Mujeres toman las riendas de la contienda presidencial 2020
El tiempo dirá si una de ellas podrá ocupar la Casa Blanca
Si algo surgió tras el resultado de las elecciones de 2016 fue determinación. A lo largo de los dos años de la Administración Trump en la Casa Blanca, grupos de inmigrantes y personas de color han creado y fortalecido movimientos en contra de las políticas que emergen de Washington D.C.
De estos, el más poderoso está en manos de un grupo de mujeres que tomaron el liderazgo y emprendieron un camino que ha resultado con el número de mujeres candidatas a la presidencia más alto en la historia de Estados Unidos.
Y es que este 2019 es un año clave para que las campañas encuentren un nicho en la ya extremadamente dividida opinión pública a nivel nacional, con miras a las elecciones de 2020.
La batalla, según analistas políticos, estará centrada en cómo, las senadoras demócratas Elizabeth Warren de Massachusetts, Amy Klobuchar de Minnesota, Kamala Harris de California, Kirsten Gillibrand de Nueva York, y Tulsi Gabbard, de Hawaii, logren crear una imagen que diste de la excandidata Hillary Clinton y proponga un camino a la unión, tras la división creada por la actual administración.
Pero más allá de la contienda y los resultados, el anuncio representa un cambio inimaginable hace dos años. Hoy, el panorama es positivo para el movimiento femenino, y lo es aún más para la misma democracia, que, según asegura Russell Schaffer, un comunicador experto en política residente en Queens, aumenta las posibilidades para los votantes demócratas.
“Es notable que, por primera vez en cualquier primaria presidencial en la historia de los Estados Unidos, si un votante dice: ‘Estoy apoyando a la mujer’, tenemos que preguntar ‘¿Cuál?'”, apuntó Schaffer. “Los demócratas tienen una serie de candidatas altamente calificadas y creíbles, que pueden recaudar dinero y crear una organización para ganar la nominación y luego derrotar a Donald Trump”.
Para el experto, los días de un boleto demócrata masculino probablemente han terminado. “Y definitivamente se acabaron para un boleto demócrata masculino blanco”.
“De todas las candidatas demócratas que se presentan actualmente, creo que la senadora Kamala Harris tiene la mejor oportunidad de ganar la nominación”, explicó Schaffer. “No solo es afroamericana, sino que también tiene herencia de la India”.
Sin embargo, quizás lo más importante es que es de California, que será la primaria en marzo, mucho antes de junio, como fue en 2016, apuntó el experto. “California tiene más delegados en la Convención Nacional Demócrata que cualquier otro estado y, si le va bien allí, podría provocar que una serie de otros candidatos reevalúen sus campañas”.
“¡Qué orgullo!”
Cuando Joana Pedrón vivía en Cumanacoa, en el estado Sucre, en Venezuela, veía como, mientras, según asegura, su país se sumía en una crisis sin precedentes debido a las decisiones tomadas por el presidente Nicolás Maduro, Estados Unidos avanzaba políticamente con su primer presidente afroamericano.
La misma crisis hoy la convirtió en una residente de Brooklyn, donde desde el 2016 trabaja para cumplir su Sueño Americano, mientras divide su tiempo enseñando español en una institución particular y atendiendo mesas en un restaurante dominicano.
Para ella, el anuncio de que haya un número récord de mujeres corriendo para la posición política más importante en su país de adopción la llena de emoción, sobre todo, porque tras su salida de Venezuela, y su llegada al tiempo en que Trump se convertía en presidente, le habían quitado todas “las ganas de creer en política”.
“Sería un hito histórico”, apuntó la joven de 28 años. “De donde yo vengo nunca ha habido una mujer presidenta y pues este país que es dominado por hombres blancos ya hace unos años consiguió que un hombre de color llegara a la presidencia, ahora que una mujer lo haga sería increíble”.
Pedrón agregó que una mujer en la Casa Blanca cambiaría el rumbo del país “para bien, porque nuestro punto de vista es distinto, las experiencias que hemos vivido son diferentes, entonces estoy segura que una mujer traería nuevas ideas a la mesa para mejorar la situación de este país”.
Más allá del género
Pese a que su trabajo como líder comunitaria en Hempstead, Nueva York, la ha convertido en un referente de la justicia social, y un ejemplo para las miles de niñas con las que trabaja cuando visita escuelas y universidades en todo el estados, Melissa Figueroa cree que la llegada de una mujer a la Casa Blanca debe basarse en sus capacidades y no en su género.
Su experiencia durante la campaña para las elecciones de 2016 marcó un momento de análisis en su opinión sobre la candidatura de mujeres a posiciones políticas. El bombardeo de mensajes sobre “empoderamiento femenino” durante los meses y días previos a la elección, la llevaron a fortalecer lo que ya pensaba.
“Había tantos mensajes sobre Hillary Clinton y la fuerza femenina y eso está bien porque yo apoyo a las mujeres también pero uno debe ser muy cuidadoso de no hacer que la gente tome una decisión tan importante basada en el género”.
La puertorriqueña de 38 años cuestionó la idea de que “solo por el hecho de que sea una mujer, entonces debe ser presidente, eso es un pensamiento terrible porque entonces solo por el hecho de ser un hombre puede ser lo que sea, ¿qué estamos enseñando?”.
Mujeres al poder
El aumento de mujeres en la contienda por la presidencia no es una casualidad. En 2018, las elecciones primarias marcaron un antes y un después en la historia de las mujeres en la política, ya que se eligieron más mujeres para el Congreso que nunca antes. Además, creó uno de los congresos más diversos.
Y en Nueva York el ejemplo está en manos de la congresista de El Bronx y Queens, Alexandria Ocasio-Cortez, quien desde que su nombre se tomara las portadas de todos los medios a nivel nacional, no ha dejado de presentarse como una opositora “a la dominación de los hombres blancos”.
Falta aún un camino por recorrer y el tiempo dirá si EEUU ha evolucionado a tal punto de que una mujer no solo rompa el techo de cristal de un partido sino que lo atraviese para llegar a ocupar la Casa Blanca.