Agente del FBI relata operativo contra “El Chapo” que policías mexicanos hicieron en “punto equivocado”

Presentan videos de lujoso inmueble en Cabos San Lucas

El operativo se hizo en una vivienda de $1 millón de dólares.

El operativo se hizo en una vivienda de $1 millón de dólares. Crédito: EFE/Jane Rosenberg

En 2012, el FBI presuntamente tenía ubicado a Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera en un lujoso complejo de Cabos San Lucas, Baja California Sur, pero las fuerzas especiales de México “misteriosamente” llegaron por la parte trasera de otro inmueble en el complejo Hacienda Encantada.

A fin de demostrar con otro ejemplo cómo Guzmán Loera podía manipular a las fuerzas policiacas y del Ejército mexicanas, los fiscales federales llamaron como testigo a José Moreno, agente del Buró Federal de Investigaciones que estuvo asignado a Baja California y Baja California Sur, para “apoyar a investigar las operaciones del cártel”, contó en la corte en Brooklyn.

Agregó que él y su equipo de 13 agentes tenían ubicado a “El Chapo” en una vivienda, ubicada en un área que también es un complejo turístico, por lo que citaron a las autoridades federales mexicanas a la 1:30 p.m., pero llegaron dos horas después a revisar el inmueble correcto, donde sólo encontraron a cuatro personas, pero ninguna era el supuesto líder del Cártel de Sinaloa.

Los fiscales mostraron videos y fotografías tomados por el propio agente Moreno, quien explicó sus hallazgos, incluida una gorra negra, supuestamente de “El Chapo”, así como jeans talla 32, tenis del número 9 y playeras Lacoste y Banana Republic.

El oficial estadounidense dijo desconocer porqué los agentes mexicanos no hicieron el operativo desde la ubicación que les fue proporcionada, la cual aseguraron en menos de seis minutos… tras llegar tarde.

En el lugar se encontraron fotos, cuadernos con nombres y números telefónicos, autos y armas, además de cuadernos con indicaciones de supuestos pagos e instrucciones de contactos con funcionarios de la Procuraduría General de la República (PGR).

Pagos por favores y depósitos por servicios de entre $15,000 y $36,000 dólares quedaron marcados en los cuadernos, que también eran bitácoras sobre la droga, el “perico” (coca) y la “chiva” (heroína).

Entre las personas encontradas había dos mujeres, una joven, de entre 20 y 25 años de edad, llamada Agustina Cabanillas Acosta, y otra mujer mayor, María Macías.

Cuando tocó al turno de preguntar a la defensa de “El Chapo”, el abogado Eduardo Balarezo, cuestionó los procedimientos de las autoridades, así como las conjeturas de que en aquel lugar estuviera su cliente, cuando no había huellas dactilares ni pruebas de laboratorio o documentos que así lo confirmaran.

¿Por qué un agente como Moreno con 17 años de experiencia no pudo tomar en cuenta esos importantes detalles? “Yo no estaba a cargo del operativo”, justificó y agregó que sólo tomó los videos y las fotos, los cuales se mostraron en la corte.

Balarezo, quien ya había expuesto el supuesto parecido entre Ismael “El Mayo” Zambada y “El Chapo”, ironizó porque se halló una gorra de beisbol, como las que le gustan a Guzmán Loera, pero era negra, como la que luce “El Mayo” en una foto, no azul, como la de “El Chapo”.

El agente Moreno confirmó que no había órdenes de buscar a “El Mayo”, sólo a Guzmán Loera, como en esa casa que supuestamente compró por $1 millón de dólares.

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