Este ‘brujo’ latino prometía amarres con hechizos de amor. Pedía dinero y fotos sexuales. Ha acabado muy mal

Este argentino fue sentenciado por estafar a miles de personas

El hombre de 31 años fue sentenciado por esquema de estafas usando "brujería" como escudo para exigir grandes sumas de dinero.

El hombre de 31 años fue sentenciado por esquema de estafas usando "brujería" como escudo para exigir grandes sumas de dinero. Crédito: Fiscalía de Paraguay

El amor, ese “sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser”.

El amor, “que no se manifiesta en el deseo de acostarse con alguien, sino en el deseo de dormir junto a alguien”.

El amor, “el tema más importante que existe en la historia de la humanidad”, y “el más terrible, el más maravilloso de todos los demonios”.

El amor, definido así por la Real Academia de la Lengua y por los escritores Milan Kundera y Gabriel García Márquez.

El amor, definido por un millón de artistas y por cada uno de nosotros, incluido usted mismo, un millón de veces.

El amor puede ser un millón de cosas distintas, pero lo que seguro que nunca va a ser es un hechizo mágico que se pueda conquistar con pociones embrujadas.

Ariel Boiteux, un ciudadano argentino de 31 años, pensó que podría hacer creer lo contrario y enriquecerse así a costa de cientos de personas de todo el mundo lo suficientemente inocentes como para creer sus mentiras.

Ahora está en la cárcel por ello.

Boiteux ideó una trama para extorsionar a unas 200 personas de al menos 12 países a las que prometió brujería y hechizos mágicos para enamorar a sus pretendidos.

Para ello, debían realizar rituales sexualmente explícitos, grabarse, y enviarle los vídeos para que él pudiera usarlos en su brujería.

Pero tal brujería no existe.

En su lugar, las víctimas recibieron mensajes exigiéndoles dinero a cambio de no hacer públicos esos vídeos, según la Fiscalía del Distrito Sur de California.

Boiteux operaba con varios cómplices desde Paraguay con el nombre empresarial de Amarres Inmediatos, y anunciaba sus servicios en las redes sociales Facebook e Instagram, y en la página web Mercado Libre.

Así captó a personas de Estados Unidos, Paraguay, Argentina, Bolivia, Chile, República Dominicana, Guatemala, Italia, México, Perú, España y Suiza.

A sus clientes les facilitaba un listado de compra que incluía velas, verduras, alcohol y fotografías. Luego les pedía que realizaran un ritual que implicaba consumir alcohol, recitar versos sexualmente explícitos, y ejecutar actos sexuales.

Todo ello, además, debían grabarlo y enviárselo a él, que lo usaba para extorsionarles.

En febrero de 2017, por ejemplo, contactó con una cliente bien relacionada a la que exigió 250.000 dólares.

En octubre de ese año, un agente secreto del Departamento de Seguridad Nacional llamó a Amarres Inmediatos y se ofreció a comprar las grabaciones de otra víctima, que habían sido ya parcialmente difundidas en Internet para incrementar la presión.

Boiteux aceptó venderlas por miles de dólares que debían ser transferidos por Western Union. El agente envió en dinero, y la policía paraguaya esperó a las puertas de una oficina de Western Union en Ciudad del Este a que el hombre acudiera a recoger el dinero.

Fue arrestado (junto con otras tres persona, incluyendo a su hermano de 15 años), y extraditado a San Diego (California), donde acaba de ser condenado a dos años de prisión y una multa de 250.000 dólares.

A la juez sólo le dijo: “Soy una persona muy arrepentida, señora”.


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