hay una discusión muy grande en la literatura sobre el tema”, dice Fleaurant, “no hay acuerdo”.