Republicanos ajustan plan fiscal para someterlo a voto la próxima semana

El plan será sometido a voto la próxima semana para que el presidente Trump lo promulgue antes de Navidad

Protesta contra la ley fiscal de Trump ante el Capitolio.

Protesta contra la ley fiscal de Trump ante el Capitolio. Crédito: SAUL LOEB/AFP | Getty Images

WASHINGTON? Tratando de salvar de un desastre político su reforma fiscal, líderes republicanos del Congreso ajustaron este viernes el texto definitivo del plan de $1,5 billones para ganarse a los escépticos y dar un “regalo navideño” a la Casa Blanca pero, según activistas, éste traerá graves consecuencias para millones de trabajadores de bajos recursos, incluyendo los latinos.

En plena cuenta regresiva antes del receso decembrino, los legisladores republicanos dieron los últimos toques al plan de reforma fiscal, haciendo algunas concesiones, para someterlo a voto tan pronto como el martes próximo en la Cámara de Representantes, y al día siguiente  en el Senado.

El presidente Donald Trump, que necesita una victoria legislativa tras una serie de derrotas electorales para su partido este año, se manifestó satisfecho con los cambios y dijo que su aprobación será “monumental”.

El texto final refleja las negociaciones que hicieron republicanos de ambas cámaras del Congreso sin participación de los demócratas,  pero contiene pequeños ajustes y no cambios significativos.

El plan, por ejemplo, deja vencer los recortes de impuestos para individuos en 2025, pero los hace permanentes para las corporaciones, con el argumento de que eso ayudará a crear empleos.  También incluye las deducciones por préstamos hipotecarios y donaciones caritativas, aunque las deducciones por hipotecas bajaron de un millón a $750,000.

Entre los cambios más notables, el plan establece una tasa impositiva fija del 21% para las corporaciones y una tasa máxima del 37% para los individuos, y permitirá deducciones de hasta $10,000 en impuestos locales y estatales -incluyendo impuestos a la propiedad y a las ventas- , para ganarse a los legisladores en estados como Nueva York y California.

También permitirá que las familias que no deben impuestos sobre sus ingresos puedan recibir un reembolso del 70% del Crédito Tributario por Hijos (CTC, en inglés) -que ahora totaliza $2,000 al año-,  para un máximo de $1,400, en vez de sólo el 55%, como dictaba la versión aprobada a principios de mes.

Además, el plan reduce el techo salarial para que más familias puedan recibir el reembolso, pero lo hace eliminando gradualmente el crédito para familias con ingresos de al menos $500,000 anuales.

El plan final deja en pie las deducciones por gastos médicos y préstamos estudiantiles, y también los impuestos sobre las herencias, una gran concesión republicana.

Sin embargo, según activistas consultados por este diario, el plan sigue siendo, en su núcleo, un “masivo obsequio”  para las corporaciones y los millonarios.

“Aunque el presidente Trump prometió ayudar a la gente trabajadora durante su campaña, esta propuesta dañará el acceso a seguro médico para gente de bajos recursos. Y sabemos que propuestas como ésta no garantizan ni la creación de empleos ni un aumento de salarios”, dijo Paco Fabián, portavoz de  “Good Jobs Nation”.

Un análisis del grupo “UnidosUs”  había indicado que el plan podría aumentar los impuestos para siete de cada 10 familias latinas en 2027, para financiar esos recortes.

Debido a que el plan costará casi $1,5 billones en una década, lo más seguro es que los republicanos más adelante tengan que recortar fondos a programas que impactan a las clases media y trabajadora, y programas de beneficencia pública para los pobres, señaló Alex Rowell, analista del Centro para el Progreso Estadounidense.

Los republicanos dejaron fuera beneficios para Puerto Rico, pese a las presiones del gobernador, Ricardo Rosselló, y de líderes empresariales y de grupos cívicos, que pedían que las empresas manufactureras en la isla no estuviesen sujetas a nuevos impuestos.

“Lamentablemente el acuerdo del Congreso considera a Puerto Rico como ´extranjero´ y los impuestos nuevos pudieran costearle 250,000 empleos a la Isla. Sería devastador para lo que queda de la economía de la Isla”, se quejó Federico de Jesús, exportavoz hispano de la campaña presidencial de Barack Obama y cofundador del grupo “BoricuActívate”.

