Hay que desmantelar la Comisión de Taxis y Limusinas (TLC)

El taxista fue interrogado

El taxista fue interrogado Crédito: Getty Images

El hecho lamentable de que tres taxistas se hayan quitado la vida en los últimos meses es un indicativo de que la industria del taxi debe ser transformada de modo que permita que los trabajadores del volante se ganen el sustento dignamente y en condiciones favorables.

Por eso, ante la primera audiencia del nuevo comité que regula esta industria, presenté un plan para eliminar la Comisión de Taxis y Limusinas (TLC) de la ciudad de Nueva York, a fin de que se cree una nueva agencia que aborde los desafíos y prácticas injustas que enfrentan los taxistas.

La afluencia de servicios como Uber y sus competidores ha sobrepasado a la industria y al mercado del taxi, creando dificultades económicas, estándares poco convencionales y expectativas poco realistas para los conductores en la ciudad de Nueva York.

Desde hace mucho tiempo la TLC enfrenta desafíos difíciles en sus esfuerzos por incorporar tecnologías nuevas y abiertas, proporcionar mejor accesibilidad, crear estructuras de tarifas competitivas y presentar transparencia y datos fácilmente disponibles como registros de viajes, tarifas y rutas.

Mis recomendaciones ayudarán a establecer nuevas reglas y regulaciones que incorporen plataformas modernas de uso de viaje compartido para igualar el mercado para todos los competidores que conducen, y agilizar mejor el proceso para los clientes.

Entre mis recomendaciones figura desmantelar la TLC y crear una nueva entidad que refleje la innovación y los nuevos modos de transporte, incluyendo las aplicaciones de viaje compartido como Uber, Lyft, etc.

Además, hay que crear una unidad independiente de aplicación de regulaciones. El sistema actual de aplicación y el sistema judicial están bajo el control de la TLC y no proporcionan a los trabajadores del volante un debido proceso y no permiten que tenga lugar un proceso de supervisión adecuado.

Debemos encontrar soluciones a la deuda por compra de medallones que los conductores de taxi de Nueva York enfrentan y permitir una mayor flexibilidad para garantizar el funcionamiento continuo de sus taxis y la capacidad de pagar sus préstamos.

Hay que ponerle fin al uso dual de los boro-taxis (taxis verdes), impidiéndoles tomar viajes preacordados y limitarlos solo para el servicio de recogida de pasajeros en la calle, de modo que los taxis livery y negro sean los únicos con servicios preacordados.

En mi plan, una medida importante que hay que tomar es la de reducir las multas por recoger pasajeros en la calle para conductores de taxis livery y negro. Actualmente las multas por recoger pasajeros en las calles cuestan $500 por la primera ofensa, $1,500 por la segunda y revocación de la licencia por la tercera ofensa; y en las áreas situadas debajo de la calle 96 las multas llegan a $2,000 por una primera ofensa, $5,000 por la segunda y $10,000 y revocación de la licencia por la tercera ofensa. Estas multas, visiblemente exorbitantes, representan una carga económica demasiado pesada para estos trabajadores.

Se tiene, además, que limitar el número de vehículos en servicio que pueden operar en la ciudad de Nueva York y el número de bases que pueden existir en la ciudad. Según datos de la TLC, actualmente hay 180 mil choferes y 130 mil vehículos con licencia de taxis. Se ha llegado a un punto en que la oferta de taxis es mayor que la demanda de este servicio, lo que hace más difícil ganarse la vida en esta industria.

Y hay que crear una mayor regulación para los servicios de viaje compartido como Uber, Lyft y otros servicios de este tipo.

Como parte de mis continuos esfuerzos para asegurar que todos los taxis y vehículos por contrato (for-hire) sean tratados por igual, enviaré una carta al Departamento de Justicia (DOJ) para solicitar una investigación sobre la aplicación selectiva de regulaciones, y sobre las prácticas de poner trampas a los taxistas para multarlos, y discriminación dentro de la TLC.

Muchos conductores de taxis de servicios preacordados reclaman haber recibido grandes multas por recoger personas que aparentemente lo necesitaban, para descubrir luego que el posible pasajero era parte de una larga red de prácticas de distribución de multas.

Tengo la esperanza de que las recomendaciones presentadas para desmantelar la TLC y reemplazarla por una nueva agencia crearán un mercado equitativo para todos los conductores de taxis, conductores por contrato (for-hire) y propietarios de taxis de NYC, así como también para los servicios de viaje compartido, a fin de garantizar la transparencia, la rendición de cuentas y la innovación para los conductores y los clientes que ellos sirven.

-Adriano Espaillat es congresista por el Distrito 13 de NY.

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Adriano Espaillat

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