Más de mil activistas “inundarán” el Capitolio la próxima semana por el Dream Act

La semana próxima será un momento definitorio para el Dream Act, pero el asunto podría quedar para próximo año

Grupos pro-inmigrantes instalaron carpa frente al Capitolio para presionar por el Dream Act.

Grupos pro-inmigrantes instalaron carpa frente al Capitolio para presionar por el Dream Act.  Crédito: María Peña/Impremedia

WASHINGTON? En una escalada de actos de presión por el Dream Act, más de mil activistas Dreamers de todo EEUU “inundarán” el Capitolio la próxima semana para lograr su aprobación antes del receso navideño, recordándole a los demócratas que tienen “una deuda pendiente” con los inmigrantes y no puede quedar para el próximo año, advirtieron este viernes activistas.

Por avión, buses y automóviles, más de mil activistas de estados como California, Texas, Arizona, Nueva York, Nuevo México, Florida, Oklahoma, Tennessee, Hawai y Alaska, emprenderán su viaje a Washington para iniciar una escalada de actos de desobediencia civil en oficinas de legisladores de ambos partidos, según organizadores.

La campaña de presión también se llevará a cabo en las redes sociales, con etiquetas en Twitter como #NMtoDC, y #DCTakeover2017, y los días de mayor activismo serán los próximos martes y miércoles, indicaron activistas del grupo United We Dream.

Más de 200 “guerreros por la libertad” de Nuevo México y Texas iniciarán mañana un recorrido de 1,900 millas hacia la capital estadounidense para su “toma de Washington”, para machacar su exigencia de un Dream Act sin ataduras que legalice a los jóvenes indocumentados.

Su punto de encuentro será el “cuartel” o “central” que los activistas instalaron en sendas carpas en el “Mall” de Washington, a unas cuadras del Capitolio.

Grupos pro-inmigrantes han instalado una enorme carpa frente al Capitolio para su campaña de presión por el “Dream Act”. Foto: María Peña/Impremedia

El Congreso tiene hasta el próximo 22 de diciembre para aprobar una nueva ley de gastos que evite un cierre del gobierno, ya sea mediante una “resolución continua”, o un proyecto de ley presupuestario de largo plazo.

En la recta final de las negociaciones entre bambalinas, la meta es lograr un consenso sobre si incluirán o no el Dream Act en esa legislación, o si lo dejarán como tarea pendiente para el próximo año.

Tanto los grupos de presión como algunos congresistas demócratas insisten en que la oposición rechace la ley de gastos si no incluye una solución permanente tras la eliminación gradual del programa de acción diferida (DACA) de 2012.

El legislador republicano por Nueva Jersey, Rodney Frelinghuysen, presentó ayer otra “resolución continua” que financia las operaciones del gobierno hasta el 19 de enero próximo, pero se desconoce si su bancada aprobará otra medida de corto plazo sin la ayuda de los demócratas,  como lo hicieron el pasado 7 de diciembre, o si buscarán otras opciones.

Piden que demócratas ejerzan su poder

Durante un encuentro con periodistas, activistas pro-inmigrantes insistieron hoy en que este no es el momento para que el Partido Demócrata claudique en su exigencia de proteger a los Dreamers.

Es un tema de legado, y los estamos viendo en este momento y no nos vamos a olvidar… en 2017, los demócratas tienen el poder de darnos una victoria”, dijo Lorella Praeli, directora de política migratoria de la Unión de Libertades Civiles de EEUU (ACLU).

Al recordar que en 2010 cinco demócratas votaron en contra del derrotado Dream Act, Praeli subrayó que los demócratas tienen “100% una deuda pendiente con los Dreamers”.

Los demócratas tienen que luchar por los inmigrantes como lo han hecho por la cobertura de salud o los derechos reproductivos, “porque no somos una opción, hoy día sí y mañana, no: o estás con nosotros el 100% o no lo estás”, sentenció Praeli.

Cristina Jiménez, de United We Dream, reconoció que si bien ambos lados tendrán que hacer concesiones en el tema de seguridad fronteriza, los activistas no aceptarán “más camas, más centros de detención, ni más agentes” para la maquinaria de deportación.

Mary Kay Henry, presidenta del Sindicato Internacional de Trabajadores de Servicios (SEIU), consideró que los triunfos demócratas en Virginia, Nueva Jersey y Alabama este año reflejan el mensaje de los votantes a favor de la inclusión social.

“El Congreso tiene la oportunidad en los próximos cinco días de enviar un mensaje claro y contundente a la comunidad inmigrante con la aprobación del Dream Act, y sabemos que tienen cuatro o cinco maneras de lograrlo”, explicó Kay Henry, al describir la “enorme presión” de los activistas en las calles.

Tomando en cuenta que los republicanos necesitarán el apoyo de los demócratas para asuntos como la reforma fiscal, los “techos” o límites en gastos del gobierno a largo plazo, gastos de defensa, y la cobertura de salud para niños, entre otros, y eso “le da a los demócratas una fuerte pieza de negociación”, dijo Kay Henry.

¿Retórica o realidad?

Según Frank Sharry, director ejecutivo del Fondo Educativo de “America´s Voice”, todos los actores políticos en el Congreso y los bandos en el debate migratorio “están posicionándose para mejorar su situación en las negociaciones”, y no sorprende que utilicen la retórica como arma política.

Nadie quiere cargar con la culpa de un posible cierre del gobierno, y eso será un factor clave en las negociaciones, afirmó.

Sin embargo, en declaraciones a la prensa en los últimos días, los senadores demócratas, Dick Durbin, de Illinois, y Bob Menéndez, de Nueva Jersey, mostraron poco optimismo de que se logre un acuerdo antes de fin de año.

Menéndez no forma parte de las negociaciones, pero advirtió ayer de que “no estamos tan cerca de un acuerdo como algunas personas piensan”.

De todas las exigencias republicanas respecto a inmigración o la seguridad fronteriza,  subrayó Menéndez, la de eliminar la reunificación familiar –que los anti-inmigrantes llaman “inmigración en cadena”- “no debería ser una opción” a cambio del Dream Act.

Marielena Hincapié, directora ejecutiva del Centro Nacional para Leyes de Inmigración (NILC), dijo confiar en que las presiones de la vasta coalición de empresarios, líderes religiosos, e incluso activistas conservadores, surtirán efecto.

“El poder de los inmigrantes es lo que va ayudar a lograr esto”, vaticinó Hincapié.

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