¿Por qué los cubanos tienen tanto amor por los autos clásicos?
Cuando Fidel Castro prohibió la importación de cualquier auto foráneo, el tiempo en Cuba se detuvo y los cubanos cuidaron de sus autos como reliquias
Cuando escuchas hablar de La Habana, ¿qué es lo primero que se te viene a la mente? Puede que pienses en edificios históricos de la época colonial, o en el incontrolable ritmo de música salsa que el pueblo tanto ama, pero la capital de la isla es famosa por eso y mucho más, como su inmensa colección de autos clásicos americanos.
Así es, Cuba es un país hermoso, lleno de cultura, historia y un colorido océano lleno de relucientes autos clásicos que se encuentran por toda la isla. Y no cualquier tipo de autos clásicos, sino ejemplares originales en perfecto estado, con piezas intactas que se han convertido en un emblema de la isla. ¿Por qué?
Después de la Revolución que Fidel Castro encabezo en 1959, el entonces líder del país prohibió la importación de todo auto foráneo a la isla, causando así que el tiempo se detuviera y que los autos clásicos de los 50s se convirtieran en la norma de los conductores. Con el paso de los años, los cubanos no tuvieron más alternativa que conservar y preservar sus autos como tesoros, ya que reponer uno era casi imposible.
Hoy en día la situación es otra, y ya son varios los modelos nuevos que se pueden apreciar en la ciudad, pero los autos clásicos siguen siendo vistos como un símbolo de los años de oro del país caribeño, donde las carreras de autos clásicos estaban en su apogeo y los problemas de importación, comunismo y embargo no existían.
Mucha de la vida e historia de los autos clásicos en Cuba puede ser apreciados en un documental que el director Bent-Jorgen Perlmutt dirigió en el 2015, y relata la historia de unos corredores de picadas que tratan de organizar la primera carrera oficial de autos clásicos de Cuba, poco después de la revolución de 1959.