“Narcos México”: 5 claves históricas para entender la serie de Netflix
BBC Mundo destaca 5 momentos clave para entender la serie "Narcos México" de Netflix
Mientras Joaquín “El Chapo” Guzmán era apenas un aprendiz del narcotráfico, varios hombres eran los amos y señores del naciente negocio del tráfico de drogas en México.
Hombres como Pedro Avilés, Miguel Ángel Félix Gallardo, Ernesto “Don Neto” Fonseca o Rafael Caro fueron los pioneros de un lucrativo y violento negocio que transformó el país hasta la actualidad.
La serie “Narcos México”, estrenada por Netflix la semana pasada, retrata los orígenes de esos nombres en una “dramatización inspirada en hechos reales”.
Ya que no es un trabajo documental, varios de los pasajes retratados en la producción tuvieron alteraciones respecto a lo que dice la historia que ocurrió.
Sin embargo, varios momentos sí son clave para entender el mundo del narcotráfico y la situación de México en la actualidad. Y en BBC Mundo destacamos cinco.
1. El origen de los cárteles
En la década de los 80 se fraguó lo que tres décadas después sería la estructura del narcotráfico mexicano organizado en “cárteles”.
La serie de Netflix marca la aparición del cártel de Guadalajara -asentado en la segunda ciudad más grande de México- como el comienzo del gran sindicato de organizaciones del tráfico de drogas en 1980.
Hasta ese momento había pequeñas bandas operadas por jefes locales, pero la asociación encabezada por Miguel Ángel Félix Gallardo sentó las bases del narcotráfico.
Estaba secundado por Ernesto “Don Neto” Fonseca, Rafael Caro Quintero, Manuel Salcido “El Cochiloco”, Juan José Quintero, Pablo Acosta, Jesús “El Mayo” Zambada y Juan José Esparragoza “El Azul”.
El sindicato también fue semillero de hombres como los hermanos Arellano Félix, los Beltrán Leyva, Héctor “el Güero” Palma y el futuro y poderoso líder Joaquín “El Chapo” Guzmán, quien era un jefe de seguridad al principio.
“Campesinos casi analfabetos como Caro Quintero, Don Neto, El Azul, El Mayo y El Chapo no hubieran llegado muy lejos sin el contubernio de empresarios, políticos y policías”, explica la periodista Anabel Hernández en su libro “Los señores del narco”.
Pero por aquellas épocas (1984) también se erigió otra organización en el este del país: el cártel del Golfo, uno de los más poderosos desde entonces.
Las raíces de esta organización son incluso más antiguas, pues liderado por Juan Nepomuceno surgió como una banda contrabandista de alcohol en la época de la prohibición en EE.UU., en la década de 1930.
2. ¿El “Jefe de jefes” fue el primero?
Miguel Ángel Félix Gallardo marcó un antes y un después en la historia del narcotráfico de México.
Como reseña la serie de Netflix, el llamado “Jefe de jefes” fue el impulsor de la primera organización de gran capacidad para la producción y tráfico de marihuana de México hacia Estados Unidos.
Pero él no fue el primer capo de México en llevar cocaína a Estados Unidos, como refiere la serie. Lo fue su mentor y exjefe en la banda de Sinaloa, Pedro Avilés, según la investigación de Anabel Hernández.
El llamado “León de la Sierra”, asesinado en 1978, fue el pionero en llevar esa droga desde Sudamérica.
Una vez establecido el sindicato de bandas de Guadalajara, Félix Gallardo quiso también expandirlo a la cocaína y contactó a Pablo Escobar, el líder del cartel de Medellín en Colombia.
Para finales de la década de 1980, la alianza de Félix Gallardo con Escobar manejaba el 60% de la cocaína consumida en Estados Unidos vía México, según la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA).
Aunque no fue el primero, el “Jefe de jefes” fue el gran impulsor de esta área del narcotráfico.
Un hombre clave fue Amado Carrillo Fuentes, apodado como “el Señor de los Cielos” por la flotilla de aeronaves Saberliner, Learjet y Cessna que poseía.
Carrillo Fuentes sería después de la muerte de Escobar el “sucesor” del mercado, con “El Chapo” Guzmán, los hermanos Beltrán Leyva y Héctor Palma en ascenso, explica Hernández.
3. Caro Quintero lo cambió todo
“Narcos México” pinta al capo Rafael Caro Quintero como un tipo desenfadado, uno de los miembros más violentos del cartel de Guadalajara y quien logró enamorar a una joven de la familia gobernante de Jalisco.
