Editorial: La lactancia, otro desacierto de Trump
EEUU vuelve a hacer el ridículo con su actitud respecto a la lactancia materna
Estados Unidos se opuso a la leche materna. Amenazó a Ecuador con imponer tarifas comerciales y retener la ayuda militar si no retiraba su propuesta en el foro internacional. Hubo una consternación general. Nadie se atrevía a desafiar Estados Unidos hasta que Rusia intervino. Tomó la resolución que dejó Ecuador y la delegación estadounidense ya no protestó.
Este drama internacional ocurrió en la reunión que la Organización Mundial de la Salud (OMS) según el The New York Times. Se relata como torpemente se puede perder espacio con actitudes prepotentes por temas contrarios al resto del mundo y se da la oportunidad para que el rival estratégico sea el salvador. El bueno de la película.
Se esperaba una propuesta de resolución de Ecuador, basada en décadas de investigación, que cayó en problemas cuando la delegación estadounidense se opuso. Llamaba a los gobiernos a “proteger, promover y respaldar la lactancia materna” y a restringir la promoción de productos que según muchos expertos puede tener efectos perjudiciales para los bebés.
La administración Trump dijo que se opuso para defender el derecho de las mujeres al acceso a la fórmula para bebé. En realidad, la Casa Blanca intervino para proteger el negocio de una industria que llegará a los $70,000 millones para el 2029.
La resolución no prohibía el producto comercial. Tiene una utilidad en algunos específicos y menciona sus riesgos. Se cree que el incremento en el uso de la fórmula se debe al ingreso al mercado laboral y la falta de capacitación para ayudar a las madres que tienen leche. Existe numerosas barreras en la comunidad que no acepta con naturalidad la lactancia en público y no da garantías para que las madres trabajadoras puedan amamantar a sus bebés.
La administración Trump vuelve a hacer el ridículo negando la ciencia en favor de la industria. Estudio tras estudio demuestra los numerosos e indudables beneficios de la leche materna.
La organización de las Naciones Unidas no es favorita de la Casa Blanca: promueve la salud y es un organismo internacional que contrasta con la política de “América Primero”. En cuanto a la salud, ni se puede decir que los estadounidenses son una prioridad.
Trump suspendió el fin de semana un pago de $10,400 millones para que las aseguradoras puedan cubrir la atención médica de millones de estadounidenses, según su plan de cobertura médica. Va a crear un caos para echarle la culpa al Obamacare.
Estados Unidos aporta el 15% de presupuesto del OMS, que ayuda a que los brotes de enfermedades se no conviertan en pandemias. Trump quiere reducir esos fondos.
Se reemplaza el liderazgo estadounidense en el campo de la salud para ser un matón que defiende a la industria, amenazando a los países pequeños y se calla cuando llega Rusia.¡Qué vergüenza!