6 comportamientos extraños de la memoria que nos ayudan a entender cómo recordamos
Muchas personas tienden a pensar que son capaces de recordar más y mejor de lo que realmente pueden
Los límites de la memoria humana son bien conocidos por los psicólogos. Sin embargo, muchos tendemos a subestimar su capacidad para engañarnos.
1) Es imposible recordar tus primeros años de vida… pero muchos creen que pueden
“Supongo que mis lectores no recuerdan en absoluto, o recuerdan muy vagamente, ese periodo sumamente importante de su existencia que antecedió a su nacimiento y que transcurrió en el vientre materno”, escribió Salvador Dalí en sus memorias. “Pero yo, sí, yo recuerdo este periodo como si hubiera sido ayer“.
Dalí esperaba que sus propios recuerdos de ese “divino paraíso” ayudaran a otros a recuperar esos momentos de vida perdidos antes del nacimiento.
En realidad, los recuerdos de Dalí fueron casi sin duda el resultado de su tremenda imaginación. Los científicos de hoy consideran que es imposible recordar los primeros años de vida, y que el tiempo antes del nacimiento también debe ser un blanco mental.
Muchas de las estructuras cerebrales necesarias para la memoria no han terminado de madurar en ese entonces, lo que significa que es psicológicamente imposible que se retengan en la adultez eventos personales de la infancia temprana. En su lugar, cualquier recuerdo de esa etapa son ilusiones o “recuerdos falsos”, parcheados y unidos a partir de otras experiencias o conocimientos que adquirimos más tarde en la vida.
2) Tu memoria puede depender de tu temperatura
Los psicólogos dicen que la memoria humana es “dependiente del contexto”. Para entender lo que esto significa, consideran un experimento en el que se le pidió a los participantes que metieran sus manos en una cubeta con agua helada —una experiencia considerablemente incómoda— y después memorizar una lista de palabras.
Más tarde, después de algunas pruebas, los investigadores vieron que la memoria de los participantes mejoraba si metían la mano en otro baño de agua helada.
Como resultado, el estudio demostró que recordamos mejor los hechos si recreamos circunstancias ambientales o psicológicas sutiles que se dieron el momento en el que se registraron los recuerdos, incluso si parecen ser irrelevantes.
Ésta es una de las razones por las que los eventos de una noche de borrachera son más fáciles de recordar al tomar unas cuantas cervezas pero difíciles de evocar al estar sobrios.
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Como señala Julia Shaw, psicóloga de University College London en su libro The Memory Illusion (La Ilusión de la Memoria), una estrategia podría ser usar estas pistas psicológicas a tu favor. La gente que mastica chicle o toma café al estudiar recordará más si hace lo mismo al momento de un examen.
Los olores también pueden ser evocadores, así que otra estrategia que podrías usar es ponerte un perfume particular o colonia que asocies con tu evaluación.
3) Tu línea del tiempo mental está distorsionada
Toma un momento para adivinar el mes y el año en los que ocurrieron los siguientes eventos:
(a) La muerte de Michael Jackson
(b) El lanzamiento del álbum musical de Beyonce, Lemonade
(c) La infame confusión de los Oscar, cuando La La Land se anunció erróneamente como la ganadora a la mejor película.
(d) El anuncio de Angela Merkel de que renunciará como canciller alemana en 2021.
A menos de que estés inusualmente en sintonía con el ciclo de noticias, es probable que tus respuestas estén totalmente equivocadas y podrías haber seguido un patrón reconocible.
Las investigaciones han demostrado que solemos subestimar el tiempo que ha transcurrido desde un evento que sucedió hace mucho tiempo (como la muerte de Michael Jackson) y sobreestimamos el tiempo que pasó desde que sucedió un evento más reciente (como el anuncio de Angela Merkel).
Este fenómeno se conoce como “desplazamiento temporal”, en el que tu línea de tiempo mental está distorsionada y no corresponde con la cronología real.
Las fechas reales son: (a) junio 2009, (b) abril 2016, (c) febrero 2017 y (d) octubre 2018.