Pero su personalidad también lo llevó a cometer uno de los más grandes errores de la organización: el secuestro del agente estadounidense Enrique “Kiki” Camarena, de la DEA.
Caro Quintero, originario del mismo municipio de El Chapo Guzmán, creció entre la siembra y cosecha de marihuana y poco a poco escaló posiciones hasta ser uno de los más poderosos narcotraficantes de la década de 1980.
“Caro Quintero pertenece a la generación que sentó las bases del tráfico de cocaína”, asegura el periodista José Reveles.
Ya como capo del cartel de Guadalajara, Caro Quintero era conocido por su vida extravagante y su gusto por las mujeres, en particular una a quien enamoró: Sara Cosío, sobrina del gobernador Guillermo Cosío.
Con ella fue detenido en Costa Rica, luego de que Caro Quintero huyó tras haber ejecutado el plan para asesinar al agente Kiki Camarena, explica la periodista Anabel Hernández.
“Don Neto confesó que él y Caro Quintero habían tomado la decisión de secuestrar a Camarena”, explica Hernández.
Este hecho llevó a la más grande implicación de Estados Unidos en el narcotráfico mexicano, lo que a la postre llevó a la desintegración del cartel de Guadalajara y cambió el tablero de juego de la época.
Un controvertido fallo de un juez le concedió la libertad en 2013, una decisión que fue impugnada demasiado tarde, pues ya había sido liberado.
Actualmente es uno de los fugitivos más buscados de México y tanto la Fiscalía del país como la DEA ofrecen recompensas por su localización.
“Estamos comprometidos a llevar ante la justicia a este criminal peligroso y líder del cartel responsable del brutal asesinato de un agente de la DEA“, advirtió el director adjunto del FBI, David L. Bowdich este año.
4. El histórico rancho El Búfalo
Uno de los más grandes golpes para la organización del cartel de Guadalajara fue el histórico decomiso de más de 13.000 toneladas de marihuana del rancho El Búfalo, según el periodista José Reveles.
La plantación no estaba en el estado de Zacatecas, como dice la serie de Netflix, sino en el estado de Chihuahua (norte), en la árida región de la localidad de Camargo en la que la agricultura requiere de enormes recursos.
“Caro Quintero ideó una forma para industrializar el cultivo de marihuana: supuestamente él fue quien concibió la operación del rancho El Búfalo”, explica Anabel Hernández.
La plantación contaba, según las investigaciones actuales, con la protección de la Dirección Federal de Seguridad y en ella trabajaban más de 10.000 empleados.
“Era una auténtica fábrica de marihuana”, apunta Hernández.
Ahí la Procuraduría de Justicia Federal, en colaboración con la DEA, encabezó el operativo con militares que llevó al decomiso valorado en US$8.000 millones de aquella época.
El juicio a Caro Quintero determinó que el capo secuestró a Kiki Camarena por haber sido parte de la operación de inteligencia que dio con el operativo contra el rancho El Búfalo.
5. Medio millón de muertos en 30 años
En la apertura de la serie, los productores lanzan un dato llamativo sobre la violencia del narco: “En los últimos 30 años, en México se ha asesinado a medio millón de personas”.
México ha padecido altos niveles de violencia producto de las actividades del crimen organizado, una situación que se agravó desde que el gobierno inició la llamada “guerra contra el narco” en 2007.
De enero de 1997 a octubre de 2018, periodo del que se tiene un conteo oficial, en el país murieron 358.077 personas víctimas de “homicidio doloso”, es decir, los asesinatos intencionaldos.
Esas estadísticas pueden incluir tanto homicidios producto de las actividades del narcotráfico como los asesinatos comunes, pero hay una incalculable “cifra negra” de asesinatos de los que no se tiene conocimiento.
Si se considera la tendencia estable que hubo entre 1997 y 2007, hubo una media de alrededor de 13.000 homicidios por año.
Un cálculo de los nueve años anteriores -para conformar las tres décadas que abarca “Narcos México” de 1988 a 2018- sumaría unos 117.000 homicidios más a los 358.077 del conteo existente.
Eso lleva a una suma de alrededor de 475.000 asesinatos en México en 30 años, algo cercano a lo que dice la serie, pero esto solo podría comprobarse de haber efectivamente un registro.
“Una historia que no termina nunca”, dice “Narcos México” al hablar de la violencia del narcotráfico.
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