“Me tatué la cara para no tener un trabajo normal”
Kayleigh Peach, de 26 años, dice que algunas personas se sienten intimidadas por sus tatuajes en el rostro, pero asegura que dedicarse a tatuar le cambió la vida.
Kayleigh Peach estaba tan decidida a convertirse en una exitosa artista del tatuaje que en su primer día de aprendiz se grabó la palabra “cursed” (maldita, en inglés) sobre su ceja derecha.
Pensó que su rostro tatuado alejaría a la mayoría de los empleadores y no habría otra opción que perseguir su ambición.
Kayleigh, quien es de Erdington en Birmingham, Reino Unido, de 26 años y con el 60% de su cuerpo tatuado, explica que el riesgo que tomó dio sus frutos y cómo los tatuajes cambiaron su vida.
Este es su testimonio.
“Papá dijo que no podía ser dama de honor”
Definitivamente la gente me mira. Te olvidas que los tienes, así que empiezas a preguntarte: ‘¿Por qué me están mirando?’.
Me preguntan bastante sobre los tatuajes en mi cara. Creo que la gente ve a los tatuajes de la garganta y la cara como más extremos.
Recibes críticas malas. Que la gente diga que te ves como un matón es intimidante. Mi familia no es la mayor fan de ellos.
Mi papá se casó y yo solo tenía un tatuaje grande en mi pecho en ese entonces y me dijo que no me permitiría ser dama de honor.
Pero ahora lo acepta mucho más porque lo hago como un trabajo. Hasta lo he tatuado a él.
Fue difícil porque me di cuenta de que lo estaba lastimando, así que, cuando terminé, le pedí que escribiera “papá” con su letra y que me lo tatuara.
“Solía pensar que estaba maldita”
Mi primer tatuaje me lo hice a los 18 años.
Era el apellido de mi mejor amigo escrito en mi tobillo. Él también se tatuó mi nombre. Ahora el 60% de mi cuerpo está tatuado.
Me hice mi primer tatuaje facial en mi primer día como aprendiz cuando tenía 24 años.
Básicamente, lo hice para que no pudiera obtener un trabajo normal, así que tenía que perseverar en lo que estaba haciendo.
Me tatué “cursed” encima de mi ceja. Solía ser muy crítica conmigo misma y ver el vaso medio vacío. Solía pensar que las cosas me pasaban por una razón y me castigaba mentalmente por las cosas.
Luego me hice una rosa en un lado de mi cara, que tiene que ver con el romance y la belleza, luego las hojas en el otro lado, que simbolizan nuevos comienzos para mí en mi vida.
“Mi vida cambió para mejor”
Antes de comenzar a tatuar, vivía en el piso de arriba de un pub. Bebía y salía mucho.
Tenías que atravesar el pub para llegar al piso de arriba y todo el mundo me decía “baja a tomar algo” y terminaba saliendo.
Cuando comencé a hacer tatuajes, me metí de lleno por seis meses. Desde entonces, mi vida cambió para mejor.
“Renuncié a mi trabajo diario y fui directamente a convertirme en aprendiz”.
Para empezar, ganas literalmente casi nada. Pero ahora mi jefe dice que soy de los artistas jóvenes más solicitados que jamás haya visto.
Mucho tiene que ver con la atención al cliente y cómo tratas a las personas. No es solo el trabajo por el que vienen, es el entorno y cómo eres como persona.
Ahora estoy ganando lo suficiente para estar cómoda. A medida que adquieres más experiencia, ganas más y aumentas los precios.
Cobras por hora o por pieza. El 50% me corresponde a mí y el 50% al lugar donde trabajo para el negocio y los materiales. Es como alquilar una silla.
Tienes que solicitar una licencia de tatuaje y yo trabajo por cuenta propia, así que tengo que cuidar mis cuentas.
“Ayudo a las personas con dolor”
Me encanta tatuar. Tu mente nunca está estancada, siempre estás creando, aprendiendo y conociendo gente nueva.
Hablas constantemente con la gente y cuando pasan dolor se abren y hablan de sus problemas.
Se trata de hacer que la gente se sienta cómoda. Algunas personas están muy nerviosas y yo las ayudo a superarlo.
Algunas de las historias detrás de muchas de las personas que tatúo son desgarradoras o muy divertidas.
Te hace ver más claramente lo que importa en la vida. Apreciar las cosas mucho más. Ahora tengo una perspectiva mucho más positiva de la vida.
Ayudo a muchas personas que son tímidas con respecto a partes de su cuerpo, o estrías o cicatrices de autolesión.
Si tienes algo bonito en una parte de tu cuerpo sobre la que tienes sentimientos negativos, puede hacerte sentir mucho más seguro y feliz.
“Tatuar y modelar me dio confianza”
De niña era muy tímida y callada. El tatuaje definitivamente me dio más confianza. Es la forma en que te sostienes cuando tienes cierta parte de tu vida tatuada en tu piel.
Empecé a modelar cuando tenía 19 años y mi carrera despegó de una manera increíble. Aparecí en un video musical y en la revista Skin Deep.
Hubo mucha atención y recibí críticas negativas, así como positivas. Pero me armé de coraje y dije “esto es lo que soy”.
Los tatuajes en mi cara me hacen única. Incluso cuando te haces viejo y aparecen las arrugas, tu piel se vuelve un poco más bonita.
Es un buen pasatiempo coleccionar imágenes en tu piel. Puedes mirar hacia atrás y recordar cuándo te lo hiciste, dónde estabas y qué significa.
*Según se lo relató Jennifer Meierhans. Fotos con derecho de autor.
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