Un niño de 9 años vive para ver a su hermana nacer, luego muere en paz
La pérdida de un hijo es una tragedia dura de superar
Bailey Cooper, de nueve años de edad, sufrió una recaída de cáncer por segunda vez cuando supo que su madre, Rachel Cooper, estaba embarazada. A pesar de su terrible pronóstico, Bailey solo podía pensar en una cosa: su futura hermanita.
“Todo lo que le preocupaba era conocer a su hermana pequeña. Bailey sabía que algo no estaba bien. Podía sentirlo en su cuerpo“, le dijo el papá de Bailey, Lee Cooper, de 31 años, a PEOPLE. “Nos dijeron la noticia a finales de agosto, que no iba a sobrevivir. Nos dijeron que era días o semanas. Lo estábamos asimilando todos, pero él solo pensaba en su hermana, en conocerla”.
Bailey lo tenía claro, le dijo a su familia que haría todo lo posible por ver el nacimiento de Millie. Y así hizo. Aguantó hasta que el 30 de noviembre de 2017.
Las fotos de sus últimos momentos son muy dulces, muestran a Bailey sentado junto a su hermano pequeño, Riley, y con la bebé, Millie, en sus brazos. Bailey pasó el último mes de su vida lo más cerca posible de la niña.
“Fue increíble, pero también fue difícil de ver”, dice Lee. “El poco tiempo que estuvo con ella, la abrazaba todos los días. Él estaba su lado, la alimentó, la bañaba. Incluso le cantaba todos los días hasta que físicamente no pudo hacerlo más “.
Bailey murió en la víspera de Navidad de 2017.
“Ha sido muy difícil vivir sin Bailey, pero fue maravilloso que pudiera tener a Millie cerca en sus últimos días. Ella nos ha estado ayudando a lidiar con lo que ha sucedido. Fue tan difícil para nosotros, nuestra rutina diaria cambió completamente sin él ”, cuenta Lee.
A pesar de que Bailey se ha ido, Lee dice que él y Rachel hacen todo lo posible para asegurarse de que Millie sepa sobre su hermano mayor.
“Le contamos sobre Bailey todos los días. Le mostramos fotos de él, la casa está llena de su recuerdo. Cada vez que mencionamos el nombre de Bailey, ella señala una imagen “, explica la familia.
Han conseguido que ya sepa quién es él. Su rostro se ilumina cada vez que ve una imagen de Bailey en los celulares de los padres. Le muestran sus videos y le hablan de él todos los días.
Una forma de no olvidar a un ser querido, de mantenerle vivo de algún modo.