A 50 años de Stonewall uno de los desafíos es reinvindicar al colectivo trans
La batalla contra la discriminación de las mujeres transgénero es una de las asignaturas pendientes que salta a la vista de organizaciones y coaliciones en el Mes del Orgullo Gay
LGTB+, unas siglas que encierran opciones, identidades sexuales y de género: lesbianas, gays, transexuales, bisexuales y un amplio espectro de personas no binarias. En Nueva York, este mes se levantan las banderas del orgullo de este colectivo. Pero, en esta celebración representada por el arcoiris, existen algunas franjas oscuras que exigen respeto a sus derechos humanos más elementales, inclusive dentro de la misma comunidad a la cual pertenecen.
En un bar del Bajo Manhattan, llamado Stonewall, en 1969 un grupo de gays, lesbianas y transgéneros, se enfrentó a la policía que pretendía allanar el lugar. Esto se considera el despertar de un movimiento por la lucha de los derechos de la comunidad LGBT, que no se ha detenido. Cinco décadas después en este país, con los matrimonios igualitarios como ley federal y otras conquistas, cabe la pregunta: ¿qué camino falta por recorrer?
En la narrativa de esta celebración, que envuelve a la Gran Manzana en fiestas, exposiciones, homenajes y la expectativa de uno de los desfiles más grandes del mundo, el próximo 30 de junio en el contexto del WorldPride 2019, existen voces de las minorías LGBT que están buscando espacios para expresar, que a pesar de haber formado parte de la lucha de Stonewall, hoy exigen apenas respeto e inclusión.
“Silvia Rivera y Marsha Johnson, por citar solo dos ejemplos, significaron dos mujeres transgéneros de color que fueron protagonistas de esa lucha hace 50 años, sin embargo la comunidad blanca gay las aplastó, las sacó de la lucha. Hoy, aquí en Nueva York, seguimos siendo discriminadas por personas que se identifican como gays”, expresó Bianey García, una activista por los derechos LGBT de la organización Make The Road NY (MTRNY).
“Esperemos que no tengamos que esperar 50 años más para que la Policía de Nueva York nos pida perdón”, sentencia Sharon, una mujer transgénero mexicana que vive desde hace 6 años en El Bronx, que confiesa se ha sentido perseguida por la policía, pero “peor aún discriminada por los gays y por sus propias amigas trans”.
La reacción de Sharon se produce luego que el pasado 7 de junio, el comisionado del Policía, James O’Neill, se disculpara por las actuaciones violentas de los efectivos de la Uniformada, durante la revuelta de Stonewall en 1969.
Richard Saenz, abogado y estratega de justicia criminal de Lambda Legal, una organización fundada cuatro años después de la histórica rebelión gay, destaca que “podemos tener un momento para celebrar, pero debemos reflexionar sobre el trabajo que aún queda por hacer, en particular para lograr un reconocimiento completo y abordar las vulnerabilidades de las personas de color LGBT y las personas transgénero”.
Entre tanto, Gerardo Pineda, un activista de la Comisión Latina para la Prevención del VIH, en Nueva York, reiteró “que la presencia de las organizaciones en las marchas por el orgullo gay han tenido este año, un sentido muy distinto. En el World Pride en 2019, hemos querido justamente visibilizar la discriminación a las mujeres trans, que siguen siendo perseguidas, se les sigue negando oportunidades”.
La batalla apenas comienza
El condado de Queens tiene una de las comunidades trans latinas más grandes del país. Este grupo, que además carga el peso de ser en su mayoría indocumentado, tiene un desafío: sobrevivir.
Joselyn Castillo es una de las tantas mujeres trans que vinieron de Centroamérica huyendo de la violencia que sufren a sangre y a fuego, los miembros del colectivo LGBT.
“Yo huí de Guatemala, buscando libertad y puedo asegurar que la principal fuente de discriminación la padezco de las chicas trans que son nacidas aquí, y nos tratan como a menos, a las inmigrantes. Segundo, las que ya han avanzando muchísimo en su transición para ser mujer, tratan con desprecio a las que todavía están viviendo su etapa de transformación”, indicó Castillo, quien también es activista de MTRNY.
Otra inmigrante trans de El Salvador, Julia Morán, explicó que tras 26 años residiendo en Nueva York, ciertamente ha observado una evolución de los derechos civiles de esta comunidad, pero dice que “la batalla nuestra como mujeres trans apenas comienza. Los gays y lesbianas han logrado un montón, especialmente en esta ciudad son respetados, pero en nuestro caso hasta conseguir un trabajo es un lujo. Estamos condenadas a la prostitución”, acotó quien recuerda que ha sido detenida 3 veces este año, solo por caminar en el vecindario de Jackson Heights.
En la última semana, organizaciones pro defensa de los derechos de los colectivos trans, han presionado para que se despenalice el trabajo sexual, un tema que se puso en la palestra ante un proyecto de ley en la Asamblea Estatal, que convertiría a Nueva York en el primer estado del país en legalizar la prostitución.
