De los “hechos alternativos” al “gaslighting”: cómo Trump está intentando reescribir la historia

Trump ha cruzado la línea que separa la verdad de la transparencia, según el periodista de la BBC Jon Sopel

Trump vive una polémica tras otra.

Trump vive una polémica tras otra. Crédito: Getty Images

Es hora de que nos sentemos a hablar sobre la verdad y la transparencia.

Cada cierto tiempo, factores que son dispares chocan y, de repente, reconoces un patrón. No quiero que este texto resulte falso e ingenuo. He cubierto temas políticos el tiempo suficiente para saber que los políticos intentan darle a la verdad la forma que mejor convenga a sus propósitos para poder usar los hechos como armas que les den ventaja.

También sé que a los políticos les encanta la transparencia cuando juega a su favor. Pero se ha cruzado una línea en las dos últimas semanas.

Déjenme empezar por algo aparentemente pequeño.

Estaba escuchando al presidente estadounidense, Donald Trump, y a la primera ministra británica, Theresa May, en la conferencia de prensa que dieron durante la visita del mandatario norteamericano a Londres. Este hablaba sobre el Brexit cuando de repente aseguró que, un día antes de que se celebrara el referéndum sobre la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea en junio de 2016, él había predicho el resultado durante la inauguración de su campo de golf en Turnberry, en Escocia.

Di un salto en mi silla: yo había estado allí con él en ese viaje.

Trump en su campo de golf

Getty Images
Trump volvió a su campo de golf escocés en su última visita a Reino Unido.

No llegamos a Turnberry hasta el día después de la consulta popular. Él no estaba allí el 22 de junio, sino el 24. Lo publiqué en Twitter y escribí que era un poco raro.

Ahora entiendo que a la hora de contar una historia funciona mejor presentarse como un visionario que vio lo que se venía. También entiendo que cuando tienes 72 años puede confundir las fechas y momentos a la hora de recordarlas. ¿A quién no le sucede alguna vez? Aunque no algo tan importante como esto.

De cualquier modo, volvamos a mi tuit sobre el dato incorrecto del presidente. Me respondió Stephanie Grisham, la directora de comunicaciones de la primera dama pero que, sobre todo, en esa época era la encargada de prensa de Trump durante el viaje a Turnberry.

Me dijo en Twitter que el presidente había dado datos correctos y que tenía fotos para probarlo.

https://twitter.com/BBCJonSopel/status/1017779638381268992

Así que recuperamos el tuit en el que el presidente decía el 24 de junio de 2016 “Recién llegado a Escocia” y otro de Grisham en el que decía lo mismo.

Alguien más encontró la lista de pasajeros, que confirmaba que el jet privado de Trump había aterrizado el 24. Estoy totalmente de acuerdo con quienes piensan que quizás estoy armando una tormenta en un vaso de agua: este no es el tipo de asuntos de los que depende la paz mundial.

Pero me cuesta entender los motivos de Grisham. ¿Por qué metió la cuchara para defender una mentira? Si se había dado pruebas de que había cometido un error, ¿por qué simplemente no dijo “está bien, me equivoqué”?

https://twitter.com/BBCJonSopel/status/1017780761200558080

La psicología tiene un término para esto: “gaslighting“.

Esta es la definición de Wikipedia: el gaslighting o hacer luz de gas es una clase de manipulación psicológica que busca sembrar semillas de duda en un individuo o miembros de un grupo determinado, haciendo que cuestionen su propia memoria, percepción y cordura. Emplea la negación persistente, la distracción y la mentira para intentar desestabilizar a la víctima y deslegitimar sus convicciones.

Duro con Rusia

Vayamos ahora a Helsinki, donde se celebró otra rueda de prensa extraordinaria, esta vez con Vladimir Putin.

Fue un poco surrealista, y aún más cuando el hombre sentado a mi lado fue retirado a la fuerza por los servicios secretos cuando sospecharon que estaba planeando algún tipo de protesta durante la conferencia de prensa.

Muñeco inflable "bebé Trump".

PA
El “Bebé Trump” sobrevoló Londres durante la visita del presidente, como una forma de protesta.

Durante la rueda de preguntas y respuestas, se le dio el turno al periodista de la agencia Reuters Jeff Mason. Preguntó si Putin había querido que Trump ganara las elecciones presidenciales de 2016 y si había dado alguna orden a su equipo para que ayudara a conseguir ese objetivo.

Putin no dudó: “Sí, quería que él ganara porque hablaba sobre hacer volver a la normalidad las relaciones entre Estados Unidos y Rusia”.

Fue un momento impactante. Pero esta semana vi un tuit de Trump en el que decía ser muy duro con Rusia:

“Me preocupa mucho que Rusia esté luchando mucho para tener un impacto en las próximas elecciones. Visto que ningún otro presidente ha sido tan duro con Rusia como yo lo he sido, apoyarán la victoria de los demócratas. ¡Definitivamente no quieren a Trump!”

Trump junto a un hombre tocando una gaita

Getty Images
Trump dijo haber estado en Escocia en una fecha incorrecta.

Así que busqué lo que Putin había dicho en Helsinki una semana antes. Aquí es donde las cosas se ponen turbias. Todas las referencias al intercambio que hubo entre Mason y el líder ruso fueron omitidas en la transcripción oficial de la Casa Blanca. No existe en el registro oficial.

¿Un simple error de transcripción? Tal vez, hay cierta confusión alrededor de la traducción pero quizá sea bueno corregir el registro.

Ahora vayamos a otro evento. La Casa Blanca dijo que ya no dará información sobre cuándo conversará el presidente con otros líderes extranjeros, como siempre había hecho.

Puede que los informes de estas charlas hayan sido anodinos y concisos, pero eran una herramienta muy útil para mantenerse al tanto de las prioridades en política exterior. También era útil comprar y contrastar, por ejemplo, lo que el Kremlin dice de la reunión con lo que la Casa Blanca dice. Ya no podremos hacerlo más.

Para acabar, Donald Trump estaba hablando en un mitin en Kansas City y soltó una frase memorable que sonó como si hubiera sido sacada directamente de la distópica novela de George Orwell “1984”. Dijo: “Solo recuerden, lo que están viendo y lo que están leyendo no es lo que está sucediendo“.

O sí. Solo que hay un esfuerzo conjunto y (a veces hasta parece) sistemático para que piensen lo contrario.

Olviden los hechos alternativos. Esto es reescribir la historia.

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