Dos ejecuciones suspendidas evitan día histórico en penas de muerte

El declive de la pena capital hace que las ejecuciones cada vez menos coincidan en un mismo día

De tres ejecuciones programadas este jueves en Estados Unidos, sólo una se concretó

De tres ejecuciones programadas este jueves en Estados Unidos, sólo una se concretó Crédito: Pixabay

WASHINGTON.- Con tres ejecuciones programadas, el jueves iba a ser la jornada más mortal de pena capital en Estados Unidos desde 2010, pero dos hechos aislados lo evitaron.

El gobernador de Texas, Greg Abbott, conmutó a cadena perpetua la condena a muerte de un reo que mató a su familia por dinero después de que el padre, único superviviente, implorase clemencia.

La de Texas era una de las tres ejecuciones programadas este jueves en Estados Unidos junto a otras dos en Alabama y Florida, siendo esta última la única que finalmente se llevó a cabo.

Abbott tenía en sus manos la vida de Thomas “Bart” Whitaker, un joven blanco de familia adinerada que en 2003 decidió matar a sus padres y a su hermano con el fin de cobrar su seguro de vida, de 1,5 millones de dólares.

Este jueves, 30 minutos antes de las hora prevista para el ajusticiamiento, Abbott anunció la salida de Whitaker del corredor de la muerte para cumplir una cadena perpetua. La decisión de Abbott fue tan inusual que apenas ha pasado dos veces en Texas, estado que ha ejecutado a 548 reos desde que se restituyó la pena de muerte hace cuatro décadas.

La última vez que Estados Unidos había visto tres ejecuciones en un mismo día fue el 7 de enero de 2010, con las muertes de Vernon Smith en Ohio, Kenneth Mosley en Texas y Gerald Bordelon en Luisiana.

El declive que experimenta la pena de muerte ha hecho que las ejecuciones cada vez menos coincidan en las mismas fechas.

Poco después de la decisión de Abbott, Florida sí administró una inyección letal a Eric Branch por la violación y asesinato de una estudiante en 1993.  La ejecución de Branch fue la primera del año en Florida y la cuarta en todo el país.

La prevista tercera ejecución de la noche se hizo esperar más. Alabama pretendía ejecutar a Hamm, de 61 años, por asesinar en 1987 al recepcionista de un motel durante un atraco, pero los abogados del reo habían advertido que sus venas no eran aptas para una inyección.

Los verdugos de Alabama trataron de insertarle líneas intravenosas durante más de dos horas, pero finalmente desistieron y cancelaron la ejecución hasta nueva fecha. Al preso le diagnosticaron cáncer en 2014 y, según Harcourt, el tratamiento ha debilitado sus venas.

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