La campaña PODER del gobernador Rosselló no defiende el interés de los puertorriqueños

WASHINGTON, DC - NOVEMBER 14:  (L-R), Ricardo Rossello Nevares, Governor of the Commonwealth of Puerto Rico, Kenneth Mapp, governor of the US Virgin Islands, Bruce Walker, Assistant Energy Secretary for Electricity Delivery, and Maj. Gen. Donald Jackson Jr., deputy commanding general for civil and emergency operations at the U.S. Army Corps of Engineers, participate in a Senate Energy and Natural Resources Committee hearing on hurricane recovery efforts in Puerto Rico and US Virgin Islands, on Capitol Hill November 14, 2017 in Washington, DC.  (Photo by Mark Wilson/Getty Images)

WASHINGTON, DC - NOVEMBER 14: (L-R), Ricardo Rossello Nevares, Governor of the Commonwealth of Puerto Rico, Kenneth Mapp, governor of the US Virgin Islands, Bruce Walker, Assistant Energy Secretary for Electricity Delivery, and Maj. Gen. Donald Jackson Jr., deputy commanding general for civil and emergency operations at the U.S. Army Corps of Engineers, participate in a Senate Energy and Natural Resources Committee hearing on hurricane recovery efforts in Puerto Rico and US Virgin Islands, on Capitol Hill November 14, 2017 in Washington, DC. (Photo by Mark Wilson/Getty Images) Crédito: Getty Images

En los últimos meses, el gobernador Ricardo Rosselló ha montado un “media tour” en varios estados que cuentan con importantes segmentos de la diáspora puertorriqueña. El gobernador se ha presentado como héroe nacional luchando contra las políticas abusivas del gobierno federal.

El más reciente capítulo en esta producción ha sido su anuncio de una campaña electoral llamada “PODER”, que pretende movilizar el voto en la diáspora para conferir mayor poder político a Rosselló cuando acude al Congreso. Así, asegura él, luchará contra el trato de “segunda clase” que se nos han dado en Washington.

En sus múltiples y costosos viajes fuera de la isla, el Gobernador pretende abogar por el bienestar de los puertorriqueños. Pero sus acciones en la isla han hablado por sí solas, las cuales han favorecido una y otra vez el pagarle a los bonistas multimillonarios sobre $7,364 millones antes que ayudar a las personas trabajadoras de nuestro país que permanecen con hambre y enfermos.

Durante las negociaciones del plan fiscal, el gobernador le prometía miles de millones a sus amigos en Wall Street, al mismo tiempo que anunciaba el cierre de otras 283 escuelas públicas, dejando a los más afectados –padres, maestros, estudiantes y municipios– fuera del proceso de toma de decisiones. Desde mucho antes de la crisis humanitaria que estamos viviendo y, ahora más aún, la deuda no se puede ni se debe pagar.

La estrategia del gobernador es problemática. Por un lado, empuja medidas de austeridad que provocan un éxodo masivo de boricuas a la diáspora, y por otro acude a la diáspora prometiendo un plan para resolver los problemas de Puerto Rico. Una población que lleva décadas organizándose y ahora resulta que contará con la “ayuda” de un gobernador que acelera la emigración. ¿Alguien sabe de dónde sale el dinero para financiar esta campaña?

Ya son más de 5 millones de puertorriqueños y puertorriqueñas viviendo en los Estados Unidos, con plena capacidad de voto y una tradición fuerte de salir a las urnas para ejercer un poder político que puede cambiar el futuro de Puerto Rico para siempre. Mucho del trabajo de organización comunitaria y política de esta población se ha estado haciendo hace muchos años. Incluso más recientemente, agrupaciones como Organize Florida, VAMOS4PR y Power4Puerto Rico han trabajado con familias puertorriqueñas desplazadas a causa de la crisis económica, logrando cambios positivos para la comunidad puertorriqueña en Orlando, y continúan construyendo poder político para apoyar a los puertorriqueños en la Florida, sino también a los seres queridos que siguen dando la lucha en Puerto Rico.

Así mismo, miles de familias después del huracán llegaron al frío de ciudades como Hartford en Connecticut, Allentown en Pensilvania, la Ciudad de Nueva York y Elizabeth en Nueva Jersey. Allí han recibido el respaldo de decenas de organizaciones históricas en la diáspora, y algunas se han incorporado al activismo de organizaciones comunitarias como Make the Road, New York Communities for Change, A Call to Action, entre muchos otros, para combatir los abusos de FEMA y el abandono del Congreso y ayudar a que estas familias vivan con dignidad en Estados Unidos y se autogestionen el poder político que necesitamos construir colectivamente para que Puerto Rico recupere.

La campaña PODER, y su enfoque en ciudades como Orlando y Kissimmee en Florida, no sólo llega tarde sino que es puramente oportunista.

La organización política de la diáspora es imperativa y urgente. No obstante, la manipulación política de la diáspora como monigotes de conveniencia electoral se debe rechazar y repudiar.

Ojo al pillo y a los falsos profetas.

-Julio López Varona es el Director de Campañas de Puerto Rico en la Diáspora para el Center for Popular Democracy.

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