3 razones para odiar los autos eléctricos
Hablamos de los autos del futuro, aunque en el presente existen razones que podrían quitarnos el entusiasmo
Los autos eléctricos son el futuro de la industria, o al menos deberían serlo por el bien del medio ambiente, sin embargo, hoy en día, pese a sus grandes avances, aún no nos acostumbramos del todo a verlos como una opción de compra.
El mercado ha visto como aumentan sus ventas, al lado de los híbridos, como grandes opciones no solo para combatir el calentamiento global, sino -no lo olvidemos- para gastar menos dinero en combustible.
Puedes amarlos, pero hoy te daremos cinco razones para que, al menos en la actualidad, odies los autos eléctricos.
1- La autonomía
Cuando conduces tu auto convencional, solo tienes que parar en una gasolinera y emprender de nuevo el viaje, en cambio con un auto eléctrico tienes un rango de independencia limitado, por lo que una vez que la batería comienza a agotarse no te queda más que buscar un enchufe y si estás en una carretera, rezar por una estación de carga.
2- Lentitud de carga
Eso evidentemente nos lleva al próximo punto. La mayoría de los modelos disponibles aún requieren varias horas para lograr llenar su batería y darte de nuevo la opción de seguir tu viaje. Si tienes toda la noche, no hay problema, pero si no, las opciones se hacen cortas. En el futuro los autos eléctricos se cargarán en apenas minutos, como sucede actualmente con los tanques de gasolina.
3- Pocas opciones
La oferta de autos eléctricos ha aumentado considerablemente en los últimos años, pues hemos ido de 10 modelos a elegir en 2010 a 25 en la actualidad. Casi cualquier marca tiene una opción con diferentes características, sin embargo, seamos sinceros, en un mundo en el que existen
Bueno, pero no todo es malo con los autos eléctricos, si bien su costo es aún elevado y las diferentes marcas aún desarrollan mejores baterías con mayor durabilidad y estaciones de carga mucho más veloces, siguen siendo a la larga un ahorro, puesto que hoy en día la energía eléctrica es mucho más limpia y barata que la gasolina y demás derivados del petróleo, además de mostrar capacidad para transportar grandes cargas a gran velocidad con motores cada vez más potentes.
No tenemos dudas que aunque hoy tengas motivos para odiarlos, el día de mañana tengas un vehículo de este tipo en la cochera y no quieras manejar nunca más algo que arroje humo por el tubo de escape.