Anciana pierde su apartamento de renta controlada por alquilarlo a turistas en Airbnb
Opinan que ésta ha sido la consecuencia más severa en la historia de la ciudad por subarrendar en ese portal
Eileen Hickey, una pintora de 72 años, deberá abandonar su apartamento de renta controlada en TriBeCa luego de que una juez la penalizara por haberlo alquilado ilegalmente a turistas a través de Airbnb.
Además de perder su techo, la juez le ordenó pagar una multa de $185 mil dólares, luego de que fuese demandada por el propietario del edificio.
Hickey disfrutaba de una renta controlada de $1,500 al mes en un apartamento tipo loft, de 1,400 pies cuadrados, que ocupa todo el cuarto piso en 460 Greenwich St. Ha vivido allí por 43 años y los alquileres ilegales le reportaron $4,500 al mes en 2014, según el propietario Robert Moskowitz.
Adicionalmente Hickey, ex curadora del Museo Guggenheim, posee un condominio en el East Village, pero dice que sólo lo usa como oficina.
Moskowitz sorprendió a Hickey cuando un turista español colgó un cartel en la escalera de incendios para recibir a sus amigos, y la demandó por “usar su apartamento de renta estabilizada como un hotel ilegal“, según los documentos judiciales.
En su defensa, Hickey dice que sólo recurrió brevemente a Airbnb, alquilando su apartamento por un total de 85 días, para pagar las facturas médicas de su ex marido, “no para ganarme la vida”.
Afirma que un abogado al que había consultado le dio luz verde para subarrendar la vivienda de dos dormitorios.
Hickey tiene hasta el 9 de junio para abandonar el apartamento. La multa de $185 mil dólares cubre los honorarios legales del propietario más una multa por violar el Código de Estabilización de Rentas.
Para la Contraloría de Nueva York, la página de alquiler temporal Airbnb es uno de los factores que están complicando la asequibilidad de la vivienda en la ciudad y ha sido responsable de un alza de 9.2% en los precios de alquileres entre 2009 y 2016.
Según los expertos, el castigo a Hickey ha sido la consecuencia más severa en la historia de la ciudad por un apartamento alquilado vía Airbnb. Algunos dicen que detrás de la cruzada en contra está la industria hotelera, que ha visto una merma en la ocupación de sus habitaciones.
Alegan que el Contralor de la ciudad, Scott Stringer, ha recibido $36,500 dólares en donaciones del Hotel Trades Council desde 2001, según registros citados por New York Post.