4) Hay una ventaja de tener recuerdos vagos…
Intenta dibujar el retrato de tu mejor amigo de memoria. O sin mirar una foto, descríbelo con tanto detalle como sea posible. A menos de que tengas prospagnosia (ceguera facial) es probable que seas capaz de dar una buena descripción de sus características generales, solo para darte cuenta de que algunos rasgos específicos —incluso algo tan fundamental como el color de sus ojos— es difícil de precisar.
Este es un ejemplo de cómo tendemos a recordar la esencia de las cosas en lugar de los detalles específicos. Y esto no es necesariamente una desventaja.
Los pequeños detalles de un rostro a menudo cambian en el día a día, pero el registro general o la esencia permanece igual —lo que significa que aún puedes reconocer a un amigo con una iluminación diferente o un corte de cabello—. (Cabe señalar que ni siquiera el recuerdo de nuestra propia apariencia es muy precisa, y tendemos a recordar nuestro rostro como más atractivo de lo que realmente es).
5) … pero el exceso de confianza en la precisión de tu memoria tiene un costo.
Si intentas dibujar o describir tu rostro, probablemente crees que recuerdas mucho más de lo que realmente puedes evocar. Muchos estudios han demostrado que la mayoría de la gente cree que su memoria es mejor que ladel promedio, cuando, por supuesto, esto sería una imposibilidad estadística.
Tendemos a descartar, y luego olvidar, las veces que nuestra memoria nos ha fallado y preferimos recordar todas las veces que funcionó exitosamente. Y así, la siguiente vez que tengamos que juzgar su exactitud, asumimos que nuestra memoria será acertada.
Ese es un problema serio para los agentes de policía, por ejemplo, cuya creencia en la exactitud de sus recuerdos puede tener peso en un caso criminal y puede también ser la debilidad de los estudiantes que sobreestiman, de manera optimista, la cantidad de cosas aprendidas.
También tenemos demasiada confianza en nuestra “memoria prospectiva” -la capacidad de recordar lo que queremos hacer a futuro-. Y eso puede tener un impacto financiero.
Como señala Shaw, los servicios de suscripciones se aprovechan de esto al ofrecer acceso gratis durante un periodo de prueba, tras los cuales se harán cobros automáticos en su cuenta. Gracias al exceso de confianza en la memoria prospectiva, muchas personas olvidan cancelar sus suscripciones al momento en que termina el acceso gratis
Como señala Shaw, los servicios de suscripción pueden aprovechar este hecho, ofreciendo una prueba gratuita por un período limitado, después de lo cual se realizarán pagos automáticos de su cuenta. Gracias al exceso de confianza en su posible memoria, muchas personas se olvidan de cancelar la suscripción en el momento en que finalice la prueba gratuita.
6) Es posible que sufras de amnesia digital
La ubicuidad de los teléfonos inteligentes podría ser una gran desventaja para nuestra memoria. Solo piensa por un momento en todos los eventos almacenados en tus publicaciones de Facebook e Instagram —que constantemente ofrecen una ola de recordatorios para ayudarnos a tenerlos presentes—. Pero las redes sociales también tienen el potencial de distorsionar nuestros recuerdos de eventos pasados.
Una de las razones por las que se da este fenómeno conocido como “olvido inducido por la evocación”. Hoy en día es bien sabido que los recuerdos se vuelven “frágiles” cuando los traemos a nuestra conciencia, y también exponen recuerdos relacionados a la distorsión.
Como resultado, recordar un elemento de un evento podría fortalecer nuestra memoria de ese detalle, pero esto nos lleva a olvidar información relacionada que no se evoca de manera activa.
Es fácil ver cómo esto se da en redes sociales. Una publicación de Facebook que llama tu atención con una foto particular de una boda, por ejemplo podría llevarte a olvidar ciertos aspectos de ese día. Esto es particularmente problemático dado que lo que vemos en redes sociales ha sido previamente cultivado y curado para presentar una imagen poco realista de nosotros mismos.
“Al permitir que las redes sociales dicten qué experiencias cuentan como las más significativas de nuestros recuerdos, estamos potencialmente sacrificando los recuerdos considerados ‘menos compartibles'”, escribe Shaw.
“Por otro lado, también refuerza los recuerdos elegidos colectivamente como los mejores y así hace que algunos recuerdos parezcan más significativos y memorables de lo que originalmente eran”.
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