5 consejos para sobrevivir el duelo navideño

Lo más importante es no forzarse a hacer cosas que te hagan sentir incómodo. Los demás deben respetar lo que estás sintiendo

En Navidad nos vienen a la mente los recuerdos de las personas que ya no están con nosotros.

En Navidad nos vienen a la mente los recuerdos de las personas que ya no están con nosotros. Crédito: Shutterstock

La Navidad no suele ser fácil para quienes han perdido a un ser querido. Sin ellos, estos días no son los mismos y las celebraciones parecieran que carecen de sentido, y lo peor de todo es que en algunos, ese sentimiento puede permanecer ahí por años.

Joanne Fink, quien es especialista en temas de duelo, comparte 5 consejos para que esta época del año sea más sencilla de llevar para aquellos que por primera vez van a pasar la Navidad sin algún ser querido o bien, para quienes no han podido superar alguna pérdida.

Escucha a tu corazón. Abraza las tradiciones navideñas que encuentres significativas; y siéntete libre de crear nuevas, especialmente aquellas que mantendrán la memoria y el legado de tu ser querido. No hagas más de lo que quieres y no hagas nada que no te resulte cómodo, como decorar, preparar cenas festivas y enviar tarjetas.

Cuídate. Intenta hacer ejercicio, comer saludable, dormir lo suficiente y hacer cosas que llamen la atención de tu alma. Para algunos pueden ser: colorear, escribir en un diario, dar un paseo por la naturaleza o leer un libro; para otros puede significar conectarse con amigos, recibir un masaje o ver una película. ¡El duelo es un trabajo duro! Nos afecta física y cognitivamente, así como emocionalmente, y nos dificulta concentrarnos y recordar cosas, así que no olvide hacer tiempo para ti.

Tener un plan de escape. Si te invitan a una fiesta, informa al anfitrión con anticipación que no puedes quedarte todo el tiempo. Considera conducir por ti mismo para poder irte si te sientes atrapado. Está dispuesto a renunciar a las cosas que pueden ser estresantes y date permiso para decidir o cambiar de opinión en el último minuto.

Desarrollar y entrenar una red de apoyo. Estar con personas que se preocupan por nosotros es curativo, especialmente si podemos decir el nombre de nuestro ser querido y escucharnos llorar, sin intentar cambiarnos o arreglar la situación.

Muchas personas tienen tanto miedo de decir algo incorrecto o de hacer algo que nos molesta que a menudo desaparecen cuando más los necesitamos, lo que es perjudicial. Depende de nosotros ser sus maestros. No tengas miedo de acercarte y decirle a la gente lo que necesita y cómo pueden ayudar.

Céntrate en lo que tienes, no en lo que has perdido. Si bien es más fácil decirlo que hacerlo, podemos intentar mantenernos en tierra con gratitud, buscando las bendiciones en cada situación. Ser amable, buscar conexión, llegar en amor y amistad a los demás y celebrando el legado de nuestro ser querido.

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