Ten cuidado con el consumo desmedido de azúcar

Además de sobrepeso y obesidad, también se relaciona con diabetes, cáncer y otras enfermedades crónicas graves

En promedio, cada persona consume unas 150 libras de azúcar refinada al año.

En promedio, cada persona consume unas 150 libras de azúcar refinada al año.  Crédito: Pixabay

¿A quién le amarga un dulce? Es una pregunta que muchos no tienen que pensar mucho para responder que a nadie o, por lo menos, a casi nadie. Tentaciones que hacen sucumbir constantemente a muchos que buscan disminuir el consumo de productos con alto contenido de azúcar refinada, como las bebidas carbonatadas o  energizantes, cereales secos azucarados y  dulces de repostería, entre otros.

De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que hoy día, en promedio, cada persona consume unas 150 libras de azúcar refinada al año. Lo que equivale a entre 300 y 600 calorías por día. Una ingesta exagerada que, según los profesionales de la salud, es capaz de afectar severamente tejidos y órganos vitales.

Un consumo que aumenta las posibilidades de enfermarse a personas en riesgo de sufrir síndrome metabólico, un conjunto de dolencias que aumenta las posibilidades de desarrollar diabetes tipo 2, así como enfermedades coronarias y hepáticas. (El exceso de grasas en sangre o triglicéridos, colesterol alto, hipertensión, glucosa alta en sangre o grasa acumulada en el vientre, son algunos de los elementos claves para diagnosticar  este síndrome).

“En el individuo saludable, el consumo excesivo de azúcar se va a almacenar como grasa, lo que eventualmente va a llevar a sobrepeso u obesidad. Pero en la persona que tiene diabetes, si no hay suficiente insulina, esa azúcar va a comenzar a circular por la sangre y se deposita en venas y arterias, lo que  va causando  lesiones  que pueden llevar a diversos problemas de salud, como infartos o derrames cerebrales”, advierte la doctora Ada Laureano, profesora del programa de nutrición de bachillerato y de maestría de la Universidad del Turabo.

Pero, al parecer, también puede tener otros riesgos. Por ejemplo, en enero de este año un equipo de científicos de China y Reino Unido, publicó un artículo en la revista Diabetología del que se desprende  que cuanto mayor es el nivel de hemoglobina glucosilada —que refleja el contenido medio de la azúcar en el organismo  en los últimos tres meses— mayor es la velocidad de deterioro cognitivo del cerebro.

Mientras que una investigación publicada en octubre del año pasado en la revista científica Nature, aporta nueva evidencia sobre el rol de la glucosa y los cambios químicos y biológicos que se dan a nivel molecular en el organismo en relación con el desarrollo de tumores cancerosos.

Una de las teorías es que cuando  los niveles de azúcar en la sangre aumentan rápidamente, el cuerpo libera la dosis de insulina necesaria, acompañada de la emisión de otra molécula, llamada factor de crecimiento celular. Pero mientras el azúcar nutre los tejidos, la insulina y el factor de crecimiento tienen en común otro efecto: potenciar los factores de inflamación que estimulan el crecimiento celular y actúan como abono para los tumores.

Otra investigación, publicada por el Instituto Karolinska, en Suecia, sobre un estudio realizado entre 1997 y 2005, encontró que un elevado consumo de azúcar y alimentos azucarados aumentaba el riesgo de padecer cáncer de páncreas, de colon y de vejiga.

Por eso, si una persona está luchando contra el cáncer, recomiendan los profesionales de la salud, debería transformar su dieta hacia una lo más natural posible, en la que se excluya todo alimento que sea procesado o que sea alto en azúcar refinada.

El gusto por lo dulce

El consumo de alimentos con alto contenido de azúcar se asocia con placer porque favorece la liberación de endorfinas,  como la serotonina, que entre otras funciones fisiológicas, regula el estado de ánimo e interviene en el control del apetito, explica la endocrinóloga Myriam Allende, profesora en el Recinto de Ciencias Médicas y presidenta del Capítulo de Puerto Rico de la  American Association of Clinical Endocrinologists  (AACE).

Sin embargo, la especialista explica que aunque no hay duda de que el exceso de azúcar refinada tiene unos efectos en el organismo, hay  personas saludables y activas que lo pueden  metabolizar correctamente y no tienen problemas.

“El que comas un exceso de azúcar no te va a dar diabetes. Lo que pasa es que si consumes un exceso de calorías, eres sedentario y aumentas de peso, puede haber resistencia a la insulina y de ahí desarrollar diabetes tipo 2”, advierte la doctora Allende.

