Proponen ‘receta’ para combatir el hambre de más de 1 millón de neoyorquinos
El presidente del Concejo Municipal propone un plan para enfrentar la inseguridad alimentaria en vecindarios más pobres de la Gran Manzana
“¿O se come bien y saludable o se paga la renta?”, es el dilema que de manera anecdótica plantea la dominicana Julia Ramírez, al frente de una bodega en Cypress Hill en Brooklyn, al referirse al reto de sobrevivencia que tienen muchos en la Gran Manzana. Lo que parece un comentario aislado, cobra fuerza cuando estudios recientes estiman que 1.09 millones de neoyorquinos han estado en la línea de la “inseguridad alimentaria”, lo que significa que en algún momento durante el año, les fue complicado acceder a suficientes alimentos, debido a la falta de recursos.
“Es duro, aquí en esta ciudad, en una familia, si uno solo trabaja, es bien complicado comer, pagar la renta y educar a los hijos. Siempre se resuelve, gracias a Dios, pero es duro. No es mi caso, uno se esfuerza y sale adelante, pero no todos tienen la misma posibilidad. Aquí hay gente que pasa hambre”, comentó la madre.
Y aunque la palabra “hambre” podría ser contrastante con una de las ciudades más ricas del mundo, un informe presentado este jueves por el presidente del Concejo Municipal Corey Johnson advierte que “la tasa de inseguridad alimentaria de la ciudad de Nueva York es 12% más alta que la tasa nacional, y 21% más alta que la del estado de Nueva York”.
El reporte denominado “Aumentando la Seguridad Alimentaria en NYC”, presentado en la Escuela Comunitaria Cypress Hill, en Brooklyn, ofrece un plan a 10 años para que todos los neoyorquinos tengan acceso a alimentos saludables y asequibles, aumentando el presupuesto desde el 2020, dirigido a más de doce programas en varios niveles.
“La alimentación es un derecho humano, vamos a establecer políticas alimentarias para ayudar a garantizar que ninguno de nuestros residentes pase hambre o dependa de productos poco saludables para sobrevivir. Estas propuestas son mi visión de la justicia alimentaria para la ciudad de Nueva York.”, dijo Johnson.
El estudio revela que aunque en los últimos años, la tasa actual de inseguridad alimentaria en Nueva York está disminuyendo, aún es más alta que antes de la recesión del 2008.
El equipo legislativo municipal estudia una propuesta de ley para potenciar la Oficina de Política Alimentaria, la cual actualmente tiene una autoridad mínima, para supervisar las política en esta materia, que incluirá a casi todas las agencias de la Ciudad.
De igual manera se estudia una legislación para expandir programas de agricultura urbana, para aumentar el acceso de productos frescos a los vecindarios y realizar campañas educativas de gran impacto para reducir el desperdicio de alimentos en algunos sectores.
El Bronx: un ejemplo dramático
Citando una investigación reciente realizada por el American Community Survey (CHS ), el reporte presentando por el Concejo Municipal especifica que en 42 vecindarios del sur de El Bronx, en donde la mayoría de los residentes son de bajos ingresos y personas de color: una gran proporción admite que casi nunca comen vegetales y frutas de calidad.
El reporte detalla que el 95% de los adultos encuestados, vía telefónica, padecen de diabetes categorizadas con el tipo 2, asociada con mala alimentación.
“Se espera que la población de 65 años o más crezca un 40% entre 2010 y 2040. Una gran proporción de las personas mayores que residen en la ciudad de Nueva York viven en la pobreza, incluido el 25% de las personas mayores en El Bronx”, detalla la encuesta.
“Hay hambre en nuestros vecindarios”
Filomena Acevedo, directora organizadora de Asuntos Comunitarios de la Organización Hunger Free NYC de El Bronx, aseguró que “aunque parezca mentira, estamos observando hambre en nuestros vecindarios, aquí en el país más rico del mundo. Inclusive hay gente que tiene que escoger entre pagar la renta o comer bien, así esté activamente trabajando”, aseguró.
La activista destaca que su organización respalda y se integra a estas propuestas del Concejo, porque muchas veces, hay programas que están disponibles pero que la gente desconoce cómo llegar a ellos.
