Hallan camas apiladas en casa rentada por Airbnb en Queens
Una familia alquilaba el lugar en Corona, que fue clausurado por las autoridades por condiciones insalubres y peligrosas
La Ciudad de Nueva York cerró una casa en Queens que operaba como un hotel ilegal registrado en Airbnb. El alojamiento ofrecía incluso pernoctas en tiendas de campaña instaladas en el jardín trasero por $21 dólares la noche.
La vivienda con el número 98-13 del Northem Boulevard, en la zona de Corona, es una de las dos casas desalojadas el mes pasado después de que las autoridades las consideraran un peligro para la salud y la seguridad pública.
Cuando los investigadores de la Oficina del Alcalde para Reforzar la Legalidad se presentaron en el inmueble el pasado 21 de febrero, descubrieron 27 colchones apilados en dos plantas, cuatro huéspedes y un residente permanente.
La propiedad, que pertenecía a dos familias, fue convertida de forma ilegal en siete habitaciones donde vivían residentes temporales y uno permanente, según los oficiales.
La casa fue calificada como una vivienda con hacinamiento, construida ilegalmente y “con medios insuficientes de evacuación y sin un extinguidor o sistemas de alarmas por incendio”. Tampoco contaba con detectores de humos.
La propietaria, Susan Yeh, de 81 años, aseguró a las autoridades que sus inquilinos, la familia de Edwin Sosa, no habían pagado el alquiler desde diciembre. La familia había publicado hasta 20 ofertas de la casa en Airbnb. Una de las publicaciones −que contaban con numerosos errores−, se titulaba “Viajeros-Saco de dormir-Tienda de campaña” e incluía una foto de una cama plegable o de un colchón hinchable en una tienda de campaña grande.
Yeh fue acusada de cuatro infracciones y se le impuso una multa de hasta $63,000 dólares.
Sosa, de 36 años, ofrecía habitaciones por $21 dólares por noche, a pesar de que la Ciudad ya había cerrado esa casa en el pasado por numerosas violaciones de la ley. Sosa reconoció que había recibido multas por exceso de inquilinos en la casa.
Además, la familia de Sosa era propietaria de una segunda casa que también fue clausurada por las autoridades: un edificio de dos familias situado en el 33-13 de la calle 98. Los inspectores descubrieron en el interior de este inmueble cinco clientes de Airbnb, que se alojaban en algunas de las siete habitaciones repartidas en ambas plantas de la vivienda.
Las propietarias de este segundo edificio, Melissa y Dalissa Sosa, eran muy conocidas por las autoridades de la Ciudad. Hace seis años, habían sido acusadas de cuatro infracciones y habían recibido una orden de desocupación por convertir ilegalmente el sótano en un apartamento. Por estas violaciones, recibieron una multa de hasta $53,000 dólares.
Fundada en 2008, Airbnb tiene cada vez más usuarios que buscan un alojamiento a través de esta plataforma, al mismo tiempo que se incrementan los casos de alquileres ilegales de apartamentos en Nueva York.