Premian a Ana Baquedano Celorio, joven rostro contra la pornovenganza en México
La estudiante promovió ley para castigar a quien practique el ciberacoso
MEXICO – Una joven yucateca de 23 años pasó de ser el hazmerreir de su escuela, el bochorno de sus padres y de sí misma y una suicida en potencia a una “heroína” por su combate en contra de la pornovenganza y el ciberacoso después de ser víctima de esta práctica por parte de su novio quien divulgó imágenes de ella desnuda.
El próximo miércoles Ana Baquedano Celorio, estudiante de psicología, recibirá el Premio de la Juventud 2018 en su estado del sureste, un galardón que selecciona las mejoras acciones de personas menores de 30 años en favor de su comunidad como lo hizo ella al lograr que el congreso local se convirtiera en la primera entidad del país en tipificar y penar el delito.
A finales de mayo pasado, los diputados aprobaron reformas al Código Penal de Yucatán para castigar con prisión de uno a cinco años a quien revele, publique, difunda o exhiba contenido erótico, sexual o pornográfico obtenido con el consentimiento de otra persona, mediante mensajes telefónicos, en redes sociales, correo electrónico o cualquier otro medio: la pornovenganza.
No fue una tarea fácil para Baquedano: los legisladores han tomado el tema tan a la ligera que incluso a nivel federal le han dado largas y permanece en la congeladora una iniciativa presentada por el Partido Acción Nacional (PAN) que buscaba penar con sólo 12 meses de cárcel a los infractores.
El peregrinar de la chica yucateca comenzó poco después de terminar una relación sentimental, “Terminamos mal y yo me quedé con la duda de si un día lo iba a publicar. Así que le llamaba para hablar de eso, pero él lo único que hacía era guardar silencio y colgarme”, recordó en uno de sus testimonios ante la prensa y el Legislativo.
A diferencia de decenas de testimonios sobre el tema previos a su historia, escondidos tras el anonimato de otro nombre o de fotografías escondidas, Ana fue la primera mexicana en ponerle nombre y apellidos a la pornoveganza, una prática que ni siquera tienen cifras oficiales sino cálculos imprecisos derivados del sexting o el ciberacoso.
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI) presentadas en noviembre pasado, alrededor de nueve millones de mujeres en México han sido víctimas de algún tipo de ciberacoso (no especificó cuántas de pornovenganza) y sólo el 4% denunció.
Ana Boquedano, en cambio, perdió la vergüenza y contó todo al mundo. “El video tuvo un efecto boomerang”, detalló. “Lo vieron todas las personas en mi universidad (estudiaba mercadotecnia y tuve que dejar la carrera): se volvió muy incómodo para mí estar ahí porque entraba a la cafetería y las personas se quedaban en silencio, me hacían comentarios de frente. Nadie me veía a la cara, me veían del cuello para abajo”.
La mamá no podía creerlo, el padre ni tocaba el tema y ella pensaba en que lo mejor era terminar con su vida hasta que entendió que ella era la víctima, habló de los errores que se comenten durante la adolescencia (tenía 17 años cuando ocurrió) y se volvió una voz activa sobre el tema. Actualmente es parte del Programa Escudo de Yucatán que involucra a la sociedad civil con acciones de gobierno, pues aún quedan muchos retos.
Adelaida Salas directorio del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF) en Yucatán observa que, a pesar de que el estado genere leyes de vanguardia no garantiza que estas se apliquen, pues el entramado judicial y un sistema de reinserción deficiente. “Hace falta también el combate a la impunidad“.