“AMLO debe parar las redadas y deportaciones contra migrantes desde su primer día“: Solalinde

El prelado confía que el presidente electo lo hará posible

El padre Alejandro Solalinde.

El padre Alejandro Solalinde. Crédito: Archivo | EFE

MEXICO – Durante más de una década, el sacerdote Alejandro Solalinde ha enfrentado a policías, funcionarios y delincuentes del cártel de los Zetas; protagonizó rescate de centroamericanos secuestrados con antorcha en mano, organizó foros, marchas, clamó en la Presidencia de México, en el Capitolio, la ONU… de manera tan clara como ahora lo hace en la víspera de la toma de poder de Andrés Manuel López Obrador.

“A partir del próximo 1 de diciembre los operativos, detenciones y deportaciones contra migrantes en México deben parar”, dice en entrevista con este diario.

El fundador del albergue Nuestros Hermanos en el Camino en Ixtepec, Oaxaca, que ha servido de apoyo desde 2007 para alrededor de 300,000 inmigrantes indocumentados, es un fiel creyente de una región mesoamericana (México y Centroamérica) sin fronteras, donde no sea necesaria una visa y así, en bloque, se trabajen proyectos de desarrollo con Estados Unidos y Canadá.

“Con Andrés Manuel va a ser posible”, afirma.

Solalinde cree en el proyecto de Nación que encabeza el futuro presidente (se declaró abiertamente a su favor en la contienda electoral) y es una de las voces en el tema que le susurra al oído y, por tanto, quiere que ni un solo migrante vuelva a ser blanco de persecuciones y más.

Entre sus demandas están la desaparición del Instituto Nacional de Migración (INM), la ampliación del presupuesto para la Comisión de Atención a Refugiados (Comar) y que los Centros de Atención Migratoria, donde actualmente se concentran a los indocumentados detenidos en el país, se conviertan en albergues.

“Que se abran las puertas y en lugar de agentes de migración lleguen jóvenes  voluntarios a ayudar a los migrantes  como ahora lo hacen en Ixtepec: ¡ahí llegan hasta estadounidenses para demostrar que no todos son como Trump! Y hacen voluntariado  hasta tres años con su dinero”.

Solalinde tiene buenas relaciones con gente del próximo gobierno como Esteban Moctzuma, quien encabezara la Secretaría de Educación Pública (SEP) o Alejandro Encinas, quien sería el encargado de los asuntos migratorios en la Secretaría de Gobernación.

Ambos, asegura el cura, lo han llamado para colaborar como enlace con ciertos grupos sociales y sobre lo cual aclara que no tendrá ningún nombramiento ni recibirá dinero: “No necesito dinero, puedo sobrevivir en cualquier lado, la gente es buena y ayuda; quizás haría falta que la Iglesia Católica fuera un poco más solidaría (la jerarquía en México no ve con buenos ojos su activismo estridente a favor de los migrantes)”.

En cambio, afirma que es su gusto resolver problemas de los mexicanos “más humildes” y, más aún, si han defendido propiedades o tierras colectivas contra la “rápiña de funcionarios corruptos”.

Por eso será una de sus prioridades echar abajo esas leyes que en la época de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) permitieron fraccionar los ejidos (de propiedad comunal) para que pudieran venderse. “Así se han quitado mucho a los pueblos, pero muchos han peleado y lo han evitado. Yo le llamo a esos sitios que no han pasado a ser parte de la voracidad de la corrupción Los Guardaditos”.

Y para proteger esos Guardaditos y la “dignidad” de los migrantes, habrá Solalinde para rato.

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Alejandro Solalinde
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