Después de reunirse en Los Ángeles, padre e hijo guatemaltecos esperan quedarse en EEUU tras sufrir separación

Recaudan fondos para ayudar a estos migrantes

Padre e hijo finalmente juntos.

Padre e hijo finalmente juntos. Crédito: Captura de GoFoundMe

En un acto desesperado de huir de la violencia y el crimen en su natal Guatemala, Hermelindo Che Coc, de 31 años, decidió emigrar hacia el norte junto a su hijo Jefferson Che Pop, de 6 años.

Atrás, en su pueblo La Ceibita, dejó a su esposa y a sus dos hijos menores quienes esperarían con ansias saber si les otorgarían el asilo en Estados Unidos.

Sin embargo, al llegar a la frontera México-Estados Unidos el 29 de mayo, padre e hijo fueron detenidos en El Paso, Texas y al siguiente día fueron separados sin muchas explicaciones.

El niño fue enviado a un centro de cuidados para menores inmigrantes en Nueva York y Che Coc estuvo detenido por 25 días antes de ser puesto en libertad con un grillete en el tobillo.

Tras 47 días separados y poco antes del cumpleaños de Jefferson, que es este 20 de julio, Che Coc por fin pudo reunirse con su hijo en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles el sábado por la noche.

Esta reunión fue una de las primeras en California después que un tribunal ordenara a la administración Trump reunir a casi 3,000 niños separados de sus familias en una política de inmigración de tolerancia cero.

No obstante, lo que Che Coc pensaba sería una grata reunión con su hijo, inmediatamente se disipó cuando vio la condición física y emocional del pequeño.

Jefferson no reaccionó al ver a su padre y se veía tímido y temeroso. Tenía protuberancias en los brazos y moretones en el rostro y el cuerpo.

Después de cargar y besar a su hijo fuertemente, el niño continuaba inexpresivo.

Sus brazos, estómago y espalda estaban cubiertos por ronchas. Tenía tos y secreción nasal y estaba mucho más delgado que antes de separarse de su padre.

Conmocionado Che Coc desabotonó la camisa de Jefferson, lo inspeccionó por todas partes y frotó sus brazos secos y descoloridos.

“No es así como les di a mi hijo”, dijo, llorando Che Coc en el aeropuerto. “Mi hijo ha vuelto enfermo”.

Che Coc y su primogénito eran muy unidos en su natal Guatemala. Jugaban futbol y marcaban la portería con palos. Los domingos, Jefferson vestía sus mejores ropas; una camisa vaquera a cuadros, cinturón de cuero y botas de piel de serpiente. Iban a misa, luego pasaban por la tienda del pueblo para comprar pan dulce.

“Es el amor de mi vida, mi héroe”, dijo Che Coc al periódico Los Angeles Times. “Estábamos tan apegados que no podía imaginar dejarlo atrás”.

Pero con esta experiencia, Che Coc duda que haya escogido lo mejor para su hijo. Sobre todo con el sufrimiento que ambos han pasado tras su separación.

Yiliana Johansen-Méndez, abogada del Centro de Leyes Defensores de Inmigrantes y quien representa a Che Coc, dijo que legalmente padre e hijo están en una situación extraña. Aparentemente Che Coc dijo que firmó varios documentos durante su detención, pero no sabe qué decían porque estaban en inglés.

“Cuando inmigración lo agarró lo llevó a una cárcel criminal, no a un centro de detención de inmigración, para hacerle cargos criminales por haber entrado ilegalmente”, dijo Johansen-Méndez. “Pero después lo dejaron salir porque ya no tenían espacio y le pusieron el grillete en el tobillo”.

Los cargos de entrada ilegal presentados contra Che Coc fueron desestimados. Ahora planean luchar por el asilo, una protección otorgada por el derecho internacional, para el padre y el hijo.

El 10 de julio tuvo su primera cita con inmigración pero no se logró resolver nada puesto que no estaba toda la documentación de Che Coc y su hijo.

“La juez no sabía la situación del caso…Tiene que regresar a otra cita en octubre cuando tal vez le puedan quitar el grillete”, dijo la abogada.

Anímicament,e la abogada dijo que Jefferson ya se siente un poco más a gusto con su padre, sin embargo se comienzan a ver las secuelas.

“El niño no quiere dormir solo, y si Hermelindo va a la cocina [Jefferson] lo sigue. No se quiere alejar de su papá nunca porque piensa que lo va dejar”, detalló la jurista.

Este es un trauma que tal vez le dure por algún tiempo y es por esta razón que los abogados esperan poder conseguir ayuda psicológica para el niño.

Johansen-Méndez dijo que por ahora Che Coc ha pedido una bicicleta porque no tiene medio de transporte y les ha pedido ayuda para inscribir a Jefferson en la escuela.

Él espera poder obtener un permiso de trabajo eventualmente.

Padre e hijo tienen una cuenta en GoFundMe para ayudar a cubrir gastos médicos y personales en lo que solucionan su estadía en el país. Para más información visite: https://www.gofundme.com/support-hermelindo-and-jefferson

“Las donaciones irán directamente a Hermelindo & Jefferson. Ayúdales a pagar sus gastos médicos, ropa, comida, y cualquier otra cosa que necesiten para que se establezcan y se recuperen de esta experiencia traumatizante”, lee el mensaje en la cuenta, que se acercaba a recaudar la meta de $15,000 dólares para ellos.

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