Migrante cubano se crucifica en Chiapas, exige salvoconducto
Dennis Hernández Varona dijo que protesta ante la tardanza, el silencio y el engaño al que se siente sometido por parte de las autoridades mexicanas
TAPACHULA, México – Dennis Hernández Varona, un migrante cubano, escenifica una crucifixión en el suroriental estado de Chiapas para exigir que las autoridades migratorias mexicanas le otorguen un permiso para poder cruzar el país.
La escena, muy mediática, tiene lugar en la plaza de la estación de Migración Siglo XXI de la localidad de Tapachula, a unas decenas de kilómetros de la frontera de México con Guatemala.
Agotado ante la lentitud del gobierno mexicano, el activista y economista dijo que llevó a cabo esta manifestación ante la tardanza, el silencio y el engaño al que se siente sometido por parte de las autoridades mexicanas.
“Es debido a que no nos dan nuestro oficio” para poder transitar libremente, dijo.
Por ello, lamentó que un país latinoamericano cierre las puertas a otro cuando estos son hermanos, precisó.
A unos días de celebrarse la Semana Santa, el cubano identificado como Dennis Hernández Varona, de unos 30 años, apuntó que en su desesperación y desilusión decidió colgarse de una cruz para protestar por la falta de atención de las autoridades migratorias a su solicitud del permiso para tener una tarjeta de visitante por razones humanitarias.
Con esta, el cubano podría viajar legalmente en territorio mexicano -e incluso buscar trabajo- y así llegar a los Estados Unidos, donde espera presenciar el nacimiento de su hijo, pues su esposa vive en Los Ángeles.
Bajo los rayos de sol, en condiciones muy duras para su salud y atado con cadenas a una cruz de madera, el migrante señaló que han pasado semanas desde que hizo su solicitud al Instituto Nacional de Migración (Inami).
Con dicho documento, se le ha de permitir recorrer por el país con protección oficial de las autoridades y llegar hacia la frontera norte de México, con Estados Unidos.
Pero por el momento, no ha obtenido respuesta un silencio total alguna poniendo en riego todo.
“Mi vida está en riesgo desde que decidí hacer esta manifestación. Debido a que he pasado un innumerable días sin comer, durmiendo fuera. Ya está en riesgo mi vida, desde la hora que no nos dejan tramitar a los migrantes, ya está la vida de los migrantes está en riesgo”, expresó el migrante.
Esta es la segunda protesta que Hernández Varona encabeza, pues el mes pasado inició una huelga de hambre para exigir una respuesta a su solicitud.
Cubano se crucifica como parte de la protesta en la estación migratoria Siglo XXI en #Tapachula #Chiapas #México piden visas para transitar por el país. pic.twitter.com/CSfwxGDr0I
— Susana Solís Informa (@SolisInforma) April 7, 2019
Tras esta protesta, únicamente se le proporcionó vigilancia por parte de Protección Civil.
Convencido de sus acciones, señaló que se someterá a varias acciones hasta que le otorguen el salvoconducto, ya que considera que es la única manera de que el gobierno mexicano los voltee a ver a los africanos, cubanos, centroamericanos y caribeños.
Hernández Varona forma parte de un contingente de unas 3,500 personas, muchos de ellos de origen africano pero también haitianos, cubanos y centroamericanos, que permanecen desde hace semanas en Tapachula esperando que las autoridades tramiten un salvoconducto.
“Mentalmente ya no sé qué pensar y cómo pensar, físicamente estoy agotado, pero aun queda fuerzas para seguir batallando”, indicó el cubano.
Ante esta situación desesperada, clamó que el Inami agilice el trámite para obtener el salvoconducto que les permitirá cruzar la nación latinoamericana.
Dennis Hernández señaló que en esta ciudad de Chiapas -que estos días alcanza temperaturas de hasta 35 grados centígrados- hay un aproximado de 2.000 cubanos dispersos, ubicados en hoteles posadas, o alquilando viviendas.
Esperando el día de partir rumbo al norte con los papeles, otros más están siendo deportados.
El fenómeno de las caravanas empezó a mediados de octubre de 2018 cuando miles de migrantes, en su mayoría hondureños y salvadoreños, iniciaron este éxodo en grupo para sentirse más seguros, y causando choques diplomáticos entre distintas naciones.
Durante semanas, varios grupos llegaron a la frontera norte de México, muchos de ellos en Tijuana, hasta que el fenómeno se relajó.
Pero a finales de marzo un nuevo contingente partió de Chiapas, cansados de esperar que les otorgaran una tarjeta de visitante por razones humanitarias.