Más cerca de una victoria

Los senadores republicanos, Marco Rubio, de Florida, y Bob Corker, de Tennessee, dijeron hoy que están dispuestos a dar el “sí” al plan,  tras recibir concesiones, lo que prácticamente pone a los conservadores a las puertas de su primera victoria legislativa este año.

Rubio votará a favor del plan después de exigir que se ampliara el CTC, de manera que las familias de bajos recursos y con hijos menores puedan recibir un reembolso de hasta $1,400 del total del crédito, es decir, $300 más que la versión anterior.

En su cuenta en Twitter,  Rubio explicó el aumento del reembolso dentro del CTC, del 55% al 70% es “un paso sólido hacia reformas más amplias que son pro-crecimiento y pro-trabajadores”.

Pero algunos de sus votantes le replicaron que las concesiones que obtuvo son “migajas” que servirán de poco para la gente de bajos recursos, mientras que otros advirtieron que votarán en contra de los republicanos el próximo año.

Corker dijo en una declaración escrita que el proyecto de ley “no es perfecto”  pero al menos representa “una oportunidad única en generaciones para que los negocios estadounidenses sean más productivos en casa, y más competitivos a nivel internacional”.

Fuentes legislativas demócratas dijeron a este diario desde el anonimato que aún hay posibilidades de derrotar el plan, por la situación de incertidumbre en torno a los senadores republicanos de Arizona, Jeff Flake y John McCain.

Flake está indeciso sobre el plan, y McCain está hospitalizado por malestares relacionados a su tratamiento de quimioterapia por cáncer cerebral.

Mientras, el senador republicano por Mississippi, Thad Cochran, también se ausentó del Senado esta semana debido a una lesión cancerígena en la nariz. Su portavoz, Chris Gallegos, ha dicho que éste regresará a Washington para el voto final.

En la columna de indecisos también estaban esta mañana los senadores Mike Lee, de Utah, y Susan Collins, de Maine.

Los republicanos tienen apenas un margen de 52-48 en el Senado, y la ausencia de tres senadores de su bancada bloquearía la reforma fiscal para este año.

Ante la incertidumbre aritmética, el vicepresidente, Mike Pence, ha postergado su viaje a Medio Oriente por si, en su calidad de presidente del Senado, tiene que acudir al Capitolio para romper un empate en la votación.

Se movilizan en contra del plan

Eduardo Sainz, director estatal de Arizona de “Mi Familia Vota”, dijo a este diario que, con o sin los ajustes, “el resultado final sigue siendo el mismo para las comunidades latina e inmigrante”.

“Los recortes tributarios para los más ricos y las corporaciones se pagarán a costa de los trabajadores de bajos y medianos ingresos, especialmente los latinos”, advirtió.

Según Sainz, aún si el plan corrige el CTC, éste provocará grandes recortes en servicios de cuidad de salud que serán desastrosos para unos 13 millones de estadounidenses que perderán su seguro médico, “incluyendo millones de latinos”.

Por ello, activistas de “Mi Familia Vota” y otros grupos cívicos en todo EEUU seguirán realizando protestas en Washington y en los distritos de los legisladores.

Cerca de una treintena de activistas de organizaciones hispanas y grupos religiosos se apostaron hoy en la oficina de Flake en Phoenix, donde formaron un círculo de oración y le exigieron “justicia” por quienes quedarán fuera del plan fiscal, y también por los “Dreamers” que aguardan una solución legislativa.

Los activistas divulgaron hoy una serie de anuncios de radio en español urgiéndole que vote en contra del plan fiscal, que calificaron como un “timo” para la comunidad hispana.

Flake, quien se jubilará el próximo año, votó a favor del primer plan fiscal que salió del Senado porque, según explicó entonces, obtuvo un compromiso de su bancada de buscar una solución permanente para los “Dreamers”.

Pero el asunto de “DACA” está en la cuerda floja este año, y Flake se mantiene indeciso sobre la versión final del plan de recortes.

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