Como protesta renuncia secretario de Defensa de Trump, James Mattis
En su carta de renuncia Mattis criticó al presidente Trump y su forma de gobernar
Un miembro más sale del caótico gabinete de Donald Trump. Luego de recibir su carta de renuncia el presidente anunció este jueves la salida de su secretario de Defensa, el general James Mattis.
“El general Jim Mattis se retirará, con distinción, a finales de febrero, tras haber servido en mi Administración como Secretario de Defensa en los últimos dos años”, dijo Trump en Twitter.
La renuncia de Mattis llega después de que se informara de la retirada de las tropas estadounidense de Siria, decisión en contravía de la visión de Mattis.
En su carta de renuncia, difundida por medios locales, Mattis se mostró crítico con la gestión de Trump: “En tanto que EEUU permanece como la nación indispensable en el mundo libre, no podemos proteger nuestros intereses o servir ese papel de manera efectiva sin mantener alianzas fuertes y mostrar respeto a esos aliados”, indicó.
Mattis expresó, además, su creencia de que EEUU debe ser “resuelto y no ambiguo” a la hora de tratar con “aquellos países cuyos intereses estratégicos están en tensión creciente” con el país, como Rusia y China.
La marcha de Mattis supone un motivo más de preocupación para aquellos que han visto cómo, con el paso del tiempo, Trump ha ido desvaneciendo un Gabinete hecho a su medida y cada vez más alejado del equipo de tecnócratas y especialistas del que se rodeó al comenzar su mandato, en enero de 2017.
En sus meses al frente de la cartera de Defensa, Mattis, un general de cuatro estrellas retirado y con amplia experiencia en combate, logró dejar atrás su reputación de guerrero sanguinario hasta el punto de que, según medios locales, un Trump siempre dado a poner motes acabó por referirse a él como “Perro Moderado”.
Ciertamente, a juzgar por sus palabras y sus gestos desde que se convirtió en el jefe del Pentágono, lejos parece quedar ya aquel Mattis que acaparó titulares por frases como: “sé educado, sé profesional, pero ten un plan para matar a todo aquel que conozcas”.
Las concesiones a Corea del Sur, los rumores de una salida precipitada de las tropas desplegadas en Siria, las palabras amables al Kremlin y las constantes críticas a la OTAN, acabaron erosionando la relación entre el presidente y un secretario cada vez más esquivo.
Ni siquiera el recelo que ambos sentían hacía Irán sirvió para acercar posturas. A pesar de que el general retirado siempre abogó por cerrar filas con sus aliados, Trump decidió dar un portazo y abandonar el tratado nuclear con Irán, para desesperación de la comunidad internacional.
Estos desencuentros, nunca públicos, eso sí, llevaron a Trump a perder la confianza en quien debía ser no solo su mano derecha, sino una mano de hierro con la que golpear primero.
Este distanciamiento entre ambos quedó de manifiesto el pasado octubre cuando, durante una entrevista, el mandatario le puso una etiqueta al militar que ahora suena a sentencia: “Tengo una buena relación con él, pero creo que es una especie de demócrata”.
Con información de EFE