La activista Bianey García apuntó que la despenalización del trabajo sexual permitiría borrar los récord criminales de las mujeres trans, que han estado envueltas en la pesadilla del tráfico sexual. “Encontrar vías para garantizar nuestro estatus migratorio, sería un gran paso para incorporarnos a la sociedad, conseguir trabajos dignos y evitar que por el solo hecho de caminar por las calles, nos criminalicen”.
La celebración del Mes del Orgullo Gay en Nueva York, en donde se calcula la participación de más de 4 millones de personas en más de 50 eventos, ha estado precedida por algunos datos angustiantes para las autoridades de la Ciudad: solamente en los primeros 5 meses de 2019 se han reportado 18 casos de agresiones a la comunidad LGBT, mientras que en el 2018 el número de incidentes en el mismo periodo fue 15.
El hecho de que en los últimos tres años el 80% de los crímenes de odio contra la comunidad LGBT tengan como blanco a afroamericanos, reaviva también el debate sobre el otro lado más vulnerable de este colectivo en este país.
¿Orgullosos de qué?
Daniel Shoer Roth, periodista y columnista venezolano, pionero en la cobertura de temas LGBTQ en la prensa estadounidense en español, considera que “es predecible pensar que mientras los patrones de la sociedad evolucionen y la orientación sexual no sea un factor divisorio entre las personas, menos tendremos que hacer actividades para reafirmar nuestro orgullo. El día en que seamos una sociedad respetuosa, tolerante y equitativa, ya no habrá que celebrar el orgullo gay”.
Agrega que nadie debería sufrir discriminación por ser gay, ni por pertenecer a ninguna minoría, pero destaca que Estados Unidos es un país de libertades, pero existen 70 países donde las relaciones entre personas del mismo sexo consentidas son penadas por la ley y en siete la pena es capital.
“Desafortunadamente, en Estados Unidos se ha notado un aumento reciente en crímenes de odio basados en la orientación sexual y una erosión en las protecciones y derechos que ha conseguido la comunidad LGBTQ”, razonó el tres veces ganador del premio de medios Glaad, en la categoría de periodismo digital.
En cuanto a los desafíos que enfrenta la comunidad trans, Shoer Roth ha analizado que “sufren un doble estigma, pero han adquirido más visibilidad. La comunidad gay global tiene la responsabilidad de integrarla como parte de sí misma. Hay algunos indicadores positivos, por citar solo un ejemplo, reconocidas organizaciones como la otrora National Gay & Lesbian Task Force, modificaron su nombre y ahora se llama National LGBTQ Task Force. Este cambio institucional tiene como objetivo ampliar el espectro e incluir a todos los colectivos que pertenecen a una minoría sexual”.
Por su parte, Roberto Sequera, un chileno que vive en Manhattan desde hace 35 años, como hombre bisexual que vino también huyendo de la discriminación de su país, considera que “lamentablemente la imagen de hombres semidesnudos o vestidos de mujer en marchas, da pocas ganancias a una comunidad que justamente está pidiendo respeto. Por eso, yo nunca he participado en ninguna de esas fiestas. No me interesa”, opinó.
El ingeniero asegura que el mejor aporte que pueden hacer los colectivos LGBT, para conquistar espacios de respeto, en este país y en todo el mundo, es subrayar y poner en mayúsculas el inmenso talento en todas las áreas que existe en esta comunidad. “Debemos transmitir otra imagen, más allá de la fiesta con el arcoiris”.
Avances en la Gran Manzana
- Desde el primero de enero de 2019, el Departamento de Salud de Nueva York (DOHMH) permite que los neoyorquinos pueden cambiar el género en su certificado de nacimiento con la letra “X” que refleja una identidad de género no binaria, sin necesidad de una carta de un médico o una declaración jurada firmada por un proveedor de atención médica.
- En la Legislatura estatal se aprobó una medida que impedirá que quienes han perpetrado crímenes contra miembros de la comunidad LGBT, puedan tener como escudo protector en su defensa, que su acción fue provocada por una perturbación emocional, denominada como “gay panic”.
- El alcalde Bill de Blasio anunció la creación de la Oficina para la Prevención de Delitos de Odio que integrará a todas las agencias de la Ciudad y al NYPD.
- El Departamento de Policía de Nueva York invita a los proveedores de servicios a la comunidad LGTB al programa de contraterrorismo Shield, como un mecanismo de intercambio de información sobre temas de seguridad, llamado Lavender Alliance.
Conquistas LGTB en 4 claves
- La actividad sexual consentida entre personas del mismo sexo es legal en todo Estados Unidos desde el 26 de junio de 2003.
- El matrimonio entre parejas del mismo sexo es legal y reconocido en toda la Unión Americana, a raíz de una sentencia del Tribunal Supremo del 26 de Junio de 2015.
- En Estados Unidos tuvieron su origen las primeras formas de activismo LGBT moderno a partir de los sucesos de Stonewall en Nueva York en 1969.
- En 1973 se eliminó la homosexualidad del catálogo de enfermedades de la Asociación Psiquiátrica de EE.UU.