Conmoción por huesos hallados en El Vaticano revive debate de complot por adolescente desaparecida
El misterio de Emanuela Orlandi, hija de un empleado del Banco del Vaticano, tiene 35 años sin resolverse
Restos humanos descubiertos en una propiedad de El Vaticano en Roma pueden ser la clave para resolver el misterio de una adolescente italiana que desapareció hace 35 años.
Los fragmentos de hueso fueron descubiertos durante trabajos de construcción en la embajada de El Vaticano en Italia, en el exclusivo barrio Parioli, informó la prensa oficial ayer.
Mientras los expertos siguen trabajando para determinar la edad, el género y la fecha de la muerte de los restos, los detectives observarán, en particular, si son compatibles con el ADN de Emanuela Orlandi, la hija de un empleado de la Santa Sede, cuya desaparición sigue siendo uno de los misterios más oscuros en la historia de Italia.
La joven de 15 años fue vista por última vez el 22 de junio de 1983, dejando su lección de música en Roma. Su padre era empleado del Instituto para los Trabajos de Religión, comúnmente conocido como el Banco del Vaticano.
A lo largo de los años, las teorías han relacionado su desaparición con todo, desde un complot para matar al hoy Santo Juan Pablo II hasta el escándalo financiero del Banco del Vaticano y el inframundo criminal de Roma.
El último giro importante ocurrió en 2012 cuando la policía exhumó el cuerpo de un reputado mafioso con la esperanza de encontrar los restos de Orlandi enterrados en la misma cripta, pero la búsqueda no reveló ningún vínculo.
Su hermano, Pietro Orlandi, ha estado liderando una campaña por décadas para averiguar qué sucedió e incluso ha acusado a El Vaticano de complicidad en el caso, informó The Guardian.
El Vaticano ha dicho en repetidas ocasiones que ha cooperado plenamente con la policía que investiga el caso.
Recientemente, un destacado periodista italiano hizo un gran revuelo cuando publicó un documento robado de un gabinete cerrado de El Vaticano que sugería que la Santa Sede estaba involucrada en la desaparición de Orlandi. El documento parecía haber sido escrito por un cardenal y enumeraba los supuestos gastos para el mantenimiento de Orlandi después de su desapareción.
El Vaticano dijo que el documento era falso, pero nunca explicó por qué estaba en uno de sus gabinetes.