Cómo las civilizaciones antiguas ayudaron a construir las ciudades modernas
¿De qué manera han ayudado las civilizaciones antiguas a dar forma a nuestras metrópolis modernas?
¿De qué manera han ayudado las civilizaciones antiguas a dar forma a nuestras metrópolis modernas?
Desde el Reino Unido pagano hasta Babilonia, a continuación te presentamos algunos de los legados urbanísticos del mundo antiguo:
1. El antiguo Egipto y las pirámides
Las magníficas pirámides del antiguo Egipto han tenido una enorme influencia en la arquitectura moderna y su forma aún aparece en los proyectos actuales.
Las pirámides se pueden ver en la cima de numerosos centros comerciales en todo el mundo: ejemplos son el Pyramid Arena en Memphis, el hotel Luxor de Las Vegas y el Museo de la Arena Nima de Japón.
Y, por supuesto, no olvidemos que la entrada al Museo Louvre en París ahora es una gran pirámide de cristal.
2. Los caminos del Imperio romano
¡Todos los caminos conducen a Roma!
Eso no es estrictamente cierto, pero los antiguos romanos sin duda sabían cómo construirlos.
Antes de los romanos, no había una manera fácil de moverse entre ciudades y pueblos.
Al entender el valor de un sistema de transporte efectivo y las rutas comerciales entre las áreas pobladas, Roma se aseguró de construir vías eficientes y duraderas.
Realizaron extensas mediciones para determinar las mejores rutas: para evitar obstáculos y mantener las carreteras lo más rectas posibles.
También ponían cimientos rocosos y pavimentaban sus caminos con piedras, para que permanecieran nivelados bajo el peso de los carruajes y las tropas que marchaban.
Estas técnicas, utilizadas en el año 400 a.C., todavía influyen en la forma en que se construyen las carreteras.
De hecho, algunas de las rutas que los romanos introdujeron en Europa, el norte de África y Medio Oriente siguen siendo parte de las redes de carreteras nacionales e internacionales.
3. Sistemas de aguas residuales de Babilonia
Paris tuvo por primera vez un sistema de alcantarillado en 1850, diseñado por el barón Haussmann y el ingeniero Eugène Belgrand.
Londres tuvo que esperar hasta 1866 a que el ingeniero Joseph Bazalgette diseñara el plan para una red de alcantarillado.
Sin embargo, los babilonios tuvieron sus necesidades de drenaje solucionadas alrededor de 4000 a.C.
¿Por qué le tomó al resto del mundo tanto tiempo para ponerse al día?
Se cree que la antigua ciudad de Babilonia fue el primer lugar donde se moldeaba arcilla para canalizar los desechos de las viviendas.
El primer ejemplo de tuberías y tubos en t, de miles de años de antigüedad, se encontraron en la excavación del Templo de Bel en la antigua ciudad sumeria de Nippur.
4. Fontanería griega antigua
Los antiguos griegos eran, sencillamente, magos de la fontanería.
Los antiguos cretenses (los minoicos) fueron los primeros en tender las cañerías de arcilla bajo tierra y su capital (Cnosos) tenía un elaborado sistema para traer agua limpia y sacar las aguas residuales.
No solo esto: idearon sistemas de calefacción elaborados y uno de los primeros inodoros con descarga, ¡que data del siglo XVIII a.C.!
5. Reino Unido pagano y su adoración al Sol
Milton Keynes puede no ser la ciudad más bonita de Reino Unido. Ha sido descrita como “autoconsciente y asertivamente moderna”.
Pero aunque fue construida en la década de 1960 para resolver una crisis de la vivienda, codificado en su sistema hay “un homenaje a los megalitos y monumentos del pasado histórico de Reino Unido”.
El diseño de la ciudad estuvo fuertemente influenciado por los rituales y creencias paganas.
Tanto es así que el Midsummer Boulevard, la calle principal en Milton Keynes, está perfectamente alineado con la salida del Sol en el solsticio de verano, exactamente como Stonehenge.
6. Arquitectura romana antigua
Ya hablamos de sus caminos, pero es hora de otro cliché popular inspirado en Roma: no se construyó en un día.
Al observar la complejidad de los arcos, columnas y cúpulas que erigieron, ciertamente suena a verdad.
Los rasgos arquitectónicos del Imperio romano aún se encuentran en todo el mundo.
Cuando Napoleón construyó su propio Imperio en el siglo XIX, encargó varias estructuras parisinas que tomaron prestadas características romanas: el Arco del Triunfo y la Plaza Vendôme, por nombrar solo dos.
Y si te fijas en la Casa Blanca en Washingon verás que las columnas y arcos en la casa del presidente de EE.UU. son un claro homenaje a la Antigua Roma.
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