Puerto Rico: más allá que una cuestión de dignidad
Hace décadas, los puertorriqueños les enviaron un mensaje poderoso a los oficiales electos. Necesitamos volver a hacer lo mismo con los candidatos presidenciales
El año fue 1958, y casi puedo mirar mientras mi gente se prepara para el Desfile Puertorriqueño en la Ciudad de Nueva York.
Los vestidos cuelgan de sus ganchos y los pañuelos están doblados meticulosamente para caber en las carteras. Los zapatos brillan y las Fedoras quedan colocadas encima de los armarios al lado de botellas de Varon Dandy.
Se puede respirar la emoción. El desfile recorrerá la Quinta Avenida, donde los irlandeses, italianos, griegos y otros llevaron a cabo desfiles grandes. Poderosos intereses trataron de dejarnos fuera de la Quinta Avenida pero nuestra comunidad se defendió y luchó duro.
En esa época, multitudes de boricuas se darían cita en la Quinta sin haberse enterado de los actos hostiles que habían sucedido.
Hubo un año en particular en el que comerciantes de la Quinta Avenida cubrieron sus tiendas con madera la noche antes del desfile boricua, colgando la bandera puertorriqueña al revés con rótulos que decían ‘puertorriqueños, ¡regresen a casa!’ Comenzando a la medianoche, los organizadores del desfile trabajaron para remover los paneles.
Como describe en sus memorias el dirigente laboral boricua, el legendario Gilberto Gerena Valentín, “Al día siguiente marchamos sin tener que enfrentar ese insulto, cuya intención era provocar a los que participamos del desfile y crear una situación que hubiera deslucido el mismo”.
El sabotaje no terminaría ahí. Gerena Valentín relata cómo les dieron medicinas a los caballos de los policías para que llenaran la ruta de excreta y la peste que lo acompañaba. Cuando personal del Departamento de Salud de la ciudad llegó, prendieron una manguera de agua y mojaron a algunas personas que participaban del desfile.
Los organizadores del desfile le dieron un ultimátum al entonces alcalde Robert Wagner –perdería el voto de los puertorriqueños si no le ponía fin a ese desastre inmediatamente.
El rechazo y la falta de respeto a los puertorriqueños ya sean residentes de los estados o en la isla, lleva ocurriendo por décadas. Igual de persistente también es el espíritu sin entrega de los boricuas.
Décadas más tarde, se siente como si estuviéramos batallando en el mismo escenario racista. Estamos lidiando con un presidente que preferiría que Puerto Rico se hundiera en el mar y que nos ve a nosotros y a nuestros familiares como un estorbo que no se merecen nuestra ayuda, aun cuando haya vidas de por medio.
Nuestra gente ha respondido. Boricuas desde Nueva York a Ohio y a California han levantado sus voces, como la diáspora siempre ha hecho por la isla.
Luego del paso del Huracán María, y la devastación sin precedentes que causó, organizaciones como Power 4 Puerto Rico surgieron para presionar a Washington por los recursos que la isla y las familias que tuvieron que huir necesitan.
Nuestra coalición de líderes y aliados se unió porque la crisis humanitaria expuso la red de obstáculos que tenemos que vencer para lograr una respuesta de emergencia y una recuperación justa y a largo plazo. Mientras el reloj contaba por las vidas de los puertorriqueños, uno de estos obstáculos incluyó las leyes de cabotaje (o transporte marítimo), que son tan injustas para la isla. La Ley Jones, como se conoce, retrasó el transporte de camiones llenos de suministros de los vecinos de la República Dominicana, que se encuentran a solo 200 millas de Puerto Rico.
En los meses siguientes luego del huracán, Power 4 Puerto Rico logró, junto al esfuerzo de otros, prevenir que FEMA reconstruyera las estructuras quebradas al estado original tan frágil en que se encontraban previo al ciclón, según dictaban las leyes federales.
Para la primera conmemoración de la pérdida de 3,000 vidas puertorriqueñas, trabajamos con nuestros aliados en la campaña “#BoricuasRemember”, con movilizaciones masivas que se llevaron a cabo en Washington, DC, Nueva York y Florida. Nuestra meta fue, y sigue siendo, mantener a Puerto Rico en el foco de atención nacional en los Estados Unidos.
Como parte de nuestros esfuerzos de lograr mayor transparencia y rendición de cuentas, Power 4 Puerto Rico trajo a la atención de los medios el hecho de que la Administración de Trump ha retrasado el flujo de recursos a la isla. Este asunto está siendo investigado.
Y mientras le exigimos cuentas a Trump, también estamos exigiendo que los candidatos que lo quieren reemplazar se expresen en detalle sobre lo que harían por la isla.
Por eso es que enviamos una carta abierta – firmada por más de 50 organizaciones – exigiendo que todos los candidatos presidenciales presenten un plan integral sobre Puerto Rico para este ciclo electoral. Los candidatos tendrán que hablarle a los votantes puertorriqueños sobre las acciones concretas que tomarían, en vez de ofrecer generalidades o expresiones huecas.
Este es un mensaje que nosotros – tanto individuos como organizaciones – tenemos que amplificar mucho más duro para el futuro de Puerto Rico. Por eso es que le estamos pidiendo a todos los puertorriqueños, y aquellos que nos apoyan, que se unan en este esfuerzo, ahora y en los meses por venir, para que los candidatos de ambos partidos #ShowUsYourPRPolicy. Se lo debemos a las familias en Puerto Rico y se lo debemos a nuestros ancestros que se pusieron de pie una vez en la Quinta Avenida y nos dieron el ejemplo.
Sobre Power 4 Puerto Rico
Power 4 Puerto Rico es una coalición de la diáspora y activistas unidos por temas que afectan a Puerto Rico.
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(Erica González es Directora de Power 4 Puerto Rico y ex-asesora del Concejo Municipal).