La nueva política en la Casa Blanca para evitar fuga de información

La Administración Trump enfrenta varios escándalos, incluido un artículo anónimo publicado en el NYT

En la Casa Blanca, el uso de teléfonos está más restringido.

En la Casa Blanca, el uso de teléfonos está más restringido. Crédito: MANDEL NGAN/AFP/Getty Images

Cuando Omarosa Manigault Newman reveló que grabó secretamente al jefe de Gabinete, John Kelly, la Casa Blanca decidió tomar cartas en el asunto: restringir el uso de telefonía.

Según un reporte de CNN, los empleados no podrán dejas sus teléfonos, incluso los emitidos por el gobierno, en casilleros en el área de entrada fuera de una sala especial de emergencias.

Ahora, los miembros del personal deberán dejar los aparatos en sus oficinas o junto a sus teléfonos personales en casilleros cerca de las entradas del Ala Oeste antes de que los llamen a la Sala de Situación.

Así lo confirmaron dos altos funcionarios del gobierno, quienes indicaron que eso fue una respuesta directa a la noticia de que Manigualt Newman había grabado a Kelly.

De este modo, la administración del presidente Donald Trump busca evitar más filtraciones de audios a la prensa, sobre todo a raíz de la publicación del libro de Manigault Newman, al que se sumó otra bomba: “Fear”, autorida del periodista Bob Woodward.

No es la primera vez que hay un cambio sobre el uso de celulares, ya que en enero se prohibió el uso de los aparatos en el Ala Oeste.

La Administración Trump lidia con filtraciones y la publicación de un texto anónimo en el New York Times que afirma la existencia de una “resistencia”.

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