La mexicana Norma Bucio, voluntaria de Hunger Free NYC relató que no le da vergüenza confesar que en el pasado ha recibido ayuda de programas, para poder llevar comida a su mesa, pero al recibir formación en temas de nutrición, ahora le complace poder integrar conocimientos, empoderando a las comunidades de cómo alimentarse más y mejor.
“Tomé una clase de nutrición, sin imaginarme nunca que iba a tener la oportunidad de concientizar sobre la importancia que es la lucha contra el hambre. Creo que la Ciudad está dando un buen paso, especialmente cuando está optimizando planes para la alimentación de los niños”, aseguró.
Entre tanto, la concejal Margaret Chin agregó que “con uno de cada siete neoyorquinos mayores que enfrentan inseguridad alimentaria, está claro que la Ciudad debe hacer más para garantizar que nuestros adultos mayores tengan acceso a comidas saludables. Me enorgullece unirme al Presidente y a mis colegas en el Concejo Municipal en este esfuerzo por abordar la inseguridad alimentaria en todos los niveles en la ciudad de Nueva York ”.
“Ya celebramos una audiencia sobre el proyecto de ley que requerirá que la Ciudad presente un plan integral de agricultura urbana. Claramente hemos hecho el trabajo, pero estamos lejos de haber terminado. Hoy, me enorgullece apoyar a Jhonson para anunciar que no solo tendremos un plan, sino que tendremos una Oficina de Agricultura Urbana para promulgar ese plan “, explicó el concejal Rafael Espinal.
La receta contra el hambre:
En el informe “Aumentando la seguridad alimentaria en NYC” se especifican un paquete de propuestas que expandirán y asignarán más recursos a programas como:
- Health Bucks, cupones que se distribuyen a los neoyorquinos de bajos ingresos para comprar frutas y verduras en los mercados de agricultores.
- Cafeterías estilo delicatessen en escuelas intermedias y secundarias para aumentar el consumo de frutas y verduras entre los estudiantes.
- Programas de comedores comunitarios.
- Fortalecimiento presupuestario de planes de cupones de alimentos (SNAP)
- Planes de nutrición en las escuelas.
- Programa de comidas de verano para las escuelas, que además estará respaldada por una legislación que exige que continúe este plan alimentario en la época de vacaciones. Comenzará una prueba piloto que permitirá que los padres también reciban comidas gratis.
- Nutrición para estudiantes universitarios, el cual en el presupuesto del año fiscal 2020, asignó $ 1 millón bajo la iniciativa de Acceso a Alimentos Saludables y Educación Nutricional para financiar un programa piloto para aumentar el acceso a los alimentos a los estudiantes de CUNY, que experimentan inseguridad alimentaria.
- El Concejo y el Departamento de Planificación de la Ciudad están trabajando para expandir la lista de vecindarios que son elegibles para recibir la bonificación de zonificación de Expansión de Alimentos Minoristas para Apoyar la Salud (FRESH), para alinearse más estrechamente con las áreas de mayor necesidad donde se asigna el incentivo financiero .
- Una legislación que crea una Oficina de Agricultura Urbana para garantizar que los beneficios ecológicos, económicos y de salud de la agricultura urbana tengan el debido valor en la planificación de la ciudad.
Pobreza versus desperdicios:
18% de todos los niños, 9% de los adultos que trabajan y 11% de las personas mayores experimentaron entre 2015 y 2017, algún tipo de inseguridad alimentaria en la Gran Manzana.
19% es la tasa de pobreza en Nueva York, según el umbral de pobreza de la ciudad que implica que una familia de dos adultos y dos niños reciben un ingreso anual de $ 33,562 dólares.
El 40% de todos los alimentos cultivados en los EE. UU, se tiran a la basura antes de comerlos.
41 millones de estadounidenses que enfrentan hambre, se alimentarían con solo un tercio de los alimentos de esos desperdicios.
400 libras de alimentos por persona cada año, desperdicia cada estadounidense lo que equivale a más de $ 218 mil millones por año y aproximadamente 53 millones de toneladas de alimentos.