La disputa legal de una hispana que agita el debate sobre el aborto en Estados Unidos
Un divorcio, embriones congelados y una mujer luchando contra el cáncer
La lucha legal de una mujer hispana en Arizona sirvió para aprobar una nueva ley estatal, la primera en su tipo en el país que otorga embriones congelados al padre o madre que desee “llevarlos a término”, y que al mismo tiempo podría alterar el debate sobre el aborto.
La legislación, aprobada en julio de este año, fue inspirada por la batalla legal que actualmente enfrenta la abogada Ruby Torres, a quien en junio de 2014 le diagnosticaron cáncer de seno.
Debido a que rápidamente debía someterse a quimioterapia y a que había posibilidades de que el tratamiento que salvaría su vida terminara con todas sus aspiraciones de ser madre, Torres optó por preservar sus óvulos.
“Después de mucho debatir, tomé la decisión de la fertilización in vitro, ya que estudios indican que los embriones congelados tienen mejores oportunidades de llegar a término que solo los óvulos congelados”, dijo Torres a Efe.
Acusación de infidelidad y divorcio
Aunque al principio se opuso, su novio, John Terrell, aceptó someterse al procedimiento. Un mes después la pareja se casó y al poco tiempo una clínica congeló exitosamente siete embriones.
Sin embargo, tras acusaciones de infidelidad por parte de Terrell, él mismo inició un proceso de divorcio luego.
“Yo estaba dispuesta a darle todo, solo pedí que me dejara los embriones, pero él no aceptó”, mantiene Torres.
Terrell, por su parte, quiere que los embriones sean destruidos, a pesar de que su exesposa lo ha exonerado de cualquier responsabilidad económica.
“Me ha dicho que no quiere que dentro de 18 años se le aparezca alguien diciéndole que es su hijo o hija”, sostuvo la mujer.
Embriones para otra pareja
La Corte Superior de Arizona dictaminó que el derecho de una persona a no querer ser padre supera el derecho de la madre de procrear, y determinó que la pareja debe de seguir los términos del contrato que firmó en la clínica, el cual señala que los embriones nunca serán destruidos, sino donados a otra pareja.
“Esto significa que quizás un hijo mío pueda nacer y yo nunca lo conoceré”, dijo Torres, quien pronto deberá someterse a una cirugía que le podría suponer la extirpación del útero en aras de combatir el cáncer.
En desacuerdo con la decisión judicial, Torres espera ahora la decisión de la Corte de Apelaciones y asegura estar dispuesta a llevar su caso hasta la Corte Suprema de Justicia.
La nueva ley de Arizona, cuyo contenido se posiciona a su favor, sin embargo no llega a beneficiarla por no ser retroactiva, e indica además que el padre o la madre que no desee los embriones no tiene responsabilidad de pagar un sustento en caso de que se produzca un nacimiento.
Expertos consideran que la nueva legislación podría disparar el debate sobre el derecho a la vida y al aborto.
“No tenemos muchas leyes como esta”, dijo a Efe Kimberly Mutcherson, subdirectora de la Facultad de Leyes de la Universidad de Nueva Jersey y especialista en derecho familiar, justicia reproductiva y bioética.
“La nueva ley de Arizona habla específicamente sobre los embriones congelados, algo que usualmente es definido por una corte familiar basándose en las circunstancias de cada caso”, apuntó.
Mutcherson cree que “muchas de estas leyes que buscan regular la asistencia reproductiva entran de alguna manera en el debate político sobre el aborto, reviviendo la pregunta de cuándo comienza la vida”.
Algunos grupos conservadores que apoyaron la promulgación de la ley consideran que los embriones no son solo “material genético” que puede ser considerados como “propiedad”, sino que deben ser catalogados como “seres vivos” con sus propios derechos.
Consecuencias para el aborto
Uno de estos grupos, la organización sin ánimo de lucro Thomas More Society, está apoyando diversos casos en el país y de hecho pide a los jueces considerar a los embriones como “niños”.
Pero los que apoyan el aborto creen que estos argumentos afectarían negativamente el derecho de una persona a interrumpir un embarazo, porque si la corte determina que un embrión congelado tiene derecho a la vida, podría determinar que también lo tiene un embrión con días en el útero.
“Será muy interesante ver cómo es aplicada la ley de Arizona y sobre todo ver el efecto a largo plazo que podría tener”, dijo Mutcherson.
Con frecuencia, los jueces fallan a favor del padre o la madre que no quiere que los embriones sean utilizados, siguiendo ese principio de que nadie debe de ser forzado a ser padre, pero la norma de Arizona da un giro al otorgar la custodia de los embriones congelados al individuo que tenga intenciones de “llevarlos a término”.