La resistencia a la insulina es una afección que se caracteriza por la deficiencia de los tejidos a responder a la insulina, resultando en disminución de la utilización de la glucosa y aumento en la liberación de glucosa hepática. Por lo tanto,  es un factor en el desarrollo de obesidad, diabetes tipo 2 y los desórdenes metabólicos más prevalentes.

En ese sentido, la endocrinóloga  explica  que la regulación del apetito y del peso es un sistema complejo  que depende de cientos de hormonas y neurotransmisores, del sistema circadiano y componentes del sistema nervioso central,  la genética, la cultura, el medioambiente y hasta  las bacterias intestinales.

“Todo esto va a determinar cuánto comes, cuándo dejas de comer y cómo metabolizas lo que te comiste. También apunta a las preferencias por el azúcar, las grasas o lo salado”, explica Allende, quien acepta que, en ese sentido, el azúcar podría considerarse como una sustancia adictiva.

Un  efecto  parecido al que sucede con la adicción a los alimentos, que se caracteriza por la ingesta excesiva y descontrolada de comida, indica  la licenciada Zuania Clemente, dietista clínica del Programa de Control de Peso del Hospital Auxilio Mutuo.

“Implica que hay una interacción bioquímica en el cuerpo que crea un deseo fisiológico para unos alimentos específicos, como  los  altos en azúcar o   en grasas”, coincide Clemente, quien dice que pasa lo mismo con la adicción al alcohol y otras sustancias.

“Si consumimos alimentos altos en azúcar y no realizamos actividad física, eso nos lleva a sobrepeso u obesidad debido a que el azúcar es un carbohidrato y su exceso se convierte en grasa. Esto desencadena en el desarrollo de otras condiciones como es la diabetes y las condiciones cardiovasculares, además de que se ha relacionado con ciertos tipos de cánceres”, agrega la nutricionista, quien dice que, en términos generales, un adulto puede consumir hasta 24 cucharaditas de azúcar al día.

“Por ejemplo, una lata de 12 onzas de una bebida carbonatada contiene 9.7 cucharadita de azúcar. O sea que si es una persona que consume tres de estas latas al día, consume unas 29 cucharaditas de azúcar al día”, advierte Clemente.

A tener en cuenta

Según la nutricionista clínica Zuania Clemente, la Asociación Americana del Corazón recomienda que las mujeres consuman  seis cucharaditas de azúcar al día y los hombres nueve.  Aquí otras consejos:

  •  Es  importante reconocer cuáles son los alimentos que tienen mucha azúcar añadida y se deben evitar o tener un consumo limitado. Entre ellos:
  •  Disminuye el consumo de bebidas carbonatadas, refrescos y jugos con azúcar añadida.
  •  Evita o reduce el consumo de  cereales secos azucarados,  chocolates, yogurt con sabor, bizcochos, galletas y otros dulces de repostería.
  •  Limita las granolas, alimentos congelados, las barras de cereales, las salsas BBQ, el kétchup, los aderezos, las frutas secas, las frutas enlatadas o en puré.
  •  Usa con moderación los endulzadores artificiales debido a que, aunque  no va a tener el efecto de aumentar los niveles de glucosa en sangre, tiende a endulzar más y  estimula el paladar a consumir  mayor cantidad.
  •  Deja de endulzar las bebidas calientes, como el té, café, cereales calientes que consumas en el día poco a poco. A medida que dejas  de lado el sabor dulce, podrás disfrutar   del verdadero sabor de las bebidas y alimentos. Intenta usar canela y especias que ayuden a darle sabor a tus bebidas.
  •  Adquiere la costumbre de consumir agua,  es mucho más saludable. Y cuando desees darte algún gusto prepara jugos de frutas recién exprimidas y diluye con agua.
  •  Cuando compres alguna bebida o alimento es importante leer las etiquetas nutricionales y solamente compra aquellos que dicen “sin azúcar añadida”.
  •  Para evitar consumir algo dulce, es recomendable consumir una fruta con un trozo de queso a modo de postre, en vez de  un helado, bizcocho, flan o cualquier otro dulce con alto contenido de azúcar.
  •  Enseña a tus hijos desde pequeños y no les ofrezcas  golosinas y dulces como premio. De esa forma no los asocian con momentos agradables. En vez, ofréceles  frutas.
  •  Evita tener en casa alimentos guardados que contengan azúcar añadida, dulces, caramelos, chocolates, etc.

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