Un boricua y 20 años entre memorias y libros de “Drama”
Freddy Padilla hace un recuento de dos décadas trabajando en una de las librerías especializadas en teatro; el negocio cerró y fue comprado por el actor y director Lin-Manuel Miranda
En los años 90, Freddy Padilla vivía en Puerto Rico trabajando de cualquier cosa, la situación estaba tan mala que pintar casas le permitía sobrevivir.
En esa época, su abuelo trabajaba como portero en un edificio ubicado en la calle 47 y 7 Avenida de Manhattan, donde se ubicaban los Quad Studios y, en el segundo piso, la famosa librería “Drama Book Shop”. En marzo de 2001, el abuelo le consiguió un trabajo en el área de seguridad y, sin dudarlo, se instaló en Nueva York.
En el verano de ese mismo año, la librería (250 West 40th Street, ubicada frente al edificio del New York Times) necesitaba a un cajero, y fue así como Padilla entró al mundo de los libros especializados en teatro, recibiendo los pedidos, clasificando las revistas y atendiendo clientes, entre ellos actores y directores en ascenso o ya consagrados, como Bette Midler, Danny De Vitto y James Gandolfini, entre muchos otros.
Recuerda con especial cariño su amistad con el actor Earle Hyman (1926-2017), conocido en la pantalla chica como el abuelo Russell Huxtable, en “The Cosby Show”. “Él era uno de mis favoritos. Era fanático de Shakespeare, siempre que salía una nueva edición, aunque él tenía las anteriores, llegaba a comprarla. Decía que le gustaba llegar a la librería porque nadie lo molestaba, y hasta se tomaba fotos con los empleados y clientes”, contó.
Vender libros nunca ha sido fácil, y menos al tratarse de temas tan especializados como el teatro. Los esposos Rozanne y Arthur Seelen compraron el negocio en los años 50, al fallecer él, el sobrino Allen Hubby compró la mitad y siguieron adelante. Se las ingeniaron para sobrevivir por décadas, manteniendo un surtido de revistas con instrucciones para elaborar vestuarios, las cuales eran buscadas por los estudiantes de Parsons School of Design.
En 2002, Padilla recuerda la creación de un teatro en el sótano del edificio. Back House Productions, el lugar donde el actor y director Lin-Manuel Miranda escribió su primer musical, “In The Heights”, basado en sus experiencias creciendo en Washington Heights.
Uno de los momentos más interesantes de todo el tiempo que Padilla trabajó allí fue una lectura (reading/performance) de Miranda que acaparó mucho la atención, entre otras, por la presencia de Mónica Lewinsky, quien estuvo en el ojo del huracán en los años 90 por una relación que casi le cuesta la presidencia a Bill Clinton. De hecho, ella dijo tener la grabación de esa presentación en el sótano de Drama Book Shop entre sus “tesoros”, en un artículo que publicó en 2018 en la revista Vanity Fair.
Padilla describe ese trabajo en la librería como ideal, aunque él – como la mayoría de sus compañeros de trabajo, quellegaron a ser unos 30– nunca estudió para ser librero o bibliotecario, tuvo que aprender el oficio para ayudar a los actores, a los estudiantes que llegaban buscando monólogos o guías para conseguir un agente. Cuando un nuevo espectáculo se estrenaba en Broadway (“Wicked”, “Raining in the Sun”), eran días ocupados porque la gente llegaba corriendo a buscar las obras.
Pero la historia de las librerías comunes y especializadas por lo general no tienen un final feliz. Padilla recuerda que en los mejores años solo había tres librerías especializadas en teatro en Nueva York, también estaban “Samuel French” y “Applause Books”. Ambas cerraron y parte del inventario fue tomado por “Drama”.
Directo al corazón
En 2012, “Drama” realizó un evento literario en el que cada día un escritor distinto iba a formar parte de un “performance”: estaban sentados frente a una computadora en la vitrina principal de la tienda, dando la espalda hacia afuera, es decir, a los peatones, lo cual llamó mucho la atención.
Los escritores tomaron turnos de dos horas para improvisar sus creaciones y Padilla se dedicó a hacer fotografías para colocarlas en las redes sociales del negocio. Fue así como una de las escritoras, Gina Femia, le pidió que colocara su nombre y nació una amistad que se transformó en amor. Se casaron en 2018.
Para 2016 Padilla ya era mánager a tiempo parcial y la lucha para mantener a flote el negocio era dura; la recesión les afectó mucho, así como el aumento de la renta. “Optamos por vender libros usados, lo cual ayudó un poco”, comentó. Pero el desastre causado por la congelación y ruptura de las tuberías en el invierno de ese año, causó una pérdida de más de $50,000 dólares.
El 20 de enero de 2019 fue el anuncio oficial del cierre de “Drama”, pese a tener el corazón roto y la incertidumbre sobre los hombros, los empleados estuvieron al lado de los dueños cerrando el inventario hasta el último día. “El sitio es importante para mí porque no solo era una tienda, hay mucha memoria; conocí a mi esposa allí, vi el proceso de creación de ‘In The Heights’, tantos eventos importantes que tuvimos, además con los otros empleados no solo éramos eso, éramos amigos, casi familia”, añadió.
Padilla aguarda la esperanza de retomar su antiguo trabajo cuando el negocio reabra, como fue prometido por Lin-Manuel Miranda. Junto a tres de sus cercanos colaboradores en el musical “Hamilton” -Thomas Kail, Jeffrey Seller y James L. Nederlander- se asociaron para salvar la librería, y se espera que reabra en el otoño.
Mientras busca un nuevo empleo, Padilla ha emprendido el negocio de tshirts Cafe con Cawfe https://www.teepublic.com/user/cafeconcawfee con frases inspiradas en el mundo del teatro y además ayuda a su esposa, autora de las obras teatrales “For the Love of (or, The Roller Derby Play)” y “The Virtuous Fall of The Girls From Our Lady of Sorrows”.