¿La vacuna contra el sarampión contiene fetos humanos abortados?
Éste es uno de los argumentos para no vacunarse contra la enfermedad que ya batió récord en EEUU
Durante años, grupos antivacunas en Estados Unidos y el mundo han difundido la idea de que, a través de las vacunas, se inoculan no sólo virus, sino otros elementos que pueden provocar en los niños enfermedades como el autismo.
Entidades como la Organización Mundial de la Salud o la Academia Americana de Pediatría, han difundido información profusa sobre el contenido real de las vacunas y sus efectos a corto y largo plazo.
¿La vacuna contra el sarampión contiene fetos humanos abortados?
Con el brote del sarampión en niveles preocupantes en el país, los grupos antivacunas han difundido información sin fundamento científico que señala que las vacunas contienen ADN de mono, rata y cerdo, y que están fabricadas con células de fetos humanos abortados. Estos dichos pueden ser particularmente sensibles para grupos religiosos ortodoxos, como es el caso de los judíos, uno de los grupos más golpeados por el brote de sarampión en EEUU.
La Academia Americana de Pediatría asegura que las vacunas no contienen tejido fetal ni fetos abortados, sino una cantidad del virus necesaria para crear inmunidad y otros ingredientes como conservadores.
Específicamente la vacuna contra el sarampión contiene virus vivos atenuados, es decir, virus que aunque están vivos, son demasiado débiles como para activar la enfermedad, pero generan una respuesta inmunitaria del organismo. Adicionalmente puede contener:
- Conservadores, para evitar la contaminación de la vacuna.
- Sales de aluminio, que generan una mejor respuesta del sistema inmunológico.
- Aditivos como gelatina, albúmina, lactosa, sacarosa, glicina y glutamato sódico, que ayudan a mantener la eficacia de la vacuna mientras es almacenada.
- Residuos generados por la producción de la vacuna, como antibióticos (neomicina), proteína de levadura o proteína de huevo, que si bien se eliminan durante el proceso de limpieza, pueden mantenerse como pequeños residuos en la composición de la vacuna. La cantidad es tan pequeña que no suele provocar reacciones alérgicas.
La vacuna contra el sarampión tampoco contiene timerosal, un conservador a base de mercurio que se eliminó de la mayoría de las vacunas infantiles en 2001, y que es el culpable de que a las vacunas se les achaque el desarrollo del autismo.
La Academia Americana de Pediatría asegura que no existe evidencia científica de que exista una conexión entre el timerosal y el autismo. Además, el aumento de los índices de autismo coincide con el periodo en el que se eliminó este componente de la mayoría de las vacunas. Aunque algunas vacunas contra la gripe aún contienen timerosal, gran parte de esta sustancia se elimina al finalizar el proceso de fabricación.
El sarampión alcanza récord
A pesar de los llamados de las autoridades de salud estadounidense a aplicarse las vacunas y tomar precauciones, los casos de sarampión en el país siguen creciendo. Esta vez, el sarampión alcanzó un récord en EEUU, a pesar de que la enfermedad fue erradicada en el año 2000.
Sólo en lo que va de 2019, se han registrado 695 casos, una cifra récord desde hace 19 años, de acuerdo con datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Hasta ahora, 2014 era el peor año para el sarampión en lo que va de siglo, con 667 casos, pero 2019 ya ha superado ese número a una semana de terminar el cuarto mes.
Tras los últimos contagios confirmados esta semana en Nueva York, el último recuento total en el país ascendía a 695 casos. En total, 22 estados han registrado casos, pero el grueso se concentra en tres brotes: dos en el estado de Nueva York y otro en Washington.
El sarampión en Nueva York
En el caso de Nueva York, los dos brotes se concentran en comunidades judías ultraortodoxas, uno en el distrito de Brooklyn y otro en el condado de Rockland, a las afueras de la ciudad de los rascacielos.
Según los CDC, estos dos brotes figuran entre los mayores y más duraderos desde el año 2000 y, cuando más duren, más aumenta el riesgo de que el sarampión vuelva a tener una presencia permanente en Estados Unidos.
Expertos apuntan a que la enfermedad llegó a Nueva York a través de personas que se contagiaron en viajes a Israel, donde el sarampión ha estado avanzando desde el año pasado en comunidades ortodoxas.
Las autoridades sanitarias insisten en la necesidad de vacunar a todos los niños contra la enfermedad y denuncian el papel de la desinformación sobre los supuestos riesgos de las vacunas, en este preocupante brote.
Los argumentos de los antivacunas
“Algunas organizaciones están dirigiéndose deliberadamente a estas comunidades con información errónea y engañosa sobre las vacunas“, señalaron los CDC en un comunicado.
Entre las comunidades ultraortodoxas de Brooklyn existe un debate entre quienes defienden las inoculaciones y quienes las deploran, basándose en algunos casos en una publicación antivacunas según la cual éstas contienen “ADN de mono, rata y cerdo”, están fabricadas con células de fetos humanos abortados y generan autismo. Mientras, los rabinos han llamado a toda la población a vacunarse e insisten en que no hay ninguna cuestión religiosa que se oponga a ello.
La situación ha llevado al Ayuntamiento de Nueva York a declarar este mes una “emergencia pública de salud” por la epidemia que se vive en parte del barrio de Williamsburg, la zona de Brooklyn donde se concentran las comunidades judías ultraortodoxas.
Medidas extremas
Como parte de dicha medida extraordinaria, los habitantes sin vacunar contra la enfermedad en ese área tienen que inmunizarse para “proteger al resto de la comunidad y ayudar a reducir la epidemia”.
Las inyecciones son obligatorias y miembros del Departamento de Sanidad y Salud Mental revisan las cartillas de vacunación de cualquier individuo que haya estado en contacto con pacientes infectados y, en caso de no estar inmunizado, puede enfrentarse a multas de hasta $1,000. Hace una semana, un juez rechazó una demanda presentada por un grupo de padres contra esa orden.
En el condado de Rockland, mientras, las autoridades han prohibido a cualquier persona contagiada o expuesta a la enfermedad estar en espacios públicos por un periodo de hasta 21 días.
Además, han decretado que los niños no vacunados no podrán asistir a la escuela a menos que cuenten con una exención de tipo médico o religioso.
*Con información de healthychildren.org y de EFE