Inmigrantes son esenciales para la construcción de Nueva York

Ecuatorianos, mexicanos y dominicanos son las nacionalidades más frecuentes en las obras

Una de las formas de valorar el trabajo o importancia de algo o alguien es hacer el ejercicio mental de no contar con ello. En el caso de la inmigración, la ciudad de Nueva York estaría prácticamente parada de no ser por los trabajadores y familias llegadas de otras tierras ya que suponen el 42% de la fuerza laboral de la ciudad. Pero casi seguro, lo que no se movería sería la construcción que “es crucial tanto para el estado como la ciudad al crear miles de trabajos bien pagados además de ser un indicador clave de la buena salud de nuestra economía”.

Así lo aseguró el contralor del estado Thomas DiNapoli, quien esta semana dio fe con cifras del buen momento que disfruta un sector que sería inviable sin la mano de obra inmigrante que supone el 59% del total de los trabajadores, es decir casi seis de cada 10.

El peso de los nacidos en otros países para este dinámico motor económico es mucho más elevado en la ciudad que en el estado donde solo el 20% de los trabajadores son inmigrantes. En la nación en su conjunto el 25% de la construcción se hace con mano de obra inmigrante. Es más, es el sector de la ciudad que más trabajadores foráneos emplea.

Y entre todos los inmigrantes el mayor grupo es el de los hispanos que suponen el 40% de la fuerza laboral en el sector. La mitad de todos los empleados en la construcción que son inmigrantes vienen de Ecuador, México y la República Dominicana. En todo el país son el 29% de quienes se dedican a construir edificios o infraestructuras.

La industria de la construcción puede ser muy estacional y dependiente de las variaciones de la economía, pero según DiNapoli puede estar sostenida por los programas de inversiones de la ciudad, la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA) y la Autoridad Portuaria de NY-NJ.

El sector invirtió el año pasado $61,500 millones lo que ha generado una actividad económica que se estima en unos $84,000 millones, el 10% de la actividad total de la ciudad.

Los trabajos en la construcción ofrecen buenos salarios a personas que no tienen educación superior. El 60% de los empleados no han ido a la universidad y como media en 2017 ganaron una media de $43,300 al año, un tercio más que el resto de los trabajadores que se desempeñan en otros sectores sin licenciaturas. Un 22% de los empleados en el secror ganaron más de $80,000 anuales.

También es un trabajo que entraña riesgos. Solo el pasado mes de abril murieron tres obreros de la construcción, los tres latinos, en accidentes laborales.

Nueva York es también una de las ciudades donde más importante es la fuerza de la unión sindical y en la construcción esta es relevante. Hay más de 100,000 personas en sindicatos del sector en la ciudad.

¿Mujeres?

No hay tantas con el casco pero su inclusión avanza. En 2017 solo eran el 9% en NYC pero ha habido un avance considerable en 10 años. Entonces apenas eran el 6%.

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