La batalla constante contra el bullying

Tips para criar hijos conscientes sobre este creciente problema

Se sabe que el 60% de los niños y jóvenes intimidadores terminan en la cárcel antes de cumplir los 24 años por crímenes o violencia doméstica.

Se sabe que el 60% de los niños y jóvenes intimidadores terminan en la cárcel antes de cumplir los 24 años por crímenes o violencia doméstica.  Crédito: Shutterstock

Lauren “Lulu” Williams, una estudiante de 16 años de la Franklin High School de Tennessee, acaparó los titulares de las noticias hace un par de semanas tras haber sido víctima de un acto de bullying que fue publicado en Instagram por un grupo de estudiantes acosadores,  quienes filmaron el momento en que uno de ellos arrancó de su cabeza la peluca que usa  para afrontar una afección que le genera la caída del cabello.

Con el inesperado acto, que sucedió en el comedor de su escuela, los acosadores buscaban hacerla quedar mal ante los estudiantes, burlarse de su apariencia y ganarse los $5 dólares que habían acordado dar a quien se atreviera a ejecutar el intimidante plantón.

Según han informado los medios, en la actualidad la escuela investiga el caso y tanto el acosador como sus cómplices podrían enfrentar cargos de asalto.

Después del incidente, la madre de Lulu —Myckelle Williams— dijo a la prensa que tras el acto su hija se sintió humillada, sufrió un fuerte dolor de cabeza y tuvo que ser tratada en un hospital por abrasiones en la cabeza y dolencias en el cuello provocadas por el inesperado tirón.

Pero el traumático evento no derrotó a Lulu. Ella se negó a dejar que sus victimarios se salieran con la suya: sacó fuerzas de su interior, se rapó la cabeza para lucir bella sin pelo, tomó el control de sus emociones y creó con su progenitora el hashtag #SayNoToShaming2018, para insta a otros a expresarse en contra del bullying.

La historia de hostigamiento de Lulu tuvo un final inspirador y feliz. Pero no siempre ocurre lo mismo. Algunos terminan quitándose la vida, como ocurrió con Felicia García, una estudiante de 15 años de la secundaria Tottenville de Nueva York, que en octubre de 2012 saltó frente a un tren en movimiento en Staten Island (ante los ojos de unos 200 compañeros de su escuela) después de ser acosada por sus compañeros de clase por haber tenido relaciones sexuales con cuatro jugadores del equipo de futbol americano de su plantel. Los encuentros íntimos fueron filmados y publicados en la red, transformándose en un tema de burla constante hacia la adolescente.

Las estadísticas de los Centros de Prevención y Control de Enfermedades (CDC) y del sitio Stopbullying.gov (del gobierno federal) muestran que el bullying se manifiesta en los niños de cuarto al 12 grado, siendo más frecuente entre los que cursan los grados de la escuela intermedia (del noveno al 12 grado).

Un llamado para ponerle el alto 

Debido a que el acoso escolar se ha convertido en los últimos años en un fragelo que golpea duro y hasta cobra vidas, los sociólogos y psicólogos que se han dedicado a estudiar sus causas y efectos han señalado que para pararlo se requiere que los padres eduquen a sus hijos sobre éste, cómo identificarlo y cómo no ser una víctima o victimario.

Stopbullyng.gov publica en su sitio los siguientes consejos para esta misiva:

  • Enseñarles que deben hablar con un adulto de confianza si son acosados o ven que otros lo son.
  • Enseñarles cómo enfrentar a quienes los hostigan, ya sea usando el humor, diciendo “¡basta!”, denunciando al agresor de inmediato o retirándose.
  • Abrir los canales de comunicación con los hijos. Para ello, se recomienda iniciar la conversación con preguntas como estas: ¿qué pasó de bueno hoy?, ¿sucedió algo malo?, ¿cómo fue la hora del almuerzo en tu escuela?, ¿con quién te sentaste?, ¿de qué hablaron?…

Si los padres notan que el menor se niega a ir a la escuela, no duerme bien, está inapetente, luce deprimido o nervioso o ha tenido cambio en su comportamiento, la Dra. Rebecca Petersons —especializada en psicología y con práctica en Sherman Oaks, California— recomienda iniciar la conversación sobre el bullying con preguntas como: ¿por qué no quieres ir a la escuela?, ¿alguno de tus compañeritos se burla de ti, te golpea o te hace cosas para que te sientas incómodo ante los demás?

Y como los niños que son víctimas del acoso por lo general son tímidos, callados, solitarios, pacíficos o tienen alguna limitación física o mental, Peterson indica que es importante inscribirlos en clases extracurriculares que les ayuden a desarrollar la confianza y conocer a menores con sus mismos intereses que, al convertirse en sus amigos, los van a proteger y defender en situaciones de acoso.

Cuando el hijo es el acosador

Peterson dice que si los hijos son los victimarios, es importante que los padres tomen medidas para corregir y frenar su mal comportamiento en vez de optar por una posición protectora e incrédula ante las quejas.

“La actitud protectora [por parte de los padres] es peligrosa, porque le niega al hijo la ayuda que necesita para cambiar su agresividad y personalidad conflictiva que, de no ser modificada a tiempo, lo podría convertir en el futuro en un criminal o delincuente”, acentúa la experta en comportamiento humano. “Sabemos que el 60% de los niños y jóvenes intimidadores terminan en la cárcel antes de cumplir los 24 años por crímenes o violencia doméstica”.

Señala que los padres pueden darse cuenta que su hijo es un acosador cuando empiezan a tener quejas de ello o éste retorna a casa con ropa y objetos que no le pertenecen o con heridas y moretones que delatan el haber estado involucrado en una pelea.

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