ICE siembra el miedo entre los trabajadores del campo y familias inmigrantes
Febrero fue un mes muy duro; muchos de los detenidos no tienen antecedentes penales pero se los llevaron por estar en lugar donde iban por otros
Los operativos efectuados por el Servicio de Migración y Control de Aduanas (ICE) durante el mes de febrero dejaron temblando y llenos de miedo a las familias inmigrantes, no sólo del área de Los Ángeles sino del Valle de San Joaquín al centro de California.
Mientras que en los operativos en el Valle de San Joaquín a finales de febrero se detuvieron a poco más dos docenas de trabajadores agrícolas, el día que más mexicanos indocumentados se han arrestado bajo la administración del presidente Trump en el área de Los Ángeles fue el 12 de febrero.
Durante un encuentro con la junta editorial de La Opinión, el cónsul de México en Los Ángeles, Carlos García de Alba, dijo que se detuvieron a 39 inmigrantes mexicanos en el área de Los Ángeles en esa fecha – que coincide con una redada dada a conocer por autoridades migratorias en esa semana en la que fueron detenidos decenas de indocumentados .
“Las cifras de inmigrantes mexicanos indocumentados arrestados durante la administración de Donald Trump son similares a las de la época de Obama. La diferencia es que ahora las organizaciones de defensa son más vocales y más protagonistas, hay más publicidad, más tuits y en la época de Obama reinaba el silencio ante los arrestos y deportaciones”, dijo el cónsul De Alba.
También hizo notar una diferencia sustancial entre la administración de Trump y Obama. “Bajo Trump, hemos visto un arresto mayor de personas sin antecedentes criminales y de colaterales, es decir de gente que no iban por ella pero estaban en el lugar donde esperaban encontrar a un inmigrante con antecedentes criminales”, expone.
Armando Helenes, vicepresidente del Sindicato de Trabajadores del Campo (UFW), señaló también que los campesinos arrestados no parecen tener serios antecedentes criminales. “En un caso, los agentes iban por una persona que ya no vivía en ese lugar, pero como se encontraron con otro indocumentado, se lo llevaron solo por estar ahí”, lamentó.
Familias separadas
Valentín acababa de dejar a sus hijos en la escuela en la ciudad de Porterville, en el Valle de San Joaquín, cuando fue arrestado por agentes de ICE.
Su detención dejó en el desamparo a su esposa y sus cinco hijos, uno de ellos con parálisis cerebral.
Valentín (a quien la familia pidió no revelar su apellido), un trabajador del campo de 24 años era el principal proveedor de su familia. Estaba trabajando en la poda de la naranja.
Entre el domingo 25 de febrero al miércoles 28 de febrero, ICE llevó a cabo un operativo en vehículos sin placas y sin insignia que concluyó con el arresto de 26 trabajadores del campo indocumentados en el Valle de San Joaquín, estimó Helenes del UFW.
“Hay mucho temor en el campo. Los trabajadores están muy preocupados. Los han detenido mayormente cuando van al trabajo”, explica Helenes.
Valentín es de Guanajuato, México. Emigró a Estados Unidos hace cinco años. Conoció a María ya con cuatro hijos. Cuando Valentín se casó con ella se hizo cargo de los niños como si fueran suyos. Hace dos años, María y Valentín tuvieron su primera hija, quien ahora tiene dos años.
“Valentín no hacía distinciones. Quiere a mis hijos como si fueran de él. Es un padre ejemplar. Él es bien trabajador, amistoso. Yo le pregunté a Dios, ¿por qué dejas que el diablo venga y se lleve a gente buena como mi esposo?”, dice.
Valentín fue detenido como a las 8:30 de la mañana del martes 27 de febrero. Se encuentra en el Centro de Detención de Adelanto. Su esposa María aclara que él no tiene antecedentes penales, salvo una falta por conducir en estado de ebriedad (DIU) que ya fue saldada.
“Hablamos todos los días por teléfono. Hay días que está tranquilo. Otros, muy desesperado. Me cuenta que la comida está muy mala”.
María comparte sus esperanzas de que su esposo pueda salir libre con una fianza.
Mientras tanto dice que hay un ambiente de zozobra entre la comunidad inmigrante que trabaja en la agricultura del Valle de San Joaquín.
“Ya no queremos ir al trabajo. Una amiga americana me lleva a mis hijos a la escuela. Me da miedo salir a la calle. Yo también soy indocumentada”, dice María de 29 años de edad, y quien lleva 15 años en el país. Ella es originaria de Jalisco, México.
Al ser detenido su esposo y no recibir ingreso alguno, María se encuentra en una situación muy precaria. Armando Helenes del UFW le ayudó a abrir una cuenta en el sitio GoFundMe para recaudar fondos para su defensa legal, el pago de la renta y comida. “La cuestión económica me tiene angustiada. Por favor les pido que me ayude con 5, 10 dólares, lo que puedan”, dice suplicante.
Helenes dice que el UFW está aconsejando a los campesinos a que conozcan sus derechos. “Inmigración no puede llevárselos sin una causa para detenerlos; deben saber que tienen derecho a mantenerse en silencio; a un abogado y a no firmar ningún documento”, expone.
Preocupación entre los agricultores
Joe del Bosque, un agricultor del Valle de San Joaquín, dice que quienes cultivan fruta y verdura que se levanta a mano y ocupan de trabajadores están preocupados de que ICE vaya a llegar a los campos y arrestarlos.
“Hasta ahorita no lo han hecho pero nos preocupa porque estamos muy limitados en cuanto al número de trabajadores. Si no levantamos la fruta, se pierde”, dice Del Bosque, cuyo cultivo principal es el melón.
“Lo que sí hemos visto son auditorías de ICE a empresas agrícola para verificar que sus trabajadores tengan autorización para trabajar. Hace unas semanas, una compañía de cítricos tuvo que despedir a 40 trabajadores porque no tenían los permisos para trabajar. Es peor si los dejan ir y luego los vuelven a ocupar”, dice.
Del Bosque expresa que lo que ellos han venido buscando desde hace años es una reforma migratoria para los trabajadores del campo. “Hay una propuesta del congresista Bob Goodlatte de Virginia que busca reemplazar el programa de trabajadores huéspedes por uno que no se acopla con las necesidades de California, ya que pretende que los trabajadores que ya están establecidos aquí regresen a sus países”, indica.
Enfatiza que para los trabajadores que llevan años aquí y han formado una familia, los productores de frutas y verduras quieren una residencia permanente.