Se fortalece el movimiento laboral

Son las uniones las que han impulsado una audaz visión sobre asuntos más allá del centro de trabajo

Antes de integrarse a nuestra unión pocos años atrás, Camika Lewis estaba ganando apenas $7.25 la hora, trabajando como representante de atención a clientes para una compañía subcontratista en el Aeropuerto Internacional de Newark.

Por más de dos décadas, ella ha estado laborando 40 horas de trabajo completas en el aeropuerto, pero se vio obligada a conseguir horas extra como asistenta de enfermería y en cosmetología para poder pagar su alquiler de más de $900 mensuales. Tras pagar sus préstamos estudiantiles y sus cuentas por servicios públicos, ella quedaba en aprietos para comprar suficientes alimentos.

Fue una profunda desesperación y su deseo por salir de la pobreza lo que forzó a Camika a volverse líder en la campaña de nuestra unión por elevar salarios y mejorar las condiciones de trabajo en el Newark International de Nueva Jersey, así como en los aeropuertos JFK y LaGuardia de Nueva York.

Por años participó en huelgas, marchas a las oficinas de la gerencia, manifestaciones, actos de desacato civil y demostraciones en las sesiones públicas de la Autoridad Portuaria que opera los aeropuertos. Hoy, Camika y 40,000 de sus colegas de trabajo en seguridad, combustibles, equipajes, asistencia a clientes y limpieza, van rumbo a ganar un salario mínimo de $19.

Esta victoria es una de las más recientes indicadores de que existe un resurgimiento en ciertos rincones del movimiento laboral americano. Por primera vez en años, el porcentaje de afiliados a las uniones se ha mantenido estable en 2017, gracias, en gran parte, al creciente entusiasmo por las uniones entre la gente joven.

El número total de afiliados en uniones creció en 262,000 el año pasado y 75 por ciento de estos progresos ocurrió entre trabajadores menores de 34 años. El atractivo de las uniones está creciendo entre trabajadores jóvenes como Camika, que pasan aprietos con la deuda de sus préstamos estudiantiles, los crecientes gastos de vivienda, la falta de beneficios, los horarios demandantes, una inconstante atmósfera de trabajo, la discriminación, el acoso y una precaria estabilidad laboral.

La convicción de que los trabajadores pueden de hecho ganar está en aumento, como lo hemos atestiguado en las recientes huelgas de maestros de Carolina del Norte, West Virginia, Oklahoma, Arizona, Kentucky y Colorado. Los maestros lograron conducir una serie de exitosas huelgas, las que incluyeron tanto a los escolares como a sus padres, llenaron los capitolios de los estados y persuadieron con eficacia a funcionarios electos para que inviertan en el futuro de los escolares.

Otro ejemplo de la renovada militancia y eficacia de las uniones es la Lucha por los $15, cuyos más tempranos éxitos lograron mejores salarios para los trabajadores de comida rápida. Un movimiento que empezó con una huelga en un solo McDonald’s de la Ciudad de Nueva York City se propagó como incendio y se estima que para el año 2022, un 17% de americanos vivirá en una ciudad o estado con un salario mínimo de $15, mientras que 22 millones de trabajadores han visto mejorar sus salarios como resultado de esta campaña.

No hay duda que los trabajadores enfrentan una ardua batalla cuando tratan de formar uniones, pero en este momento tan complejo, nuestra unión ha hallado su rumbo a la victoria, al adoptar innovadores convenios con empleadores múltiples que crean una alta base salarial en sectores industriales íntegros.

En los últimos 20 años, la 32BJ ha usado este método sectorial para organizar a casi 100,000 nuevos afiliados a todo lo largo de la Costa Este en las industrias de aeropuertos, seguridad, limpieza, edificios residenciales y servicios alimenticios. Organizar a una mayoría de trabajadores en ciertos sectores y negociar sus contratos nos ha permitido asimismo crear fondos de beneficios de primera, manejados por representantes de los empleadores y de los trabajadores, para brindar planes de salud, jubilación y capacitación en el empleo.

Las uniones son todavía el mejor vehículo con que cuentan los trabajadores para luchar por mejores salarios, beneficios y condiciones de trabajo; y al participar activamente en nuestro proceso democrático, podemos representar las aspiraciones, los intereses directos y los valores esenciales de toda la gente trabajadora.

Son las uniones las que han impulsado una audaz visión sobre asuntos más allá del centro de trabajo, incluyendo una ampliación del seguro social, un sistema tributario progresista, planes de salud y de medicamentos accesibles, extensos días por enfermedad y para licencia familiar, beneficios de guardería infantil, educación preescolar para todos los niños, universidades gratuitas y reducción del costo de préstamos estudiantiles.

Por todo el país —a nivel local, estatal y nacional— miles trabajadores afiliados o no a una unión, se han sentido más motivados y se han movilizado para tomar la iniciativa directa y conseguir la aprobación de leyes concretas. Desde Nueva York hasta California, pero también en lugares como Dakota del Norte, donde existe una propuesta para votar por un salario mínimo de $15.

“Antes de tener la unión, la gerencia no nos tenía respeto ni tampoco había esperanza en nuestro trabajo,” dijo Camika sobre sus colegas del aeropuerto. “Ahora, la gente viene al trabajo con mayor motivación, dedicación y poder, porque con el salario de $19, un empleo en aeropuertos puede convertirse en una carrera que sustenta familias y ofrece un futuro mejor.”

Hay que mantenerse alertas, pues los trabajadores americanos están más que listos para integrarse a una unión.

(Héctor Figueroa, presidente del sindicato 32BJ)

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