Análisis: Así podría evitar Liverpool el tricampeonato del Real Madrid en la Champions
Klopp alista el contragolpe contra un Madrid que suele quemar las naves en cada ataque
Europa arde con la cercanía de la gran final de la UEFA Champions League, el simil de un Super Bowl en el futbol, en la cual se medirán el Real Madrid, actual bicampeón de la justa y el Liverpool.
Derrotar a un equipo como el Real Madrid que tiene más ramas preparadas que el arsenal moscovita de Vladimir Putin, es una tarea complicada, poco probable, a decir verdad, aunque no imposible.
Al menos así lo ve el lado inglés, liderado por el técnico alemán Jurgen Klopp que le devolvió la alegría a un plantel que curiosamente jamás ha ganado la Premier League inglesa pero que en Europa brilla con luz propia.
En cuanto a experiencia no hay manera de ganarle a un equipo que ha ganado tres de los últimos cuatro títulos y que busca convertirse en el primer tricampeón desde que se cambió a formato de grupos a mediados de los 90, pero habrá otras maneras.
Una de ellas, quizá la más lógica, es poner mucha atención y dejar que el Madrid ataque como lo sabe hacer, con todas sus naves, para entonces aprovechar la velocidad y jugar al contragolpe. Algo que suena lógico pues Liverpool lo hace de forma extraordinaria, pero al Madrid no le desagrada.
Si fuera pelea de boxeo, el Real Madrid de Zidane es de esos púgiles que disfrutan devolver golpe con golpe, ni siquiera le preocupa de más proteger su barbilla pues sabe que su punch es tan grande que en cualquier momento puede terminar la batalla.
Pero todo tiene una clave… tres para ser exactos.
Las huestes rojas deberán aprovechar los arribos por la banda de Marcelo que suele descubrirse la espalda y dejarla en manos de Luka Modric, un genio con el balón en los pies, pero bastante mediano sin él, con lo que solo queda dejar fuera de posición a Casemiro, lo cual no es tan complejo por sus, cada vez más constantes, aventuras al ataque.
Con ello los atacantes de Liverpool multiplicarían sus posibilidades en mano a mano contra Raphael Varane, Sergio Ramos y el errático Keylor Navas.
Las armas ofensivas del Madrid en medio campo que incluyen al maestro Toni Kroos y ya sea a Isco o a Ascencio, no garantizan un sacrificio defensivo, por lo que el contraataque podría ser mucho más útil de lo que el mismo Zidane pueda imaginar.
Y es que Liverpool suele organizar bien estas salidas, con dos líneas defensivas frente a su área de manera que el atacante con el balón no tenga muchas opciones visibles y de ahí iniciar la recuperación y los relampagueantes latigazos que bien pueden terminar 80 metros más allá.
Con el doble pivote como la llave, a Klopp le importa poco la posesión del balón si puede castigar al rival cada que pierda el balón con los sobresaltos de su veloz ataque, el cual tiene casi como único verdugo a Mohamed Salah, único miembro del equipo que no carga con responsabilidad defensiva, pues la suya es marcar goles.
Por otro lado, con el balón en su poder, a Liverpool le gusta atacar por su lado derecho, justo el que cubre Marcelo, lo que implica vulnerabilidad madridista.
Por otro lado, al Madrid no le disgusta entregar la posesión como lo hizo en semifinales contra Bayer, cuando ellos mismos decidieron ir a la contra algo que también pueden hacer de forma correcta con los monstruos que tienen para definir.
Klopp debe saber que es posible que Zidane responda a sus carencias defensivas con un triple escudo formado por Kroos, Mateo Kovacic y Modric, con lo que ganaría marca y no sacrificaría un ápice de talento y sí dificultaría el ataque por el centro.
Sin embargo, cada formación probada por los madridistas han mostrado huecos que la velocidad puede partir en cualquier momento, por lo que la clave de este duelo estará en la recuperación certera del balón y el desdoble que se logre con él.