Rival demócrata de Curbelo en Florida apuesta por “ola azul” en noviembre

La contienda por el escaño del distrito 26 en Florida, que incluye Miami, será una de las más reñidas en noviembre próximo

WASHINGTON—La ecuatoriana Debbie Murcasel-Powell afronta un duro muro de contención para derrotar al legislador republicano por Florida, Carlos Curbelo, en noviembre próximo, pero confía en que una “ola azul” de los demócratas arrasará con su rival, a quien calificó como un “soldado del partido”.

Murcasel-Powell disputará con Curbelo el escaño por el distrito 26 de Florida en la Cámara de Representantes y, a menos de tres meses para los comicios legislativos, las encuestas siguen dando como favorito al legislador republicano.

En entrevista telefónica con este diario, Murcasel-Powell consideró que el propio historial de votos de Curbelo a favor de recortes de impuestos para millonarios y para anular “Obamacare”,  la ayudarán el próximo 6 de noviembre.

Es que la contienda, aseguró, será un “referendo” sobre las políticas del presidente Donald Trump, y presentará a los votantes dos opciones muy claras: votar por alguien que “ha sido un verdadero soldado del partido”, o por una mujer, inmigrante, que luchará por mejoras salariales para las clases media y trabajadora.

“He recorrido el distrito para hablar con los votantes, y están preocupados por el alza en los costos de salud, y el hecho de que los republicanos siempre están hablando de recortes al Seguro Social, Medicare, Medicaid, que le quieren quitar cobertura médica a personas con condiciones pre-existentes”, señaló.

“Estamos hablando de un candidato republicano que apoyó una legislación tributaria que le dio grandes recortes de impuestos a las corporaciones, y casi todos sus fondos electorales provienen de comités de acción política corporativos”, dijo Murcasel-Powell.

Al enumerar los retos en el distrito, Murcasel-Powell describió cómo muchos votantes tienen que mantener dos trabajos para subsistir “porque el dinero no les rinde”; una infraestructura que se desmorona –los puentes que conectan Key West a Miami requieren mantenimiento-, y un alza general en el costo de la vida.

Murcasel-Powell visitó en junio pasado el centro de detención Krome de ICE en el suroeste de Miami-Dade, donde escuchó testimonios de inmigrantes y prometió que, contrario a Curbelo, su campaña no ha aceptado ni aceptará donaciones de empresas como GEO, que se lucran de la detención de inmigrantes. 

Debbie Murcasel-Powell visitó en junio de 2018 el centro de detención Krome en el suroeste de Miami-Dade. Foto: suministrada

Pero su campaña apuesta a que, además del tema de inmigración, asuntos como la salud, la educación, y los empleos, movilizarán a la base demócrata, incluyendo a los votantes latinos.

De hecho, afirmó que su campaña ha tocado a “más de 10,000 puertas”  porque en una contienda estrecha “cada voto cuenta”. Ella personalmente ha visitado vecindarios latinos con un mensaje de esperanza a personas que “viven con miedo” o carecen de oportunidades.

La candidata ha recorrido barrios en todo el distrito para escuchar directamente a los votantes. Foto: suministrada

“Les digo que estas elecciones serán unas de las más importantes en el país porque todo lo que somos como estadounidenses, el Sueño Americano, afrontan una amenaza frente a esta Administración. Tenemos que ganar la mayoría en noviembre”, enfatizó Murcasel-Powell, quien busca también el apoyo del voto puertorriqueño.

El distrito en disputa comprende el área entre Miami y Key West, y que la candidata presidencial demócrata, Hillary Clinton, ganó frente su rival republicano, Donald Trump, con más de 16 puntos porcentuales.

El reto de subir en las encuestas

 Murcasel-Powell afronta el enorme reto de seguir cortando distancia en las encuestas frente a Curbelo, quien desembarcó en el Congreso en 2014 y además la ha superado en recaudación de fondos.

Una encuesta bilingüe del mes pasado realizada por el Comité de Campañas Congresionales Demócratas (DCCC, en inglés) entre 500 posibles votantes, dio a Curbelo una ventaja de siete puntos porcentuales, dos más que una encuesta similar en abril pasado.

Esa encuesta ha servido como una especie de alerta para Murcasel-Powell, aunque el DCCC insiste en que la ventaja de Curbelo se esfuma cuando los votantes escuchan datos personales de cada candidato.

Murcasel-Powell comenzó a lanzar anuncios televisivos en inglés y español la semana pasada para darse a conocer entre los votantes.

Curbelo ha tratado de presentarse como una figura moderada y dispuesta a desafiar al liderazgo republicano en el área migratoria, incluso si eso significa enfrentarse al presidente Donald Trump. Pero, según el proyecto ““FiveThirtyEight”, Curbelo ha votado conforme a la agenda de Trump en un 81%.

En mayo pasado, Curbelo lideró un fallido esfuerzo para facilitar la legalización de los “Dreamers” y para obligar al voto de varias medidas migratorias en el pleno de la Cámara Baja.

Más mujeres y más minorías

Murcasel-Powell era una niña cuando emigró de Ecuador con su madre y hermanas y, como muchos inmigrantes, trabajó para ayudar en los gastos del hogar. Posteriormente fue a la universidad y obtuvo una licenciatura en Ciencias Políticas y una maestría en Política Económica, aunque dedicó más de una década de su vida al área de educación.

Ahora, además de madre de tres niños, es parte de una cifra récord de mujeres que se han lanzado a la política este año, ya sea como candidatas a gobernadoras o para ambas cámaras del Congreso.

De entre ambos partidos, sin embargo, el Partido Demócrata es el que más lustre ha sacado al tema de la diversidad y a la promoción de mujeres, mientras que el Partido Republicano sigue siendo de mayoría blanca.

En las primarias del martes pasado, los demócratas lograron importantes victorias en las urnas con una candidata transgénero para la gobernación en Vermont, una inmigrante somalí para un escaño por Minnesota en la Cámara Baja y la primera afroamericana para uno por Connecticut en ese órgano legislativo.

Al igual que Murcasel-Powell, líderes del Partido Demócrata confían en que el desencanto con las políticas de Trump sea un factor que propulse la “ola azul” que necesitan en noviembre.

Las victorias demócratas este año en algunos distritos “rojos”, es decir, bajo control republicano, alimentan la esperanza de que podrán recuperar al menos una de las dos cámaras del Congreso. Para ello necesitarán una ganancia neta de 23 escaños para recuperar la Cámara Baja, y dos escaños para recuperar el Senado.

Un análisis reciente del diario “The Hill” indicó que, en el mejor de los casos, los republicanos perderían diez escaños en la Cámara Baja pero, en el peor de los casos, perderían hasta 72 escaños, en lo que supondría el mayor declive de un partido en un ciclo electoral desde 1948.

Pero la “ola azul” que desean Murcasel-Powell y el resto de los demócratas, claro está,  dependerá en la movilización y el entusiasmo de los votantes.

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